La colaboración de dos testigos fue clave para la detención del conductor fugado en Donostia
El arrestado, que se vio implicado en la muerte de un motorista, fue localizado en Errenteria conduciendo sin permiso, drogado y borracho
La colaboración de dos testigos presenciales de los hechos han resultado claves en la investigación para que la Ertzaintza haya podido localizar y detener al conductor que el pasado viernes por la mañana provocó un accidente en la GI-20 de San Sebastián, a la altura del túnel de Polloe junto a la salida de la Variante por Riberas de Loiola. El arrestado, un hombre de 27 años de edad, se dio a la fuga dejando malherida a la víctima, un errenteriarra de 66 años, que fue evacuado al Hospital Universitario de Donostia, donde acabó falleciendo la tarde de ese mismo día.
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La fuga del conductor del lugar del accidente llevó a la Unidad de Tráfico de la Ertzaintza en Gipuzkoa a solicitar la colaboración ciudadana, poniendo a disposición un número de teléfono de contacto, para poder recabar todos los datos posibles de lo sucedido. Las pesquisas realizadas por los agentes, gracias a la ayuda de dos testigos claves que presenciaron el fatal siniestro y ofrecieron pistas concluyentes, permitieron dar la mañana del sábado con el conductor del vehículo, un Renault Kangoo de color amarillo, en Errenteria, cuando circulaba en dirección Donostia.
En ese momento, los agentes iniciaron el seguimiento de la furgoneta, cuyo conductor, al percatarse de que era seguido por la Policía vasca, comenzó a circular de manera errática. Tal y como informaron fuentes del Departamento de Seguridad del Gobierno Vasco, el arrestado trató de huir del lugar cometiendo varias infracciones de tráfico, haciendo adelantamientos en zigzag, tanto por la derecha como por la izquierda, y a una velocidad muy superior a la permitida en ese tramo, poniendo en peligro al resto de usuarios de la calzada.
El autor del accidente emprendió la huida de los agentes adelantando en zigzag a los coches hasta que fue arrestado
La fuga del autor del atropello mortal se alargó durante varios kilómetros hasta una de las salidas de la GI-20 a la altura de San Sebastián, precisamente la de Riberas de Loiola en la que se produjo el accidente mortal de la víspera. Otra patrulla de la Ertzaintza logró cerrar el paso a la furgoneta en los alrededores de Riberas de Loiola. Tras realizarle las pertinentes pruebas de alcoholemia y drogas, el conductor dio positivo en ambos test. La Policía vasca pudo comprobar también que el sujeto conducía en esos momentos sin carnet de conducir, ya que nunca ha obtenido dicho permiso.
Ante tales hechos, los agentes procedieron a la detención del conductor por un presunto delito de imprudencia grave con resultado de muerte y por conducir bajo los efectos del alcohol y drogas tóxicas. Asimismo, también se le imputa el abandono del lugar tras causar un accidente, así como conducir sin haber obtenido nunca el permiso de conducción. El arrestado será puesto a disposición judicial una vez que finalicen las diligencias policiales.
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Arrestado en el mismo lugar del accidente 24 horas después
El trágico suceso se saldó con la vida de un errenteriarra de 66 años la mañana del viernes, cuando alrededor de las 9.15 horas la furgoneta colisionó con una motocicleta en la GI-20 en San Sebastián, justo tras dejar atrás el túnel de Polloe y junto a la salida de Riberas de Loiola. Según se ha podido conocer a través de la investigación realizada por la Ertzaintza, el vehículo, un Renault Kangoo de color amarillo conducido por el arrestado, circulaba por este punto de la vía superando los límites de velocidad en ese tramo de la variante cuando colisionó contra la motocicleta.
Contra la valla
Como consecuencia del choque, la moto se salió de la carretera e impactó contra una valla proyectora. El motorista quedó tendido en una zona con hierba. Mientras varias personas detenías sus vehículos para socorrer a la víctima y avisar a los servicios de emergencias, el arrestado que provocó el accidente continuó su camino y huyó del lugar sin prestar socorro. Acto seguido, personal sanitario y de la Ertzaintza se trasladó a la zona, mientras que el motorista era asistido y trasladado de urgencia al Hospital Donostia, donde falleció horas más tarde.
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Con este último accidente mortal, son ya 13 las vidas que se han cobrado las carreteras guipuzcoanos en lo que va de año. Ocho de estas víctimas, además, han sido motoristas. Un trágico balance que vuelve a poner el foco en uno de los colectivos más vulnerables en las carreteras.
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