La Ertzaintza rastrea las cámaras de vigilancia para esclarecer el crimen de Irun
La víctima es un marroquí de 41 años, cuyo cadáver presentaba fuertes lesiones en el rostro y tenía un palo metido en la boca. Por ahora no hay detenidos
El cadáver que fue hallado el domingo en una zona de huertas del barrio de San Miguel de Irun ya ha sido identificado, y es el de un varón marroquí de 41 años. La autopsia le fue realizada ayer por la mañana y por el momento no se han producido detenciones, aunque la investigación de la Ertzaintza sigue abierta para esclarecer las causas y dar con el o los responsables. Las siguientes horas son cruciales para analizar todas las evidencias y poder dar con el autor del crimen.
Hasta el momento poco se sabe sobre lo ocurrido la madrugada del domingo en este barrio de Irun. No obstante, según ha podido conocer este periódico, el varón murió a golpes y presentaba fuertes lesiones en el rostro. No solo eso, tenía un palo metido en la boca, una circunstancia que están investigando tanto los médicos forenses como los agentes de la SICTG, el Servicio de Investigación Criminal Territorial de la Ertzaintza en Gipuzkoa. Esa unidad, con sede en la central de Oiartzun, se encarga de investigar todos los homicidios sin autor conocido que se producen en el territorio.
Tras el análisis exhaustivo del lugar del crimen (agentes y forenses estuvieron más de 5 horas trabajando no sólo con el cadáver sino también en un amplio perímetro entre el colegio Leka-Enea y la rotonda de Mendelu), se procedió al levantamiento del cuerpo y su traslado al Instituto Vasco de Medicina Legal en Gipuzkoa, en los bajos de los Juzgados de Donostia, para su autopsia. Esta se llevó a cabo durante toda la mañana de ayer, donde además de la necropsia se realizaron las gestiones necesarias para su identificación. El domingo fuentes del caso señalaron que la víctima era un varón de origen magrebí de entre 30 y 40 años, y finalmente se ha confirmado que se trata de un marroquí de 41 años.
Por otro lado, la necropsia ha confirmado lo que observaron los médicos forenses 'in situ', que la víctima no fue agredida con ningún tipo de arma, ni blanca ni de fuego, ya que no se han hallado lesiones de ese tipo. Sí tenía golpes en la cara, y ahora se trata de determinar, con el resto de pruebas complementarias (de tóxicos, de sangre, de tejidos) la causa de la muerte, que en todo caso es de etiología homicida.
El resultado de la autopsia preliminar también es información valiosa para los agentes a cargo de la investigación, que trabajan sin descanso analizando las evidencias recogidas en el lugar donde se halló el cadáver, las declaraciones recabadas a testigos y los vídeos de las cámaras de seguridad de los alrededores, por si hubiesen captado los últimos movimientos de la víctima. Por el momento ni se confirma ni se descarta que la agresión se llevase a cabo por una o más personas, pero, en todo caso, se trataría de una pelea o un ajuste de cuentas entre varones magrebíes.
Entre las pruebas recabadas, en el párking situado frente al parque infantil de Julián Sánchez la Ertzaintza señaló con etiquetas unas chancletas y una colilla. Además del palo hallado en la boca de la víctima, también se localizaron numerosas ramas y tierra a su alrededor. Cabe destacar que el lugar donde fue hallado el cuerpo es una zona de huertas situada en un pequeño atajo que discurre desde el descampado que está entre el colegio Leka-Enea y la rotonda de Mendelu.
«Irun es una selva»
Vecinos de la zona explican que no se trata de una zona de paso habitual, sino de un atajo sin iluminación rodeado de huertas y basura. El aviso de la localización del cuerpo se produjo sobre las 8.00 horas de la mañana del domingo. La víctima presentaba evidentes signos de violencia, por lo que se activó al servicio de investigación de la Ertzaintza y a los forenses del IVML. Agentes de la comisaría de Irun también participaron en el operativo, entre otras cosas vigilando la zona acordonada. También revisaron jardines y papeleras de la zona en busca de pruebas. «En esa zona siempre hay jaleos y peleas», señalaban los vecinos, quienes denuncian el aumento de la delincuencia en Irun. «Se está convirtiendo en una selva. El otro día hubo una pelea entre un grupo y también se vio a uno con un cuchillo. Es constante».
En cuanto a la autoría, los primeros indicios señalarían a la zona de Doman, el edificio de una antigua empresa junto al campo de fútbol Stadium Gal, donde residen de forma ilegal personas del mismo origen que el fallecido y donde Ertzaintza y Policía Local de Irun realizaron una serie de identificaciones el mismo domingo por la mañana.
Este es el primer homicidio que se registra en Gipuzkoa en lo que va de año, un territorio en el que suelen ocurrir entre 2 y 5 crímenes anuales. El año pasado se produjeron dos, ambos por arma de fuego. En uno de los casos un varón mató a su socio en Irun tras dispararle con una escopeta, y en el segundo un varón mató a su expareja en plena calle en Orio y luego se suicidó.