«Conciliar sin la ayuda de los abuelos es casi imposible»
La primera de septiembre es la semana de los abuelos. Sin ellos, muchas familias tendrían grandes problemas para cuidar a sus hijos antes del comienzo del curso escolar
Las vacaciones terminan para la mayoría de los trabajadores, pero los niños siguen sin colegio hasta el próximo 8 de septiembre. Un problema cotidiano que se repite para muchos padres cada año y que tiene en los abuelos la gran solución. El recurso a ellos esta primera semana de septiembre salta a la vista al pasar por cualquier parque estos días.
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«Amona columpio», «Aitona Tiovivo», son expresiones que se escuchan estos días de forma constante en el parque de Alderdi Eder de San Sebastián. Los días previos al inicio del curso escolar es habitual observar a abuelos vigilando a sus nietos en los juegos infantiles y en el caso concreto de este recinto, muchos aitonas optan por subir a los nietos en el tiovivo.
Maritxu está jubilada y se encarga de cuidar a sus tres nietas estos días antes del inicio de curso escolar. «Esta semana es compleja, así que estoy cuidando de ellas para echar un cable a mi hija», señala esta abuela mientras una de sus nietas saluda desde lo alto de un caballo del tiovivo. «La conciliación sin la ayuda de los abuelos es complicada, porque tener una chica estos días o apuntar a actividades al final para tres sale caro. Además, para mi esto no es un trabajo, es ocio», declara Maritxu observando como juegan sus nietas Laia Ani y Maddi.
Otro de los muchos aitonas que estos días visita el parque de Alderdi Eder es Santiago, que está jubilado en compañía de sus tres nietos. «Vivo en Elgoibar pero mi mujer y yo hemos venido estos días a Donostia a echar un cable a nuestra hija con el cuidado de los nietos», explica este elgoibartarra. «Después de dejar de trabajar, cuidar a los nietos me ha puesto las pilas y me han dado ganas de vivir», señala Santiago mientras sienta a su nieta pequeña Malen en el carrito y su mujer se encarga del cuidado de los dos nietos mayores.
Para muchos aitonas, «cuidar a los nietos es un placer pero requiere mucho esfuerzo. El cansancio físico se nota porque no tenemos tanta energía como cuando éramos jóvenes», tal y como asegura Juana. Esta abuela pamplonesa se ha acercado estos día de Donostia para ayudar a su hija con el cuidado de su nieto de corta edad. Todos los abuelos entrevistados sentencian: «la conciliación sin la ayuda de los abuelos es difícil o casi imposible».
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