Etxebide marca otro récord con 55.550 demandas de pisos de alquiler protegido

Los elevados precios de la vivienda están influyendo y mucho en el modelo de vida de los vascos. Hace pocas décadas la inmensa mayoría se decantaba por la compra de un piso. Hoy ese objetivo, como el de independizarse muy joven (pocos lo hacen ya antes de los 30 años), se ha convertido casi en una quimera para muchos y, con la precariedad laboral, ya solo aspiran a vivir en alquiler. Junto a ello, los alquileres se han disparado -la media, según la estadística del propio Ejecutivo, ronda los 654 euros, pero llegan a superan los 1.000- y muchas familias tienen dificultades para pagarlos.

Esta creciente precariedad se aprecia cada vez con mayor claridad en el propio Servicio Vasco de Vivienda. Etxebide terminó el año pasado con más de 55.000 personas inscritas para acceder a un arrendamiento protegido. Nunca habían tenido tanta demanda, ni en los peores momentos de la crisis económica, como revela que la cifra se haya duplicado en la última década.

Y la mayoría no son jóvenes que aspiran a independizarse, como era práctica habitual entre los demandantes de vivienda pública. Según un informe elaborado por el observatorio vasco, son 7 de cada 10 las personas o familias que viven de alquiler en el mercado libre y que solicitan mudarse a un arrendamiento protegido, hasta tres veces más económico. Porque el estudio revela que su capacidad real de pago para vivir más desahogados rondaría los 315 euros.

Etxebide contabiliza también 14.711 demandas para una vivienda en propiedad, con un aumento del 15% en apenas un año. Y ello a pesar de que esta modalidad está condenada a desaparecer en las promociones propias del Ejecutivo autónomo, que desde este año se ha comprometido a destinar el 100% de los nuevos pisos al alquiler protegido.