Así trabajan los detectives en Gipuzkoa
DV acompaña a Estíbaliz, Arantza e Iván, tres de los 39 investigadores que operan en Euskadi, que se dedican a descubrir bajas laborales fraudulentas, resolver divorcios o vigilar a hijos adolescentes
Está a punto de moverse la persona a la que estoy siguiendo. Me pillas mal para hablar», responde Estíbaliz al recibir nuestra llamada. Está de ... servicio, y cualquier mínimo despiste puede echar por tierra todo su trabajo. Licenciada en Criminología por la Universidad de Salamanca, Estíbaliz, de Detectives Aurre, lleva casi dos décadas dedicándose plenamente a este oficio y es la segunda persona con más experiencia en Gipuzkoa. Es una de los 39 detectives con licencia que operan en Euskadi, de los cuales solo el 20% actúa en el territorio.
DV acompaña a tres de ellos y todos coinciden en que la mayoría de casos contratados tienen como objetivo descubrir bajas laborales fraudulentas –es lo más común–, resolver divorcios o custodias de menores o incluso vigilar a hijos adolescentes, aunque esto último en menor medida. La competencia desleal o la fuga de información también aparece entre los asuntos más perseguidos. Sus clientes son generalmente empresas y despachos de abogados «que necesitan más pruebas a las que no tienen acceso», aunque también hay una alta demanda de personas que, a título personal, contratan este servicio.
«Una mujer pensaba que su marido le era infiel porque llegaba tarde por la noche y lo que descubrí es que era ludópata»
Arantza
Busto Investigaciones Privadas Nor
«Nuestro trabajo no consiste en lo que se ve en las películas. Es algo muy serio y de vital importancia, porque buscamos pruebas que sirvan a particulares o empresas para demostrar algo y, en consecuencia, tomar las decisiones pertinentes», señala Arantza Busto, de Investigaciones Privadas Nor. Por su parte, Iván García, de Vasllego Agencia de Investigación, confiesa que «ser detective es algo vocacional, lo llevas dentro». Pero, ¿qué hay que estudiar para hacerse detective? ¿Y para poder ejercer como tal? Hay que tener el título universitario propio obtenido en un centro autorizado por la Unidad Central de Seguridad Privada, órgano habilitado por el Ministerio del Interior. Son tres años de carrera en los que estos profesionales son formados, sobre todo, en derecho y criminología de forma más teórica y en técnicas de investigación y seguimiento como parte práctica. Una vez graduado, es necesario solicitar la Tarjeta de Identidad Profesional expedida por la Dirección General de la Policía que se renueva periódicamente.
Según Iván García, «cada vez tenemos más trabajo y es más habitual que se nos contrate. Cuando una empresa tiene un problema, hay que encontrar una solución». Ese es su lema. Y en ese sentido, una de las maneras más eficaces que tienen las empresas para demostrar con pruebas una anomalía detectada «es observando lo que nosotros aportamos», insiste Iván. Ellos son las personas más autorizadas y capacitadas en el Estado para investigar y perseguir a un sujeto sin estar cometiendo un delito. Actualmente, en España hay cerca de 1.900 detectives, y de esos, en torno a 350 son mujeres. Una de ellas es Arantza, que, como el resto, no tiene una jornada laboral con horarios ni ubicaciones fijas.
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«Cada día es un mundo en función de la investigación que toque cubrir», asegura. Siempre con su mochila cargada a la espalda, en su interior jamás faltan la cámara de vídeo, el móvil ni los diferentes cargadores con la batería a tope para estar operativa en todo momento y poder aportar pruebas sobre el sujeto en cuestión. Esta detective se desplaza en coche o moto y principalmente en solitario, si bien es cierto que en determinadas ocasiones tiene que hacerlo en pareja para poder realizar bien su trabajo.
