Cáritas reclama flexibilizar los criterios para el acceso de 'sintecho' a dispositivos del frío
La organización ha mostrado su «preocupación» por el aumento de las personas en calle
Cáritas Gipuzkoa ha reclamado a los municipios guipuzcoanos que cuentan con recursos para atender a personas sin techo en noches de frío intenso la ... flexibilización de los criterios para el acceso a estos dispositivos. En un comunicado, la organización ha mostrado su «preocupación» por el aumento de las personas en calle y los «insuficientes» medios que tienen estas personas para el acceso a la alimentación, al alojamiento, a la protección en invierno frente al frío y a «un proceso de inclusión donde el empleo y la vivienda sean posibles».
El llamamiento surge en vísperas de que se produzca un brusco descenso de las temperaturas nocturnas, con riesgo de heladas, y en un momento en el que diversos colectivos están reclamando al Ayuntamiento de San Sebastián la apertura de las cien plazas del albergue La Sirena para las personas sin hogar durante todo el invierno.
En su comunicado, Cáritas sostiene que, pese a sus esfuerzos, los de organizaciones sociales y la administración pública, «la realidad del sinhogarismo está creciendo exponencialmente y no están siendo suficientes las prestaciones y los servicios que se articulan para atender mínimamente a las personas en esta situación grave de exclusión social».
La entidad social afirma que esta realidad debe interpelar a «toda la administración pública», incluyendo a los ayuntamientos que «juegan un papel fundamental en el desarrollo de respuestas sociales adecuadas». En este sentido, recalca que «son necesarios centros de día que permitan el acceso a servicios de cuidado personal, así como a una alimentación suficiente. También centros nocturnos de urgencia que se rijan por criterios más abiertos y flexibles que los actuales, supeditados a condiciones nocturnas de frío extremo para abrir sus puertas y ofrecer un descanso seguro».
«Creemos que algunos criterios de apertura, como el de abrir un dispositivo del frío bajo riesgo de helada o ante una temperatura de cero grados, deben revisarse para proteger la salud y la propia vida de quienes pasan la noche sin ningún refugio», dice Cáritas. «Reclamamos criterios sociales que respondan al derecho que tenemos todas las personas a una vida digna, y que se concreta en el acceso a los sistemas de protección social», añade.
Los criterios varían según los municipios. El albergue La Sirena abre las puertas a personas sintecho cuando se prevé que va a helar por la noche. En el centro de inclusión Zubia, en Irun, el dispositivo del frío se activa ante previsiones de temperaturas nocturnas de 8 grados o menos.
«Sin desarrollo»
«La ley de Servicios Sociales dice que tiene que haber recursos para las personas en situación de riesgo de exclusión social. Las personas vulnerables tienen un respaldo legal, pero lamentablemente esto no está desarrollado como se debiera», explica Sergio Corchón, responsable del área de personas sin hogar de Cáritas Gipuzkoa. «Los dispositivos de atención a estas personas deberían estar abiertos todas las noches del año, especialmente las de invierno», añade.
Corchón asegura que el comunicado está dirigido «no solo al Ayuntamiento de San Sebastián, sino al conjunto de las administraciones públicas que cuentan con competencias en este asunto en el territorio. Ahora empieza la época de frío y para las personas en situación vulnerable es muy duro estar en la calle en situaciones indignas». Para el responsable de Cáritas, si no se flexibilizan los criterios «habrá más sufrimiento». «Ya ha habido muertes en la calle en noches de helada y esto es algo que no nos lo podemos permitir como sociedad»
En el conjunto de Euskadi había en 2022 alrededor de 3.380 personas en situación de exclusión residencial grave, según el último recuento realizado por el servicio de información e Investigación Social (SIIS). De ellos, 1.352 estaban en Gipuzkoa. En nuestro territorio destaca la presencia de 'sintecho' en Donostia, donde se encontraron 218, mientras que en Irun, el segundo municipio más habitado de Gipuzkoa, había 21, y en Errenteria, 16. Por contra, en Arrasate y Legazpi no se encontró a nadie durmiendo en la calle.
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