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Varias personas, con cigarros encendidos en una terraza. Murga dice que al exhalar el humo el virus se emite a mayor distancia. UNANUE

«Si es por el bien de todos, habrá que dejar de fumar en la calle»

Euskadi no ha tomado la decisión de prohibir, pero sí recomienda no fumar en la calle y terrazas; los fumadores lo ven razonable si evita la expansión del virus

ana chueca

Viernes, 14 de agosto 2020, 06:22

«Si antes no echábamos el humo en la cara, ahora mucho menos», dice Luis de la Fuente, sentado con Mila Lejarbi en una de ... las terrazas de la plaza de la Constitución de la capital guipuzcoana. La pareja de la localidad vizcaína de Markina fuma un cigarro después de tomarse un café. El tema de conversación en su caso es inevitable: la prohibición de fumar en las terrazas y en la calle cuando no hay distancia que se plantean muchas comunidades después de que la medida se haya implantado en Galicia y Canarias. «Primero nos sacaron de los bares y ahora también de la calle», se queja. «¿Solo podremos fumar en casa?».

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La consejera de Salud del Gobierno Vasco, Nekane Murga, aclaró ayer que en Euskadi no hay una prohibición, pero sí una recomendación expresa para no fumar en espacios que «no estén muy aireados» o en los que no haya «una distancia adecuada» porque, al exhalar el humo, «se emite el virus a mayor distancia».

«¿Eso es real?», se pregunta Luis. «Hay muchas cosas que no sabemos y que cambian de un día para otro», puntualiza. Pocos olvidan que al inicio de la crisis sanitaria, la mascarilla no era necesaria. «¿Por qué se meten con los fumadores?», continúa Mila con la discusión sobre una nueva medida que se añadiría a la lista de restricciones para frenar el avance del coronavirus.

«¿Es real que se contagia más al exhalar? Nos sacaron de los bares y ahora, de la calle. ¿Sólo podremos fumar en casa?»

Mila y Luis

A pesar del engorro que supondría para los fumadores como ellos que se prohibiera el tabaco en la calle, la pareja de Markina asegura que aceptaría la nueva restricción como una limitación más de los espacios y lugares en los que se puede fumar.

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Nerea Sacristán y Guillermo Madrid se miran con cara de circunstancia: «Qué le vamos a hacer». Su silencio cómplice basta para mostrar su disconformidad con el hipotético caso de no poder fumar por la calle. Ella reconoce ser fumadora social más que habitual. «Igual es una excusa y sirve como método para que mucha gente deje de fumar», plantea ella recordando cómo muchas personas decidieron dejar de lado el tabaco cuando se aprobó la ley antitabaco, que prohibía fumar en espacios públicos cerrados y en bares. A pesar de todo, «si es por el bien común habrá que dejar de fumar en la calle», asumen.

«Si se contagia con la saliva y hay que llevar mascarilla, no tiene sentido ir fumando por la calle»

Cora, Jeremy y Edric

La consejera de Salud aprovechó la rueda de prensa de ayer para recordar que su Departamento ya hizo una recomendación a la hostelería, e incluso en su página web, para que no se fumara en las terrazas con estructura fija, porque el «humo no mata al virus». Es más, al exhalarlo, «sin querer, uno emite el virus a mayor distancia que una persona en una respiración normal». Por ello, Murga se mostró «totalmente de acuerdo» con que no se fume en los espacios en «los que no se pueda garantizar una distancia adecuada y no estén bien aireados».

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Además, advirtió a los fumadores de que fumar no implica que tengan que estar sin mascarilla durante todo el tiempo en el que tienen el cigarro en la mano.

Cuestión de acostumbrarse

Para Fernando Tostado, de San Sebastián, «esto va a ser como con la mascarilla, que empezó siendo obligatoria en algunas comunidades y ahora lo es en todas». El uso del protector se fue contagiando de un territorio a otro y los fumadores coinciden en que sucederá lo mismo con la prohibición de fumar en la calle. La mayoría de las comunidades ya estudian implantar esta medida «a favor de la salud pública» que aplauden los expertos.

«Qué le vamos a hacer. Igual es una excusa y sirve de método para que mucha gente deje de fumar»

Guillermo Madrid y Nerea Sacristán

A este donostiarra, fumador poco habitual, no le parece mal la medida «si es por el bien de todos». Además, según este hombre que además trabaja en hostelería, «te acabas acostumbrando como con todo. La mascarilla es incómoda, pero detrás de la barra la llevamos casi doce horas seguidas y aquí seguimos».

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A pesar de ser fumadores, Cora Carrascosa y Jeremy Valderramo no tienen dudas: «La medida está bien. Si se contagia con la saliva y hay que llevar mascarilla, no tiene sentido que se pueda ir fumando por la calle». La pareja barcelonesa, que visita San Sebastián estos días con su hijo Edric de cinco años, explica que ellos se paran en un sitio en el que no molesten y puedan guardar las distancias de seguridad. Se encienden el cigarro, fuman y se ponen otra vez el protector.

«Va a ser como con la mascarilla. Empezó siendo obligatoria en algunas comunidades y ahora lo es en todas»

FERNANDO TOSTADO

La pareja insiste en que hay que hacer lo qué haga falta para frenar la expansión del coronavirus, y que se trata de medidas excepcionales. «Luego volveremos a la normalidad y se podrá fumar en la calle porque no habrá riesgo de ningún tipo».

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