«Fueron mensajes despiadados. Si lo que se intentó era hacer daño, se consiguió»

Entre ellos están el diputado general de Gipuzkoa, Markel Olano, que declara este miércoles junto con otros miembros de la Diputación, varios magistrados, un notario y representantes de este periódico. También estuvo Odón Elorza, si bien el exalcalde de Donostia ha decidido retirarse del caso.

Badiola negó su implicación en los hechos, mientras que los testigos narraron el «calvario» que sufrieron durante meses por los mensajes publicados y qué afección tuvieron en su vida personal, laboral y social. Todos afirmaron no conocer personalmente al acusado. Estas fueron sus declaraciones.

La primera en declarar fue la magistrada Ana Isabel Pérez Asenjo. En las cuentas de Twitter mencionadas, se le acusaba en reiteradas ocasiones de «prevaricación en el llamado caso Kote Cabezudo», del cual fue jueza instructora desde 2013 hasta 2018. También se le imputaba otra trama relacionada con administradores concursales de la Real Sociedad. «En uno decían que me iban a dar el premio a la jueza más corrupta de Gipuzkoa», dijo Asenjo. «La peor imputación que pueden hacer a una magistrada es que está prevaricando, es el peor insulto que te pueden hacer como profesional. Y lo hacían una y otra vez de forma infundada y por motivos que nunca te explicas», indicó. Estos hechos le causaron «malestar, era muy desagradable» e insistió en que «el daño ya está hecho».

Otra de las testigos fue Yolanda Domeño, magistrada de la Audiencia de Gipuzkoa y actual presidenta en funciones de la misma. En los 'tweet' en los que se le mencionaba se le imputaba ser «jefe de la manada de pederastas de esta provincia, con la connotación que el término manada tenía en esa época, que fue el momento que se enjuició el caso de la manada en Pamplona», indicó.

Domeño aseguró que esos mensajes fueron «implacables, demoledores, despiadados. Si lo que se intentó era hacer daño, se consiguió». La magistrada reconoció asimismo que fue «demoledor» el hecho de que en esas publicaciones se mencionara a su marido, fallecido hace años. «Me pareció un ataque cobarde porque él no podía defenderse. Fueron meses que pasamos un calvario, en espera de ver qué se va a decir al día siguiente, qué basura se va a sacar. Fue una situación angustiosa, y esa ansiedad yo la calmaba tomándome un orfidal». Domeño insistió en que «en mis 40 años de ejercicio de la profesión jamás he sido objeto de un ataque tan despiadado».

Eduardo Clausen, notario de profesión, también fue foco de los ataques de las publicaciones en Gipuzkoa Confidencial, donde se le acusaba de ser «uno de los principales pederastas del caso Kote Cabezudo». Este calificó esas informaciones de «descalabro y degradantes», aunque dijo que «son tan absurdas que ni dañan». No obstante, relató el «perjuicio» sufrido a consecuencia de las mismas en su vida laboral, indicando que era el administrador único de un importante grupo empresarial, y que «mis socios me dijeron que una persona de la que salían esas afirmaciones, aunque eran falsas, no podía ser imagen de su grupo», una reacción que «me ha destrozado». En este sentido, indicó que los 500.000 euros solicitados en concepto de daño moral le resultan escasos. «Me he quedado muy corto. Yo he podido perder 10 ó 20 millones de euros», aseguró.

Al finalizar la sesión el fiscal solicitó la reproducción en sala de la declaración en instrucción de la magistrada Victoria Cinto, recientemente fallecida y que también presentó denuncia por estos hechos. En la misma aseguraba que «a nivel personal ha sido muy duro, es una ciudad pequeña y todo se propaga rápidamente. Las acusaciones que se me imputan son gravísimas», indicó la magistrada.

Entre otras, como a la magistrada Yolanda Domeño, se la relacionaba con el caso Cabezudo y se le acusaba de corrupción y pederastia. «El daño profesional ha sido importante, soy magistrada y vocal del Consejo General del Poder Judicial, y que se me impute prevaricación o que participo en una trama de violadores, es muy desagradable». También aseguró que el estado de ansiedad que le provocaron estos hechos afectaron negativamente a su salud, ya que padecía una enfermedad. Asimismo relató que a consecuencia de estos hechos tuvo que solicitar escolta policial.