Los autores de los grafitis en trenes se exponen a cuantiosas multas y hasta a penas de cárcel

El repunte de la actividad llevada a cabo por los grafiteros en Gipuzkoa hace que estos grupos organizados que buscan decorar trenes, tanto de Euskotren como de Cercanías de Renfe, vuelven a estar en boca de maquinistas y conductores de ambas compañías por la inseguridad e inquietud que generan. Sobre todo porque en las últimas semanas han logrado llegar a parar trenes de los ferrocarriles vascos entrando en las contracabinas de los convoyes para pulsar botones de emergencia y de ese manera tener más tiempo para plasmar sus obras. Actos que pueden llegar a ser constitutivos de delitos en base al daño causado a los elementos de los trenes y que en los últimos años han llevado a grafiteros a ser multados con cuantiosas multas económicas y con peticiones de cárcel.

La comarca de Debabarrena se convirtió en el año 2013 en un centro de producción de grafitis que llegaban a ser expuestos en internet para mayor gloria de sus autores. Euskotren tomó cartas en el asunto y solicitó demandas judiciales para castigar con 13.000 euros a los autores de las pintadas que se realizaron entre Elgoibar, Eibar y Ermua. La sanción fue solicitada en función del coste de reparación que conllevó volver a preparar los trenes para que siguieran circulando, al que se unieron los días que se perdió cada unidad con las consiguientes pérdidas de ingresos.

Tres años antes, también en Eibar, la Fiscalía de Gipuzkoa pidió dos años de cárcel para cuatro jóvenes acusados de pintar con grafitis un convoy de Euskotren que se encontraba estacionado en la estación de la ciudad armera. Agentes de la Ertzaintza identificaron a los procesados quienes presuntamente causaron daños valorados en 12.065 euros en los vagones. El Ministerio Público consideró que esta acción era constitutiva de un delito de daños por el que reclamaron para los acusados dos años de prisión para cada uno y sendas multas de 3.240 euros.

La capital del territorio también ha registrado condenas para grafiteros. En 2012 el Juzgado de lo Penal 3 de Donostia sentenció a dos personas que realizaron numerosas pintadas en trenes, fachadas de viviendas, mobiliario urbano y en la fachada del antiguo Museo Diocesano, cuya limpieza total costó 78.000 euros. Los acusados fueron condenados a un año de prisión así como al pago cada uno de ellos de una multa de 720 euros y abonar el coste de los daños.