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«Me fastidia que todo sea por internet, nos dejan de lado»

La pandemia del coronavirus ha acelerado el proceso digital para cada vez más trámites cotidianos. Las personas mayores acusan su escaso manejo tecnológico

Miércoles, 26 de enero 2022

Milagros Caballero tiene 80 años y se maneja «lo justo» con su móvil. «Llamadas, fotos y el whatsapp, con ese me arreglo bien», cuenta. ¿ ... Y todo lo demás? «Nada, para cualquier trámite tengo que ir a pedirle a mi hija. No se queja, pero cada vez tengo que subir más».

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Ella, como muchos de su edad, ven cómo cada día internet se ha convertido en una especie de lugar en el que todo se hace a través de él, pero en los que ellos no tienen cabida. «No hemos nacido ni con ordenadores ni con tablets, ni con nada, y ya nos hemos sabido manejar en la vida», destaca. «Ahora todo es por internet, y me fastidia porque los de mi edad no sabemos arreglarnos, y se olvidan de nosotros, sin darnos alternativas».

Milagros Caballero reconoce que se maneja «lo justo» con el teléfono móvil. Para cualquier trámite avisa a su hija. borja luna

Su queja es el lamento que se escucha en los círculos de los que se rodean con personas de edad avanzada. Trámites bancarios, comprar cualquier tipo de entradas o adquirir billetes de transporte se hace a través de las web de las entidades. A esto se suma la solicitud de papeles con las diferentes administraciones y, en los últimos tiempos, cualquier gestión relacionada con la salud. Todo se hace a través de la red. «Y no todos saben cómo hacerlo», remarca José Luis Grijalba, miembro de Izarbide, una asociación que se dedica a promover el uso de las nuevas tecnologías entre los mayores. «Se va informatizando todo y hay mucha gente que se encuentra vendida. Se nota mucho las diferencias de edad. Los saltos de cinco años pesan», explica.

  • 49,3% de las personas mayores de 65 años dicen que usan internet, un 7,3% más que en 2021

  • 12,2% de los mayores de 65 años cierran una cita médica online. El 37,4% usa la banca electrónica

En los últimos tiempos, a Milagros se le han complicado las gestiones bancarias. «En el barrio –vive en el barrio donostiarra de Bidebieta– no hay sucursal; tengo que ir a Trintxerpe o a Gros, y está lejos. Me dicen que aprenda a mirar con el móvil», dice en tono jocoso. «Si casi no veo las letras del teclado ni lo que escribo en la pantalla», se queja. «Si quiero mandar algo de dinero a mis nietas que están fuera me lo hace mi hija, bueno, todo me lo hace mi hija», reflexiona.

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«El móvil lo uso para llamar, hacer fotos y el whatsapp, para todo lo demás le pido a mi hija que me lo haga, a mí me resulta imposible»

Milagros Caballero

80 años

Para ir al cine o para coger un autobús a Pamplona se acerca un par de días antes a la taquilla. «Ya me ha pasado de ir el mismo día y que me digan que está todo vendido por internet, me da una rabia», se lamenta. «A veces me sacan las entradas mis nietas, y me las mandan al whatsapp. Pero siempre pidiendo favores».

José Luis Grijalba lleva 20 años como profesor de Izarbide para enseñar el uso de la tecnología. morquecho

En su casa no hay ordenador ni tablet. «Hice un curso en la EPA hace cinco años, pero soy muy nerviosa y el ratón ese se mueve sin parar», cuenta. No quiere hacer ningún cursillo para aprender. «Te enseñan muchas cosas y sé que se me van a olvidar a la vuelta de la esquina. Lo primero, lo de las claves. Ya me han dicho, las guardas en un cuaderno, pero estoy convencida de que luego no sabré dónde he dejado ese cuaderno».

