Los trabajosos protocolos en la dársena italiana seprolongaron todo el día. ALFONSO NOVO

«Los gobiernos alargan los tiempos para los rescates»

Desembarco de los 105 migrantes del Aita Mari en Sicilia ·

Las 105 personas auxiliadas por el Aita Mari pisaron ayer tierra en Sicilia, donde harán cuarentena. En el grupo había 22 menores y 16 personas con Covid

Martes, 26 de octubre 2021, 06:42

La jornada a bordo del Aita Mari de ayer fue de una actividad constante atracados en el puerto de Trapiana, en Sicilia. Lo más urgente ... para las autoridades sanitarias italianas era realizar pruebas diagnósticas de coronavirus antes de que nadie pusiera un pie en tierra. El barco de salvamento humanitario consiguió, tras seis días en busca de un lugar donde poder desembarcar, permiso para hacerlo en Italia tras dos denegaciones de permiso del mismo país y de Malta. Los resultados de Covid confirmaron 16 positivos. Además la Usmaf– sanidad exterior italiana– reconoció a 22 menores entre el centenar de rescatados.

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«Llevamos todo el día para desembarcar a 105 personas, el protocolo se complica cada vez más», cuenta Iñigo Mijangos, presidente de Salvamento Marítimo Humanitario (SMH) que se encuentra a bordo del barco. «Primero han hecho las pruebas a bordo, hemos tenido que esperar a los resultados, y finalmente han bajado a los adultos en grupos de diez en diez custodiados por al menos una cuarentena de policías».

Los adultos pasaron directamente a un ferry atracado frente al lugar donde se encontraba el Aita Mari. «Harán allí la cuarentena correspondiente y luego se procederá a su registro de su proceso de asilo», explica Mijangos. Para los menores, el día todavía se complicó un poco más. A los cuatro casos de Covid se sumó la sarna en una quincena de ellos. Esto retrasó su desembarco hacia un centro de menores. La Usmaf obligó a que se les aplicase un medicamento para tratar la erupción que retrasó hasta bien entrada la tarde su acogida en tierra.

«No sabemos todavía si tendremos que hacer cuarentena aquí, luego iremos a Burriana»

«Tenemos 16 casos confirmados de Covid y un grupo grande de menores tiene sarna»

Iñigo Mijangos

Presidente de SMH

«Al menos esta noche podrán descansar en cama», dice Mijangos. La última noche, de domingo a lunes, a bordo del Aita Mari fue «relativamente tranquila aunque pesaban los seis días en alta mar y la temperatura era baja». Sin embargo, la noche anterior fue más dura, «con muchos aguaceros, un impresionante aparato eléctrico en el cielo que hizo saltar los miedos entre ellos, lo que añadía estrés a su propia situación», cuenta Mijangos, quien asegura que el barco no tenía ningún tipo de problema pese al mal tiempo.

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La tripulación del Aita Mari está ahora a la espera de conocer si tienen que hacer cuarentena en el puerto siciliano. «Y luego volveremos a Burriana, esta misión se ha prolongado mucho en el tiempo, nos costó mucho hacernos con los permisos necesarios para poder zarpar y la tripulación tiene que descansar», expone Mijangos.

Torturas y extorsiones

Las horas compartidas con el centenar de egipcios y un gambiano les han servido para conocer sus historias. «Nos han confirmado algo que ya sabíamos, la mala situación de los centros de detención en Libia. Nos han contado cómo les han torturado y extorsionado», cuenta el presidente de SMH. «La parte que más nos sorprende es que lo hagan con egipcios. Sabíamos de su racismo con los subsaharianos, pero no pensábamos que lo hicieran con ellos».

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No han terminado con esta misión e Iñigo Mijangos ya tiene la vista puesta en la siguiente. «Tenemos que ver cómo tenemos la economía, pero nuestra intención es volver a salir a finales de año o a partir del 10 de enero de 2022», dice. «Ojalá dispusiésemos de presupuesto para tener dos tripulaciones para poder tener continuidad en nuestra labor».

Esta es la sexta misión desde 2015 en la que participa el Aita Mari y «siempre surgen problemas», expone Mijangos. «La respuesta de las autoridades está cortada por el mismo patrón: alargar en el tiempo cualquier decisión. Eso no ha cambiado con respecto a nuestros inicios. Esta vez se ha tratado de dejarnos en alta mar el mayor tiempo posible». Además añade que una vez más «comprobamos la cruel política migratoria de la Unión Europea. Nos han obligado a permanecer varios días en alta mar en aguas internacionales aumentando el sufrimiento hasta que se ha podido acordar un puerto de desembarco».

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La tripulación no descarta que a su regreso a Burriana, Castellón, se encuentren con algún otro bote. «No estamos en la ruta o zona más caliente, pero cuando se van cerrando los accesos más factibles se van buscando otras alternativas. Pasamos por Argelia, y por cerca de Cerdeña, han llegado embarcaciones hasta Baleares, quién sabe», narra Mijangos.

El Aita Mari rescató el pasado martes a las 105 personas en aguas internacionales de Malta. Viajaban a bordo de un bote de madera en el que habían navegado dos días y llevaban otros dos a la deriva.

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