El derrumbe de Hondarribia, a vista de pájaro

El departamento de Infraestructuras Viarias de la Diputación de Gipuzkoa procedió a colocar ayer los 50 bloques de hormigón de dos metros de largo que conforman el muro, ubicado a la altura del puerto pesquero, en la zona inferior a donde se localiza la lengua de escombros causada por el desprendimiento. Una franja de tierra y rocas de 40 metros de largo y 28 de alto. Ahí permanecerán durante los «dos o tres meses» que, según una primera estimación, durarán las tareas de rehabilitación de la zona, incluyendo la carretera afectada (GI-3361), que estará cerrada al tráfico ese tiempo. El objetivo de este parapeto es proteger la calzada y paseo del puerto del material que pueda desprenderse mientras se limpia y regenera la zona dañada metros arriba.

La diputada foral de Infraestructuras Viarias, Maria Ubarretxena (PNV), explicó ayer que el gran tamaño de las piedras que han colapsado la subida al faro «complicará bastante las labores de limpieza». Fuentes de la Diputación añadieron que habrá que partir algunas de esas moles de roca caliza (se calcula que tres de ellas pesan en torno a 120 toneladas), con el riesgo que ello puede conllevar ladera abajo.

Con el muro ya colocado, el siguiente paso es construir una rampa de acceso directo a la zona del desprendimiento para la maquinaria y los operarios. Una vez que estén garantizadas las condiciones de seguridad, la limpieza en sí de la carretera del faro comenzará en los próximos días. Antes, la Diputación volverá a consultar a los geólogos y otros expertos y técnicos. Está previsto que todos estos análisis y trabajos previos se realicen entre hoy y mañana, de modo que mañana o el jueves la Diputación pueda comunicar un cronograma de trabajo y unos plazos más concretos.

El alcalde de Hondarribia, Igor Enparan (Abotsanitz), señaló por su parte que confía en que la carretera del puerto se pueda reabrir hoy con un carril y paso alternativo, recalcando que «lo prioritario es garantizar la seguridad de vehículos y peatones, y que no haya afecciones por los trabajos que se estén realizando en la parte de arriba».

La reapertura de ese tramo del paseo Ramón Hiribarren permitirá además a los arrantzales retomar la actividad pesquera. El corte de carretera ha hecho que ni el domingo ni ayer se pudiera pasar más allá del Club Náutico, por lo que no era posible llegar a los muelles ni a la Cofradía. Enparan agradeció la «disponibilidad y comprensión» de los arrantzales, que ayer no pudieron salir a faenar. «Esperamos que lo puedan hacer mañana (por hoy)», dijo.

El primer edil hondarribitarra destacó que «no ha habido daños personales» y «la buena coordinación entre las instituciones» en la respuesta ante el «susto», que obligó a desalojar a seis personas de tres viviendas. Los moradores de una de ellas pudieron regresar a su casa el mismo domingo por la noche.

La subida al faro seguirá cortada hasta que se restituya la normalidad, pero desde el domingo está habilitado un semáforo en la calle Pierre Lhande, desde donde se podrá subir a las inmediaciones del faro. Los vecinos del inicio de Higer bidea no tendrán problemas para dirigirse a sus casas, ya que la carretera se ha cerrado justo a la altura del desvío para subir al campo de tiro de San Telmo. En cambio, los residentes en los alrededores del faro tendrán que bajar por Pierre Lhande para llegar a la calle Ramón Iribarren.