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Grijalba lleva años dedicado a dar cursos de internet a los mayores. «Al final trato con personas a las que la rapidez de los cambios las han convertido en analfabetos digitales, y es un problema». Es consciente que, además de la edad, el pasado laboral influye mucho a la hora de hacerse con la tecnología. «No es lo mismo alguien que haya trabajado en oficina que una persona que ha tenido un oficio o una ama de casa». Entre las dificultades que observa están «el miedo y la desconfianza».

«Los mayores se mueven entre el miedo y la desconfianza cuando usan internet. La paciencia es vital para que aprendan»

José Luis Grijalba

Voluntario de Izarbide

Intenta convencerles de las bondades de hacerse con el manejo de móviles, tablets y ordenadores. «Y cuesta», reconoce. «Les hablo de que estamos en la era digital, que no pueden quedarse atrás, pero entiendo que se les haga difícil». Tiene claro cuál es la clave para hacer familiar la tecnología a los mayores: «la paciencia».

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El uso de las nuevas tecnologías por parte de las personas mayores de 65 años va creciendo. La última encuesta del Eustat –el instituto vasco de estadística– sobre la sociedad de la información de este año refleja que el uso de internet en ese rango de edad ha aumentado 7,3 puntos con respecto al año anterior y se sitúa en un 49,3%, muy alejado del resto de grupos de edad, con cifras superiores al 90%, especialmente en los menores de 45 años donde prácticamente toda la población es usuaria de internet. El 93,5% de los mayores de 65 años utilizan whatsapp u otras aplicaciones de mensajería instantánea y el 60,3% leen noticias en periódicos o revistas de actualidad. A partir de ahí los porcentajes de utilización caen drásticamente. Tan solo el 12,2 % concierta una cita médica a través de la red, el 25, 9% mantiene algún tipo de gestión con la administración electrónica o el 37,4% realiza trámites de banca electrónica. En esta franja de edad las compras online las hacen tan solo el 17, 2% de la población. Y solo el 15,2% ve películas bajo demanda al 15,2%.

Javier Llorca no se fía de hacer trámites bancarios online. morquecho

Javier Llorca es un jubilado que utiliza internet «solo para consultar». Tiene 76 años y está pendiente de empezar un cursillo de 'Trámites por internet', «más que nada por ver cómo va». Para cualquier cosa que se tenga que realizar por internet tira de amistades. «El pasaporte covid me lo sacó un amigo y también la tarjeta sanitaria europea que suelo necesitar para pasar a Francia», explica.

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«Utilizo el ordenador y la tablet para consultar información. No lo quiero para hacer trámites, y menos para cosas del banco, no me fío»

Javier Llorca

76 años

En su casa tiene ordenador y tablet, «la última la uso cuando me voy de viaje, es más cómoda». Le gusta enredar en páginas web para los temas de su interés. «Consulto el tiempo, leo vuestro periódico, veo el tráfico... Ahora, como voy a esquiar, miro la situación de las estaciones de esquí», enumera. «El móvil lo tengo también de consulta y para el whatsapp, ese lo uso mucho». Lo que no quiere ni oír hablar es de utilizar la red para facilitar datos personales. «Ni loco me pondría a hacer cosas bancarias, no me fío, y se oye mucha cosa rara. Me manejo muy bien con el cajero para sacar dinero», comenta. Para todo lo demás, «camino, voy a los sitios. No le veo la utilidad de hacer las cosas por internet», explica. «Ni hago la compra, ni cojo entradas... Es que para eso hay que dar tus datos».

El Ararteko reclama que se garantice la atención en persona

El Ararteko ha alzado la voz y ha reclamado a la Administración que garantice el derecho a la atención presencial. Manuel Lezertua constata que se está consolidando «una relación telemática a una parte de la ciudadanía que no lo desea y que no está legalmente obligada a ello». Por su parte, el Defensor del Pueblo, Ángel Gabilondo, anunció ayer que reclamará al Banco de España que solicite a las entidades bancarias que atiendan presencialmente a los clientes que así lo demanden.

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