«No puede ser que aquí nos pongamos las pilas, pero se las fría a tiros en sus cuarteles de invierno»
El biólogo Mario Sáenz de Buruaga pide una mayor cooperación internacional para conservar la especie
El biólogo Mario Sáenz de Buruaga ha sido el director del informe sobre la situación de la tórtola europea pedido por el Gobierno Vasco. Estas ... aves realizan una migración que considera «una hazaña biológica», superando los dos mil kilómetros de trayecto entre Europa y el Sahel en una veintena de días. A su vez, cree que la caza puede ser «un factor relevante en la mortalidad de las aves migrantes». «En este sentido son las regulaciones cinegéticas las que deben presidir cualquier aprovechamiento que pueda hacerse. En el País Vasco, la tórtola no es una especie con tradición cinegética por su presencia ocasional y esporádica, no mantiene una población que permita que haya esa tradición», indica. En aquellas que sí, como en Extremadura, desde el año pasado el cupo cero –en otras palabras, la prohibición de su muerte– establecido por la Comisión Europea ha traído polémica entre los cazadores, que defienden que no es su batida lo que perjudica a la especie, sino los cambios en los usos agrícolas.
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Sáenz de Buruaga tampoco descarta que una de las razones de la reducción de ejemplares sea el medio ambiente, aunque avisa de que «no es algo estudiado». «En todo caso, es sabido que, para las aves migratorias en general, los efectos climáticos tienen repercusión, sobre todo en el calendario de migración y desde luego en el ciclo de los cultivos de los que se alimentan», señala el biólogo.
Además, le da «buena parte de la responsabilidad» a «los cambios del medio natural y los cambios en la dinámica migratoria», pero avisa de que hace falta una mayor cooperación internacional para la conservación de la especie: «no puede ser que si en la península ibérica o en Francia nos ponemos las pilas para, por ejemplo, dejarlas de cazar, se las fría a tiros en sus cuarteles de invierno».
Ayuda indirecta desde Ucrania
La guerra de Ucrania causó una escasez de aceite de girasol que ya parece pasada, y Europa ha tenido que tomar medidas para que se garantice el suministro de alimentos en todo el continente. Una de las adoptadas ha sido el permiso para la siembra de girasol como cultivo de primavera, que en La Rioja ha dado pie al incremento de la superficie de sembrado hasta las 6.000 hectáreas. Una pequeña buena noticia para la tórtola europea, que podrá alimentarse y cobijarse para estar mejor preparada para su viaje de vuelta a África, con el consecuente aumento de la población. Este parche momentáneo no da solución al creciente problema, pero dentro de un ecosistema tan interconectado, donde lo que sucede a miles de kilómetros repercute en nuestro día a día, a veces se crean ayudas ocasionales.
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