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«Hay mucha necesidad y siempre que puedo ayudo»
Cientos de guipuzcoanos llenaron las bolsas de la compra en favor de las familias más necesitadas en la recogida del Banco de Alimentos, que finaliza hoy
PATRICIA RODRÍGUEZ
Sábado, 7 de mayo 2022, 07:12
Los kilos de arroz, pasta y conservas volvieron ayer a llenar los carros de la compra tras el regreso de la gran recogida de alimentos ... de forma física a los supermercados. «Se echaba de menos ir cogiendo los alimentos de las estanterías como antes, me parece más directo y menos frío», decía ayer al pasar por caja la donostiarra Pilar, que no dudó en aportar su granito de arena para ayudar a quienes no tienen cómo llenar la despensa. «Hay mucha necesidad», se lamentaba. Al igual que esta mujer, muchos guipuzcoanos se acercaron ayer hasta los supermercados Eroski, BM y Super Amara para colaborar en la campaña del Banco de Alimentos de Gipuzkoa, que esta primavera cobra «especial urgencia» debido al aumento de la demanda. La recogida se alargará hasta hoy en un total de 52 establecimientos y con la colaboración de más de 500 voluntarios.
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Varios de ellos, vestidos con sus chalecos blancos y azules invitaban a los clientes a realizar sus donaciones en forma de alimentos. Las jóvenes Lucía Bernaola y Sara García, alumnas de 4º de ESO del colegio San Patricio, explicaban el funcionamiento a una pareja que entraba en el Eroski de Arcco Amara y les entregaban las bolsas con el distintivo del Banco de Alimentos de Gipuzkoa para poder llenarlas de productos de primera necesidad. «Hemos venido para ayudar, nos lo propusieron en el cole y nos pareció una buena manera de colaborar en este tipo de iniciativas solidarias», comentaban a dúo estas dos estudiantes mientras colocaban varios botes de legumbres y briks de leche en las cajas de cartón correspondientes.
La pareja formada por Alessio Valerio y Ainhoa Plaza llenó sus bolsas con paquetes de galletas y leche, «lo que nos han pedido en la puerta», explicaban. Los encargados de entregar su aportación fueron sus dos hijos, los pequeños Unai y Marco. «Hay que enseñarles desde pequeñitos que hay que ayudar a la gente que más lo necesita», comentaba Ainhoa, que es colaboradora habitual en las recogidas solidarias que lleva a cabo anualmente la organización guipuzcoana. «Siempre aportamos todo lo que podemos», añadía su pareja, que desconocía el sistema de bonos «aunque solemos pulsar el botón de donar los céntimos en caja a la hora de pagar».
A Ramón Santos le apena que se sigan alargando las colas del hambre y por eso lleva varios años colaborando en esta iniciativa. Ayer aprovechó una compra rápida en el supermercado para entregar varias cajas de leche y lentejas, aunque «mañana (por hoy) vendré de nuevo con mi niña para donar más productos». En su caso, le resultaba «más cómodo» los bonos que se pagaban en caja, aunque el hecho de que haya regresado la presencialidad también le parece una bonita manera de explicarle a su hija lo que se puede conseguir mediante un pequeño gesto.
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«La suma de muchos»
El donostiarra Aitor Valdecillo también hizo un hueco en el carro de la compra para donar pasta, arroz y alguna legumbre. Según afirmaba, «intento colaborar en cada campaña, me parece importante arrimar el hombro». De la misma opinión es María Telletxea, que si bien se quejaba de lo «caro que está todo, siempre se puede dar algo, aunque sea poquito. Da lástima pensar en que hay familias que no tienen con qué alimentarse y más cuando hay niños...», comentaba dolida.
A medida que discurrió la tarde, los clientes se fueron animando con sus aportaciones, un par de botes de garbanzos o de tomate, latas de atún, una botella de aceite... Sin embargo, la imagen de carros hasta arriba no fue protagonista ayer. «Ni suele serlo. Normalmente la gente dona a poquitos, pero la suma de todos hace mucho. La ciudadanía es muy solidaria y afortunadamente siempre responde», manifestaba Juan Ignacio Etxabe. Este voluntario del Banco de Alimentos de Gipuzkoa desde hace 11 años, alertaba de que «tenemos el almacén en pañales, está muy vacío, además en la campaña anterior se recogió un 30% menos y estos primeros meses del año la demanda ha aumentado un 7%».
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Aunque recoger alimentos de forma presencial «es la seña de identidad» de la organización, Etxabe también detalla las ventajas de disponer de un crédito en los establecimientos para ir gastándolo a lo largo de todo el año. «A nivel logístico resulta más cómodo, no dependes tanto de las fechas de caducidad y se reduce bastante el trabajo que supone clasificar y almacenar todos los productos». A este sistema de bonos tuvo que recurrir el Banco de Alimentos cuando la pandemia impidió la presencia física de voluntarios en los supermercados, aunque el espíritu solidario para llenar las despensas a cuantas más familias fuera posible siguió intacto.
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