Las diez noticias clave de la jornada
Crear lazos. María y Paki, en Hernani, comparten una buena amistad. Unanue

De 'Bizilagunak' a amigas

SOS Racismo. El programa que reunía en torno a la mesa a familias autóctonas con inmigrantes se reformula por la pandemia y trata de recuperar vínculos creados, como demuestran Paki y María

Ana Chueca

Lunes, 30 de noviembre 2020, 06:09

Si la justicia existiese, la de verdad, con mayúsculas, la palabra solidaridad no existiría porque no haría falta». Es la reflexión que hace Paki Perea, ... de 67 años, sobre su amistad con María Reyes, de 50. La primera, alavesa de nacimiento, lleva más de tres décadas en Hernani. La segunda hace apenas tres años que llegó desde el sur de Honduras en busca de una «oportunidad» y de una vida mejor. Las dos confiesan que no son pocos los días que acaban con «dolor de tripa» de tanto reírse.

Publicidad

Paki y María se conocieron hace un año cuando participaron en la comida que anualmente celebra el programa 'Bizilagunak' de SOS Racismo. María, junto a otras dos mujeres migrantes, fue a comer a casa de Paki. Y desde entonces son inseparables. «Me dejó huella», dice Paki. «Sentí el cariño que podía recibir aquí», le contesta María.

Este año, por motivos evidentes y de sobra conocidos para todos, la séptima edición de 'Bizilagunak' no ha podido celebrarse como en años anteriores. En lugar de poner en contacto a familias autóctonas y personas extranjeras para dejar a un lado los prejuicios y conocerse en torno a una mesa, SOS Racismo ha apostado por un formato adaptado al nuevo contexto provocado por el Covid.

«La nueva propuesta parte de escuchar las voces y las necesidades de las personas migrantes que han participado en el proyecto en los últimos años, pero también de las nuevas condiciones que la nueva normalidad plantea», explican desde la asociación. Por ello, en esta ocasión para lograr esa «vecindad inclusiva», objetivo principal de Bizilagunak y más necesaria que nunca «ante la falta de redes y soledad detectadas», SOS Racismo «seguirá promoviendo la relación recíproca entre familias autóctonas y migrantes». La asociación anima a que a partir de hoy se renueven y se recuperen los vínculos creados en ediciones pasadas de 'Bizilagunak', ya sea teléfono o por videollamada. Basta con descolgar el teléfono o mandar un mensaje preguntando qué tal a esa persona con la que se compartió mesa.

Publicidad

Esta nueva edición comenzó ayer con la gala Gipuzkoa Solidaria, que se desarrolló de manera online mediante un directo emitido en el canal de Youtube de SOS Racismo Gipuzkoa, así como en Facebook e Instagram y contó, entre otros, con la alcaldesa de Errenteria, Aizpea Otaegi Mitxelena; el bertsolari Jon Maia, y la abogada Nora Ugartebu.

«Esfuerzo gratificante»

Hace un año, a Paki, que ya está jubilada, le pareció que era «el momento oportuno de emprender algo que no había hecho nunca». Entonces decidió ponerse en contacto con Sos Racismo y no dudó en apuntarse en el programa 'Bizilagunak'. «Pensé que sería fácil; sentarse a comer y que la conversación surgiría inmediatamente. Pero hay que esforzarse para que salga bien», recuerda de aquella comida en la que conoció a María, «al principio un poco tímida y poco habladora, aunque en el postre al fin se soltó». «Es una esfuerzo muy gratificante», dice hoy mirando a su amiga. «Sin duda merece la pena», insiste

Publicidad

«Con Paki puedo ser yo misma», destaca María e invita a las personas recién llegadas de otros países y otras culturas, como ella, a dejar los estereotipos a un lado «para que así puedan conocer a las personas de aquí, que no tengan miedo a abrirse». Ella ha logrado tener alguien en quien apoyarse, en quien contar en los momentos complicados, como ha sido el confinamiento y sigue siendo la pandemia. «Nos ayudamos mutuamente en muchas cosas», coinciden ambas.

De hecho, Paki acabó siendo uno de esos 'guardianes' que María tuvo cuando la operaron de un tumor en la espalda antes de que comenzara la pandemia. En ese momento se encontraba sola. «Me ingresaron para operarme de apendicitis y entonces vieron que tenía un tumor en la espalda. Era benigno, pero tenían que extirparlo», cuenta y explica que tuvo que estar más de un mes sin trabajar y con constantes visitas al hospital, momentos en las que «mi amiga me hacía reír mucho», confiesa. Paki no deja pasar la ocasión y recuerda por todo lo que ha tenido que pasar María, madre soltera de una niña de seis años, y critica que «nunca ha recibido ningún tipo de ayuda económica de las instituciones. Siempre ha salido adelante por ella misma y gracias a las buenas personas con las que ha coincidido desde que llegó».

Publicidad

«Podemos acabar tanto a carcajada limpia como llorando emocionadas», dicen las dos al unísono al hablar de los paseos y cafés que comparten todas las semanas. «Hay que quitarse los prejuicios, dejar esa mochila en casa, y conocer a gente a la que no conoceríamos de forma habitual», anima Paki. «Una vez que hablas con ellos, no existe color, idioma o raza. Solo somos dos seres humanos que nos vamos llamando de vez en cuando. ¿De qué hablamos? De todo», concluyen.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete los 2 primeros meses gratis

Publicidad