«Es raro que las víboras muerdan, es una especie tranquila y poco agresiva»
Atienden en el Hospital Donostia a una niña por una mordedura de víbora, que fue capturada por sus padres en un tupper en Errenteria
Una niña de tres años tuvo que ser atendida el pasado fin de semana en el Hospital Universitario Donostia tras ser mordida por una víbora de seoane en una zona de merenderos del fuerte de San Marcos, en Errenteria. En el momento del ataque, la pequeña se encontraba en compañía de sus padres, quienes capturaron a la serpiente en un tupper y se dirigieron al centro hospitalario para que trataran a la niña. Tras unas horas en observación, la menor fue dada de alta. Por su parte, el ofidio, una hembra de unos 50 centímetros y embarazada, fue recogida por miembros de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, que la liberaron en la misma zona donde fue capturada.
Aunque la mala fama les precede, las víboras son animales «tranquilos y poco agresivos». «Es raro que muerdan porque su primera reacción es huir, pero puede darse el caso si el animal se siente acosado, o las pisamos o tocamos sin querer», explica Carlos Cabido, director del departamento de Herpetología de Aranzadi.
Tras una primavera atípica con temperaturas más frescas de lo habitual, el calor de los últimos días ha multiplicado la aparición de esta especie en nuestro entorno. Solo en los últimos quince días, Aranzadi tiene constancia de 76 avistamientos en Euskadi, donde conviven tres subespecies de víboras: cantábrica o de seoane, áspid y hocicuda. Donostia es una zona donde estas serpientes abundan, pero desde Aranzadi apenas reciben uno o dos avisos al año por mordeduras. «La de este domingo ha sido el primero de este 2022», indican.
Prohibido capturarlas
Seguro que más de uno se ha llevado un buen susto ante un encuentro con estos animales que tan poco amigables resultan a la mayoría. Gritar, saltar o correr parecen las reacciones más naturales al ver un ejemplar, pero ¿cómo se debe actuar? «No hay que hacer nada», insisten desde Aranzadi, «solo observarla, si es que nos deja, porque al percatarse de nuestra presencia la reacción de la serpiente será huir». ¿Y si la vemos en el jardín de casa? «Se debe llamar a Emergencias que se pondrá a su vez en contacto con nosotros para que acudamos a retirarla».
1/4 #sugebizi Ayer nos llamaron para recoger una víbora en el hospital. El domingo había mordido a una niña de 3 años, en unos merenderos. La niña estaba bien, en observación, recuperándose sin problemas de la inflamación.
Carlos Cabido (@El_Inquisito) May 17, 2022
Aquí podéis ver la víbora después de ser liberada. pic.twitter.com/Yz3z0lfuct
¿Y si nos ha mordido? «Es importante no perderle la calma y nunca capturarlas. No es necesario identificar la especie porque el tratamiento va a ser el mismo sea cual sea la serpiente que nos ha mordido. Además, capturarla está prohibido y al intentar atraparla nos arriesgamos a recibir más mordeduras que posiblemente contengan más veneno que la inicial, que a menudo contiene poco veneno o incluso ninguno», explica el experto, quien también recuerda que matar a estos ejemplares es delito.
La mordedura de la víbora provoca inflamación y en caso de que haya inyectado veneno «es dolorosa», por eso hay que acudir lo antes posible a un centro hospitalario. «Pero no hay que hacer nada de eso que hemos visto en las películas de chupar el veneno de la herida por ejemplo. Lo que sí podemos hacer es quitarnos objetos como anillos que llevemos en la zona de la mordedura porque se nos va a hinchar», indica Cabido. Una vez en el hospital, el tratamiento habitual es con suero y corticoides para intentar reducir la inflamación lo antes posible. Tras unas horas en observación el paciente es dado de alta.
Campaña en redes
La del pasado domingo no es la primera vez que miembros de esta sociedad científica tienen que recoger una víbora en un centro hospitalario. «Esta último ejemplar estaba en perfecto estado en el tupper, pero lo normal es que estén muertas», lamenta. Carlos Cabido recuerda que en la última actualización del catálogo vasco de especies amenazadas no hay ninguna serpiente. «No porque no estén en peligro, sino porque no hay suficientes datos disponibles sobre ellas para que cumplan con los criterios para estar en ese catálogo», explica.
Para paliar este déficit, la sociedad científica puso en marcha el pasado año la iniciativa #sugebizi, una campaña que persigue recabar toda la información posible sobre los ofidios, «un grupo difícil de estudiar porque no es fácil dar con ellas. Los encuentros con serpientes siempre son fortuitos». Esta campaña en redes sociales, que este año se ha ampliado también a Navarra, está vigente a lo largo de la primavera y el verano y consiste en fotografiar serpientes y compartir a través del hashtag #sugebizi tanto la imagen como las coordenadas geográficas de su ubicación.
Cómo participar en #sugebizi de Aranzadi
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Delito matarlas. No se pueden tocar ni coger las serpientes. Y mucho menos matarlas ya que se cometería un delito en contra de la naturaleza.
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Fotografiar la serpiente. Lo primero que hay que hacer al encontrar una serpiente es sacarle una fotografía, manteniendo la distancia de seguridad de 1,5 metros. Es importante cuidar la luz de la fotografía, utilizando también el zoom desde todos los ángulos.
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Coordenadas geográficas. Una vez tengamos la fotografía, hay que conseguir las coordenadas geográficas y de ubicación a través de GPS u ordenador.
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Compartirlas en Twitter. La fotografía y las coordenadas se comparten a través del hashtag #sugebizi. De esta manera, los científicos de Aranzadi podrán unificar y registrar las observaciones.
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También las muertes. Si la serpiente estuviera muerta, es importante sacar la fotografía igualmente. El dato siempre será de interés. En ese caso además de sacar la fotografía es interesante dar la vuelta a la serpiente y sacar también la panza.
Desde Aranzadi recuerdan que #sugebizi es un proyecto altruista que no recibe financiación, pero invitan a contactar con ellos a todo aquel que quiera colaborar.