Accidente mortal en Navarra
El colectivo pide más «prudencia y atención» a los conductores de los vehículos tras la última tragediaLos motoristas de Gipuzkoa denuncian que se sienten «invisibles» en la carretera y que «en el 60% de los accidentes no tenemos nosotros la culpa»
La trágica lista no para de crecer. Hasta nueve guipuzcoanos han perdido la vida en lo que va de año en accidente de moto. Seis ... en la red viaria de Gipuzkoa y, con el de ayer, tres más fuera del territorio. «Este tipo de noticias siempre son trágicas, pero después de todos los últimos casos que ha habido últimamente es algo que no lo podemos comprender», aseguraba compungido ayer Joaquín Zabalza, vicepresidente del Real Club Moto Gipuzkoa, horas después de conocerse el fatal desenlace de Ramón Dalmau, un irundarra de 60 años que perdía la vida en la localidad navarra de Murillo el Cuende después de colisionar la motocicleta que conducía con un vehículo.
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El colectivo está preocupado ante este aumento de la siniestralidad. Tienen motivos para ello. En pleno verano, época sensible en la que el uso de la moto aumenta con respecto al resto del año, las cifras de muertes se han incrementado de manera alarmante. Quedan por delante otros cinco meses en los que se podrían superar registros nunca antes vistos. La pregunta que ronda en el ambiente es la misma: ¿Por qué?
«No hay una lógica que pueda explicar este aumento que estamos viendo últimamente. No hay un patrón que se pueda seguir», explica Zabalza, voz más que autorizada para valorar las últimas muertes de motoristas guipuzcoanos. Cada accidente «es un caso particular», señala, por lo que «habría que analizar uno a uno» las causas que están detrás de cada siniestro.
«La frase más repetida del conductor en un siniestro es que no ha visto al motorista»
Joaquín Zabalza
Real Moto Club Gipuzkoa
«No tenemos el amor a la moto que hay fuera, aquí si pueden te pasan por encima»
Fernando Rilova
Tronkos Custom Club Gipuzkoa
Su propia veteranía, con años a su espalda encima de las dos ruedas, le lleva a afirmar que los motoristas vienen a ser algo así como los actores invisibles de la carretera. «La frase más habitual que se escucha entre los automovilistas cuando un motorista se ve involucrado en un siniestro con otro vehículo es: 'no le he visto'. Es que nadie repara en nosotros, nadie nos ve», denuncia, hipotetizando sobre las causas que podrían explicar la última tragedia.
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Zabalza sostiene que se evitarían no pocos siniestros si las maniobras de conducción fuesen «más claras», «concretas» y se anunciasen con suficiente antelación. «Los accidentes se producen muchas veces porque las maniobras se producen rápido, sin señalizar. Es algo que nos critican mucho también a nosotros los conductores de los vehículos, pero te voy a dar un dato, en el 60% de los siniestros no tenemos la culpa», asegura el vicepresidente del Real Club Moto Gipuzkoa, reivindicando más «prudencia y atención» a los conductores de los coches.
Convivencia en la carretera
La coexistencia en la vía es uno de los caballos de batalla que el colectivo motero lleva persiguiendo desde hace años. La forma de convivencia en la carretera entre los vehículos y los motoristas, «el colectivo más vulnerable», recuerda Fernando Rilova, presidente de Tronkos Custom Club Gipuzkoa. A su juicio, todo parte de una «falta de educación vial» que, por su propia experiencia, se hace más visible a este lado de la muga. «Suelo recorrer Europa en moto y el amor a la moto que hay fuera no lo tenemos aquí. De Aquitania para arriba, cuando te encuentras en una caravana de coche, te giran la rueda como forma de decirte que te han visto. Aquí no se respeta nada, si pueden te pasan por encima», explica.
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La red de carreteras y su mantenimiento, especialmente las secundarias, está también en el origen de muchos accidentes, añade. Son las vías más frecuentadas de los amantes de las dos ruedas por su menor densidad de tráfico y, en muchas ocasiones, su estado deja mucho que desear. «Afortunadamente en Euskadi y Gipuzkoa contamos con unas buenas carreteras, con guardarraíles protegidos en caso de caídas, pero cuando ocurre un siniestro como este último muchas veces ves que la vía no estaba en muy buen estado y que estaba lleno de gravilla», reconoce.
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