Sin gabardina ni lupa
Un modus operandi similar maneja Estíbaliz, que ha de estar disponible las 24 horas del día y los 365 días del año. «Ser detective es un estilo de vida que se aprende en la calle y que te tiene que gustar mucho para aguantar en el tiempo. De lo contrario, las esperas en soledad se hacen eternas», subraya mientras destaca que una de las claves para prosperar es ser un buen fisionomista. «Ahora con internet es más fácil porque hay muchas fotografías, pero continúa habiendo casos en los que te dan una descripción física y cuesta reconocer a alguien». Por poner algún ejemplo, Estíbaliz ha tenido que perseguir a una mujer «rubia que suele llevar un abrigo largo beige», y se ha terminado encontrando a varias muy parecidas. «Esto lo complica todo», añade.
«Cada vez tenemos más trabajo y es más habitual que se nos contrate tanto por parte de las empresas como a nivel particular»
Ivan García
Vasllego Agencia Investigación
Un detective privado es una persona normal como otra cualquiera. Obviamente no lleva gabardina, ni tampoco lupa o un periódico con dos agujeros a la altura de los ojos como en las películas. Hoy en día, están obligados a amoldar su vestimenta a las circunstancias de cada servicio. «No hay un 'look' propio. Si hay que hacer una investigación en un polígono lo suyo es ir acorde a las prendas que se usan en ese polígono para pasar desapercibido», explica Iván. Y así con todo.
Después de tantos años de experiencia, para Arantza, de Detectives Nor, «ya nada de lo que me encuentro es llamativo, pero sí diré que interesante, porque a veces crees que tienes todos los datos de alguien (cómo se llama, dónde vive, qué coche tiene...), que va a ser una investigación fácil, y resulta que no es así y hay que cambiar toda la estrategia de seguimiento». Su primer caso se centró en una persona que pensaba que su pareja le era infiel. «Decía que llegaba muy tarde a casa, pero comprobamos que no había una tercera persona sino problemas con el juego, era ludópata».
Ahora, su cometido se centra en casos de empresas. «Las hay que tienen algún indicio de que la baja laboral de un trabajador puede ser fraudulenta y nos encargan un seguimiento. Nosotros lo hacemos y después elaboramos un informe con pruebas adjuntas, un hecho que da lugar a un despido procedente, ahorrándose la empresa una cantidad importante de dinero».
«Ser detective es un estilo de vida que se aprende en la calle y que tiene que gustar mucho para poder aguantar en el tiempo»
Estíbaliz
Detectives Aurre
Preocupa en muchas empresas el absentismo laboral. En ese sentido, en el cuarto trimestre de 2022, la tasa En Euskadi se situó en un 7,1% según el último informe de Adecco, colocándose como la quinta comunidad autónoma del Estado con más casos después de haber liderado el ránking durante los meses de verano. Esta estadística abarca motivos diferentes, entre los que se incluyen enfermedad común o accidente no laboral como grueso del mismo, si bien no refleja registros de bajas fraudulentas.
Pasar por cliente
Un caso que Estíbaliz ha tenido entre manos hasta hace poco estaba ligado con este tipo de bajas. Su cliente era responsable de una empresa de camiones que investigaba a un trabajador autónomo tras cogerse la baja «porque su jefe no le había puesto la ruta ni los horarios que él quería», según cuenta esta detective. Después de realizar un seguimiento, se dio cuenta de que el motivo real era que tenía su propio negocio montado aparte y no podía compaginarlos. «Se dedicaba a la compra-venta de coches y estaba de baja en la empresa de mi cliente mientras trabajaba en la suya. Un día quedé con él para 'venderle' mi coche y aproveché para preguntarle desde cuándo se dedicaba a ello y demás hasta que le pillé».
Los comerciales también suelen ser observados. «Para los jefes no es fácil controlar bien lo que la gente hace fuera de la empresa. Y en ese sentido nos mandan vigilar que estén cumpliendo con sus jornadas y horarios». Según Arantza, los asuntos de competencia desleal y fuga de información también son muy habituales. «Hay gente que se marcha de una organización para crear la suya propia y se lleva el listado de clientes o los precios de proveedores con los que trabajaba su anterior empresa, por poner algún ejemplo. Lo que hacemos en esos casos es intentar averiguar qué tipo de información se han llevado y si lo han hecho vía pendrive, correo electrónico, impreso...». También tienen casos en los que fingen una dolencia física para realizar su actividad en una empresa familiar.
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