Viviendas turísticas en San Sebastián
«Felices de no tener pisos turísticos en el edificio»Los vecinos del Paseo del Urumea de Donostia aplauden la decisión del Supremo de prohibir la actividad de estas viviendas en la comunidad
«Contentos, aliviados, se ha hecho justicia». Esa era la sensación generalizada de los vecinos de los portales 10, 11, 12 y 13 del Paseo ... de Urumea, en Donostia, después de que el Supremo haya fallado a su favor, obligando a cerrar los pisos turísticos de la comunidad por contradecir los estatutos de la misma. La lucha arrancó hace más de seis años y medio cuando algunos vecinos denunciaron este tipo de prácticas en los edificios. Durante este tiempo se han vivido «momentos de tensión» y «múltiples broncas en las reuniones de vecinos» por esclarecer si estas actividades estaban dentro del marco legal que recogían los estatutos de la comunidad, que establecían que «queda terminantemente prohibida la realización de actividad económica alguna en las viviendas, salvo que la propia subcomunidad de portal lo autorice por unanimidad, previa consulta obligatoria de algún interesado».
Después de que el juzgado de primera instancia de Donostia y la Audiencia Provincial dieran la razón a los vecinos, nueve propietarios y una empresa mercantil que defendían que el alquiler en estancias cortas no podía ser considerado como tal recurrieron al Supremo, pero el alto tribunal ha considerado que un piso turístico es equiparable a una actividad económica y hace valer los estatutos comunitarios.
«Por fin. Es una noticia estupenda que esperábamos desde hacía tiempo», reconoce José Mari Romero, uno de los vecinos beneficiados con la noticia. «En este portal, el número 12, había al menos dos pisos destinados al turismo y en el de al lado (por el número 13), por lo menos 10», asegura este propietario que reconoce haber tenido algún incidente con algunos inquilinos que se han hospedado en los últimos meses. «Dentro del portal no he tenido ningún problema con ellos, pero sí los he tenido con las plazas de garaje», apunta. «Mi plaza está en la segunda planta y la del piso turístico justo debajo. Me ha pasado más de una vez de llegar con el coche y encontrarme otro vehículo en mi hueco. Es frustrante. He tenido que poner carteles en español y en inglés porque era algo habitual».
«He tenido que poner carteles en inglés y español porque ocupaban mi garaje»
Jose Mari Romero
Vecino
Más allá de celebrar que no volverá a encontrarse otros coches en su plaza de garaje, José Mari está «feliz» con la decisión del Supremo. «Estamos muy contentos. Este tipo de sentencias ayudan a regular la ambigüedad que existe en torno a las viviendas turísticas. No todo en esta ciudad tiene que estar enfocado al turismo. Las casas están para vivir, no para hacer negocio», sentencia. Además, supondrá ponerle fin a un ambiente de tensión que se vivía entre los propietarios desde hacía varios años. «Ha habido discusiones muy fuertes en las reuniones de los vecinos. Esperamos que esto suponga el final de los problemas. Veremos en enero, en la siguiente reunión, cómo ha cambiado el entorno».
«A mí no me molestan»
La misma alegría se respiraba en el portal donde vive Mara Medina. «Estamos satisfechos», reconoce nada más ser preguntada. En su caso, desde que se hiciese propietaria hace ocho años de la que es su vivienda, ha tenido que acostumbrarse a la presencia de turistas en los meses de mayor movimiento. «A nivel personal no tengo ninguna anécdota que reprocharles, pero cuando estás en una casa que no es la tuya se nota», indica esta donostiarra que hace referencia a que «en algunos casos no han cuidado las zonas comunes» de la comunidad. «Es desagradable tener pisos turísticos en tu bloque. Cuando los que se residen son familias quizás no se nota tanto, pero cuando no... Yo tenía uno debajo de mi casa. Ahora que la justicia nos ha dado la razón sólo espero que se cumpla con la ley y desaparezcan», indica Medina.
«Prohibirlo me parece cortar las libertades de cada propietario a que haga lo que quiera con su casa»
Borja Madariaga
Vecino
Pero no todos los vecinos han estado de acuerdo con la decisión judicial. «A mí no me supone nada que haya este tipo de viviendas en mi bloque. En el tiempo que llevo viviendo aquí no me han molestado y caparlo me parece cortar las libertades de cada propietario a que haga lo que quiera con su casa», apostilla Borja Madariaga. En su caso, reconoce que sabe de «vecinos que estaban molestos con la situación», pero a él no le supone «ningún engorro».
Casi una década de batalla entre los vecinos del Urumea
El conflicto arrancó a finales de 2015, cuando varios vecinos conocieron que algunas de las viviendas de la comunidad estaban destinadas al turismo, lo que ocasionó quejas entre los propietarios. En febrero de 2017 la comunidad aprobó por mayoría que los pisos turísticos tenían que considerarse como actividad económica, lo que chocaba con los estatutos. En junio de 2018, el juzgado de primera instancia número 4 de Donostia falló a favor de los vecinos. Los afectados recurrieron la sentencia, aunque la Audiencia Provincial de Gipuzkoa volvió a dar la razón a los propietarios en abril de 2019. Tras un último recurso, el pasado 15 de noviembre el Tribunal Supremo consideró los pisos turísticos como «actividad económica».
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión