Los deberes para el nuevo curso en el territorio

El precio por kilómetro se mantendrá en 0,22 euros para los camiones de entre 3,5 y 12 toneladas y 0,28 euros para los tráilers más grandes, los de 12 o más toneladas. Pero obvia decir que si en lugar de los actuales 16 kilómetros que son de pago pasa a ser tarifado todo el recorrido, cruzar Gipuzkoa de norte a sur o viceversa resultará más caro para los transportistas. El coste llegará casi a triplicarse. Frente a los 4,24 euros que paga ahora un camionero de la tarifa 1 y los 5,32 uno de la 2 por ir de Etzegarate a Astigarraga, con el nuevo peaje el desembolso será de 11,62 para el primero y de 14,80 para el segundo.

Pero el mayor cambio lo notarán los transportistas locales que hacen recorridos internos. Ir de Tolosa a Idiazabal, por ejemplo, ahora gratis, pasará a ser de pago. Lo mismo pasa con la Autovía de Leitzaran hacia Navarra, ahora exenta de peaje y que entrará a formar parte del canon.

La intención de la Diputación es aprobar en consejo de Gobierno el texto normativo este mes de septiembre y que tras la correspondiente tramitación en las Juntas Generales, el Parlamento provincial dé el visto bueno definitivo antes de final de año.

Pero hará falta un ingente trabajo e inversión para instalar lectores de matrícula y sistemas de cobro automático en cada una de las 32 entradas y salidas existentes. Una tarea que llevará meses, por lo que lo previsible es que el nuevo peaje no sea una realidad hasta entrados en 2023.

Las obras del Tren de Alta Velocidad (TAV) son desde hace años un clásico de los balances de deberes y retos pendientes en Gipuzkoa. Y lo seguirán siendo durante más de un lustro. En septiembre de 2021, el proyecto afronta la reactivación de las obras del tercer hilo entre Astigarraga y la frontera con Francia, y el inicio de los trabajos de conexión entre Lezo y el Puerto de Pasajes. Al tiempo, sigue avanzando la construcción de la nueva estación de San Sebastián y el llamado nudo de Bergara, que hará de enlace entre los ramales de Gipuzkoa, Bizkaia y Álava.

Por orden cronológico, lo primero debería ser el inicio de las obras para conectar el TAV con el puerto. El anterior ministro de Transportes, José Luis Ábalos, se comprometió en mayo a comenzar en otoño la necesaria ampliación de la playa de vías en la estación de Renfe de Lezo-Errenteria

Pero lo más importante será la reactivación de las obras del tercer hilo, que permitirá a los trenes de alta velocidad circular entre San Sebastián y la muga con Francia. El Gobierno central licitó antes del verano el nuevo proyecto constructivo, después de que esta obra fundamental quedase paralizada en 2018 tras entrar en quiebra la constructora que la ejecutaba.

Tres años y medio después, ya hay nuevo plan y el proyecto ha salido a licitación. Falta adjudicar las obras y que estas comiencen, algo que aún tardará meses, pero lo relevante es que vuelve a verse la luz al final del túnel y este tramo vuelve a estar encarrilado. Una vez vuelvan las máquinas, los trabajos se prolongarán durante tres años. Estas obras, que iban a ser las primeras en concluir, comenzaron en 2016 pero se detuvieron en febrero de 2018. Entre lo que queda por completar, destaca la adaptación del túnel de Gaintxurizketa.

A diferencia del resto del tramo guipuzcoano del TAV, cuya construcción corresponde al Gobierno Vasco, esta obra será asumida directamente por el Estado a través de Adif, con fondos del plan Next Generation de la Unión Europea. Con tres años de plazo, no concluirán hasta al menos 2025.

Es el año en el que, como pronto, culminarán las obras del tercer hilo entre Astigarraga e Irun que deben adjudicarse en los próximos meses.

Con el convenio de colaboración entre la Diputación de Gipuzkoa y el Ayuntamiento de San Sebastián ya firmado y aprobado en agosto, las obras del enlace de Marrutxipi que conectará los barrios de Gros, Egia e Intxaurrondo directamente con la variante de Donostia (GI-20) deberían comenzar en el primer trimestre de 2022. La conexión será una realidad en 2024, toda vez que el plazo de ejecución previsto es de 24 meses. Las nuevas incorporaciones a la variante sentido Donostia se realizarán por el carril derecho de la GI-20, conectando directamente con el paseo de Mons y desde la rotonda ubicada junto a las cocheras.

Además, la Diputación finalizará este curso las obras ya iniciadas del nuevo acceso al polígono 27 desde Astigarraga; el revestimiento y adecuación del túnel de Belabieta en la A-15 en sentido Pamplona; y avanzará en la ampliación de la Azkoitia-Urretxu (GI-631), cuyas obras comenzaron en junio y durarán 14,5 meses.

Hace tiempo que las residencias de mayores hablan de un modelo de atención centrado en las personas, lo que se conoce como ACP. Era un reto pendiente para estos recursos desde hace años, pero la pandemia ha acelerado el cambio del sistema de cuidados actual, más humano y personalizado, con residencias más pequeñas o divididas en zonas en las que el usuario se sienta como en casa. Pasar de lo grande a lo pequeño, al detalle. Con esa idea trabaja la Diputación de Gipuzkoa, que ha puesto en marcha la Agenda 20/30 para «dibujar un territorio con unas políticas sociales compartidas, capaces de configurar un nuevo modelo de atención y cuidados», aseguró en su momento la diputada de Políticas Sociales, Maite Peña.

Reforzar la atención a los mayores tras la pandemia es fundamental. Las residencias han sido caldo de cultivo para el Covid, que una vez dentro ha sido casi imposible parar su expansión. Aprender de lo vivido durante el último año y medio, en el que el SARS-CoV-2 ha dejado 334 usuarios fallecidos en Gipuzkoa, va a ser clave para avanzar en la nueva dirección de los cuidados. El dilema, una vez más, está entre medicalizar las residencias teniendo en cuenta que la población cada vez está más envejecida o hacer de los geriátricos centros sociales equiparables a los hogares. Parece que el futuro pasa, sobre todo, por esta última opción.

También por reforzar la atención en el domicilio, donde la mayoría quiere alargar su estancia antes de acudir a una residencia. Replantearse esta asistencia es otro de los objetivos de las autoridades en este contexto en el que ha quedado claro la importancia de los cuidados.

Euskadi tiene ya la vista puesta en el próximo 25 de noviembre o, lo que es lo mismo, el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. En el ámbito de la igualdad, el Gobierno Vasco tiene un claro objetivo que alcanzar en los próximos dos meses: aprobar la nueva Ley de Violencia de Género que en estos momentos sigue la tramitación parlamentaria necesaria en estos casos.

Esta nueva ley se centrará, sobre todo, en los menores. Reconocer y proteger como «víctimas y supervivientes» a los niños, niñas, adolescentes y otras personas dependientes que «conviven» en entornos de violencia machista es lo que se busca con ella. Entre otras cosas, los menores huérfanos víctimas de la violencia de género recibirán una ayuda de 5.000 euros al año hasta que cumplan los 18 años. En estos momentos, los hijos de las mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas tienen derecho a cobrar una pensión de orfandad a cargo de la Seguridad Social de 600 euros, pero este es el único apoyo que reciben los huérfanos de violencia de género, después de haber perdido a su madre de un día para otro

La segunda modificación de la Ley para la Igualdad de Mujeres y Hombres en Euskad quedó pospuesta en la pasada legislatura, pero 2021 deberá terminar con ella en marcha.