La ayuda «imprescindible» de los voluntarios
Más del 13% de la sociedad vasca colabora de forma desinteresada en distintas organizaciones sociales. Cruz Roja Gipuzkoa agradece la labor de casi 1.800 personas en el Día Internacional del Voluntariado, que se celebra este jueves
ana chueca
Jueves, 5 de diciembre 2019, 06:23
Su sueldo es una sonrisa. Las pagas extra, un abrazo sincero lleno de afecto. Trabajar fuera del horario convencional se paga con agradecimiento verdadero. Julia ... Nieto y Fidel Segur, voluntarios de Cruz Roja en San Sebastián, lo tienen claro: «El voluntario hace lo que hace de forma voluntaria. Y, además, sin esperar nada a cambio».
Hoy es el Día Internacional del Voluntariado. El día que reconoce y agradece la labor del 13,4% de la población vasca que ejerce el voluntariado en alguna asociación social, casi 5% más que en 2012. Julia y Fidel son parte de ese porcentaje. Hace apenas un año que volvieron a su Donostia natal, después de haber pasado buena parte de su vida en Salamanca. Allí eran voluntarios de Cruz Roja de Castilla y León. Una de las primeras cosas que hicieron nada más llegar a la capital guipuzcoana fue ponerse en contacto con la sede local y ver en qué podían ayudar.
Ambos colaboran en el programa de personas mayores y personas con discapacidad de Cruz Roja. Este plan ofrece acompañamiento a personas que sufren soledad y organiza actividades de ocio y tiempo libre para ellos, además de ofrecer transporte, teleasistencia y préstamos de productos de apoyo como sillas de ruedas. Para todo ello y atender a las 60 personas que forman parte del programa, cuentan con cien voluntarios. La mayoría de usuarios son mujeres mayores de 70 años, aunque también hay «gente joven que tiene algún tipo de discapacidad».
En cifras
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100 voluntarios tiene en Donostia el programa de personas mayores y personas con discapacidad de Cruz Roja que atiende a 60 usuarios, mujeres mayores de 70 años en su mayoría.
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Actos: Hoy de 11.00 a 13.30 horas en la plaza Gipuzkoa Sareginez, red de entidades de voluntariado de Gipuzkoa, celebra el Día Internacional del Voluntariado. Bajo el lema 'Siembra voluntariado', la actividad tendrá como objetivo principal visibilizar y reconocer los beneficios de proporcionan a la sociedad el voluntariado.
Encarni Aguirregoikoa, de 87 años y vecina de la Zurriola de toda la vida, es una de las usuarias. Fidel y Julia van a buscarla para dar un paseo y tomarse un café. Encarni dibuja una sonrisa nada más verlos. El esfuerzo de bajar las escaleras andando -no tiene ascensor- y subirse en la silla de ruedas merece la pena por el rato de charla. Encarni se quedó viuda hace más de 20 años, cuando su marido murió de cáncer de pulmón, con 53. «Fumaba mucho», recuerda la donostiarra. Su hijo vive en Hernani, por lo que está sola en Donostia. Todas las semanas recibe la visita de un voluntario de Cruz Roja que la escucha y acompaña durante un rato para paliar esa sociedad.
Fidel, esta tarde se empeña en que el grupo tome café en alguna de las cafeterías cercanas a la casa de Encarni. Desesperado al no encontrar un establecimiento sin escaleras o cambios de altura para la silla de ruedas, apuesta por levantarla a pulso con tal de poder entrar a tomar algo y resguardarse del frío. «Hasta que no estás con una silla de ruedas no te das cuenta de las barreras arquitectónicas que tienen que superar», sentencia.
Julia y Fidel hablan de todo con Encarni. Lo guapa que se ha puesto para el paseo, el tedio de no tener ascensor en su casa y lo «rico que es el café», aunque a Julia no le guste. Al recordar el olor a café tostado de la plaza Gipuzkoa, retroceden hasta la época en la que iban a bailar a la calle Hernani. La sonrisa de Encarni no desaparece en ningún momento, encantada no deja de repetir lo bien que se lo está pasando.
Salidas para votar
La pareja de voluntarios suele ofrecer su ayuda en los acompañamientos puntuales, como puede ser ir al médico, una revisión de la vista o ir a votar. «Yo conduzco la furgoneta y Julia me indica por dónde hay que ir», explica Fidel, «este año no sé cuántas salidas para votar hemos tenido que hacer», exclama. La pareja quería hacer algo con su tiempo libre, después de jubilarse en Salamanca. «Quería sentirme útil», apunta Fidel, «podría haberme apuntado a estudiar algo en la universidad, pero con esto ayudamos a más gente. Para nosotros no suponen ningún esfuerzo». «Para ellos es importante tener alguien con quien hablar y desahogarse. Con un pequeño gesto puedes ayudar mucho», contesta Julia.
«Los voluntarios son una ayuda imprescindible», insiste Leire Soler, técnica del programa de personas mayores y personas con discapacidad de Cruz Roja de Gipuzkoa. Fidel y Julia son un buen ejemplo de ello, aunque por modestia no lo admitan. La pareja se complementa en sus servios de voluntariado: él se encarga de los aspectos más técnicos como de las sillas de ruedas y ella, más acostumbrada a escuchar, se encarga de hablar a las personas a las que hacen compañía y ayudan, porque a «Fidel no se le dan tan bien las personas mayores, en ese sentido tiene mucho mérito». Ese es justo uno de los aspectos que más disfruta Julia del voluntariado, poder «ayudar a personas que solo necesitan compañía. Ayudar a los demás es muy gratificante».
Más colaboración
En el programa de personas mayores y con discapacidad cuentan con cien voluntarios en Donostia. En total, Cruz Roja tiene 5.137 personas que realizan voluntariado de forma habitual en los tres territorios vascos. Entre estos existe una paridad de género con un 50.2% de mujeres y un 49.8% de hombres, con una edad media de 41 años. La actividad principal con más voluntarios es la vinculada al área de Intervención Social, seguida de las áreas de Socorros y Emergencias y Cruz Roja Juventud. A nivel estatal, 200.000 personas voluntarias de Cruz Roja «dan lo mejor de sí mismas para ayudar a quienes más lo necesitan, sin esperar nada a cambio».
Leire hace un llamamiento a toda la ciudadanía: «Necesitamos más voluntarios. Nunca hay suficientes. Sobre todo para el acompañamiento puntual y de emergencia. Para ir al médico o para votar... Cosas puntuales en las que el voluntario pueda llevar y recoger al usuario».
En este sentido, Fidel y Julia aseguran que para ser voluntario solo hace falta voluntad de serlo. No hay que ser de ninguna manera, solo «ser capaz de empatizar con los usuarios y ser amables con ellos». Ser voluntario en definitiva «es ayudar dónde y cuando hace falta a las personas que lo necesitan, sin esperar nada a cambio». Recibiendo «una recompensa personal porque permite mejorar la vida de las personas y hacer de este mundo un lugar mejor».
Premio del voluntariado 2019
Charo Martínez recibió ayer el Premio del Voluntariado de 2019 de la Diputación de la mano del diputado general Markel Olano y la diputada de Políticas Sociales, Maite Peña. Esta donostiarra de 68 años cumple 25 como voluntaria en diferentes asociaciones. Su candidatura fue presentada por la asociación intercultural Kaebnai y el acto se celebró en el Salón del Trono del Palacio Foral.
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