«Indigna que no dejaran pasar ni a los que íbamos a solo 40 km»

En situación parecida se encontraba Ángel Pérez, un cordobés que llevaba material de construcción a Tarbes, por lo que a la altura de Baiona debía desviarse hacia el este, alejándose de la zona problemática. «Mi ruta va por la A-64 hacia Toulouse, lejos del incendio. De hecho, es la vía alternativa que están dando en Francia a los compañeros que llegan desde el norte a Burdeos y allí se encuentran con la A-63 cerrada. No comprendo por qué no se permite lo mismo en sentido contrario».

Ambos compartían indignación ayer por la mañana en el polígono de transportes Zaisa de Irun, donde temían tener que pasar todo el día hasta que se reabriera la frontera. El miércoles el paso fronterizo se cerró a primera hora de la tarde y no se reabrió hasta las 21.30, para volver a cerrarse ayer por la mañana a las 7.00. En principio, la prohibición de paso estaba prevista de nuevo hasta las 22.00 horas, si bien finalmente el candado se abrió minutos antes del mediodía, aliviando la desesperación que empezaba a instalarse en los profesionales de la carretera.

A Ángel, el cierre de la frontera le cogió el miércoles ya en Gipuzkoa. Hacia las siete de la tarde hubo de dar media vuelta en Biriatou y pasar la tarde y la noche en la nueva zona de descanso para transportistas de la AP-8 en Oiartzun. A pesar de estar en una área específica para transportistas, denuncia que nadie le informó de que la frontera se volvía a cerrar a las 7 de la mañana. «Ayer (por el miércoles) llamé a Tráfico y sí me dijeron que el paso se reabriría a las diez de la noche, pero no que la idea era volver a cerrarla hoy. Así que decidí quedarme ya a dormir y salir por la mañana. He salido a las 6.30 h, pero con las colas que ya había, para cuando he llegado al peaje de Biriatou eran ya más de las siete y no me han dejado pasar. Otro día perdido», lamenta.

A José el cierre le pilló en Pamplona. «La Guardia Civil me desvió a un polígono y he tenido que pasar la noche allí. Me avisaron de que si continuaba hacia Gipuzkoa se me multaría». Como Ángel, tampoco sabía que la muga volvería a cerrarse esta mañana. «He salido a las 7.30 h y no he visto ningún cartel o señal informativa hasta que ya estaba a 20 kilómetros de aquí. Si lo llego a saber me quedo en Pamplona», dice. Enumera la sucesión de trabas y problemas que sufren los camioneros (precios de carga a la baja, subida del gasóleo, peajes, cierres de carreteras solo para ellos...). «Somos los últimos siempre», clama.

El enfado sube varios tonos cuando aparece Iván Paredes, un compañero de Benidorm que había subido fruta a Burdeos y ayer estaba de regreso transportando paquetería hacia Madrid. «He circulado esta noche por la ruta alternativa desde Burdeos (A-62, A-65 y A-64) y no he visto el fuego, por lo que entiendo que la ruta es segura. No entiendo por qué no permiten pasar y hacer ese mismo recorrido de sur a norte», apunta.

Había salido a las 4.00 horas y no se había encontrado excesivo tráfico de madrugada por esa vía alternativa. «Eso sí, muchos compañeros parados en arcenes y áreas de servicio». A pesar de esa aparente facilidad, explica que coger esta ruta «supone dos horas más de trayecto, unos 60 litros más de gasóil (unos 120 euros), y más peajes. Tal y como están las cosas, es para pensárselo aunque dejasen pasar».

El operativo especial que se monta cuando se cierra Biriatou va más allá de Euskadi y Navarra. A Svetozar Todorov, un búlgaro asentado desde hace 22 años en España, la Guardia Civil le paró hacia las seis de la tarde del miércoles en un control instalado en Rubena (Burgos). Él, que transportaba un camión cisterna cargado con etanol de Salamanca a Burdeos, sí estaba informado del cierre de la frontera entre las 22.00 y las 7.00 h, por lo que tras descansar en Rubena salió de madrugada hacia las 3.00 horas con idea de llegar a tiempo.

También era consciente del cierre de la N-I para camiones en Tolosa por las obras que se están llevando a cabo. Por lo tanto, conocedor de que en Olazagutia debía desviarse hacia Irurtzun y, de ahí, llegar a Gipuzkoa por la Autovía de Leitzaran (A-15). Como un reloj, llegó al peaje de Irun «a las 6.45 horas», pero la retención que ya había a esa hora en las inmediaciones de Biriatou hizo que le dieran las 7.00 h y se encontrara el paso cerrado «por unos pocos minutos».

Quien tuvo más suerte (o previsión) fue Fernando Pérez, sevillano que lleva detergente a Bélgica. Se encontró la frontera cerrada el miércoles a las 15.00 h. Tras pasar la tarde y el comienzo de la noche en el área de Oiartzun, salió ayer a las 5.00 de la mañana, por lo que pudo pasar. Admitía por teléfono desde Burdeos que sí sabía que el peaje se cerraría a las 7.00 h. «Podías haber avisado, mal amigo», le reprochaba en tono jocoso Ángel, con quien mantenía la conversación y con quien coincidió en el área de Oiartzun. «Supuse que también lo sabías», se defendía Fernando, quien también censura que «yo porque me enteré, pero es cierto que en la zona de descanso no vi ningún panel o cartel informativo, y no lo he visto hasta la misma frontera».