«Hay alumnos para quienes la prioridad es comer, no las matemáticas o el euskera»
Los directores de los centros de Urretxu y Zumarraga asumen «el gran reto» que les plantea la alta vulnerabilidad existente en sus aulas
Las estadísticas del Gobierno Vasco sitúan a sus centros en el área de mayor vulnerabilidad del alumnado nuevo de 2 años este curso. No solo ... eso. También dirigen los colegios donde más ha crecido el número de alumnos desfavorecidos en la generación que se escolarizó hace dos años. Son los directores del centro público Gainzuri (Iñaki Etxaniz), la ikastola Urretxu-Zumarraga (Markel Garralda) y el colegio La Salle de Zumarraga (Judith Calvo) y comparten «un gran reto», coinciden los tres.
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El elevado número de alumnos vulnerables está al menos «muy repartido entre los tres colegios, lo que no es tan habitual en otros pueblos o comarcas», señala Etxaniz, director de un centro de la red pública, precisamente la que mayor número de necesidades especiales suele acoger. «Eso nos ayuda a compartir inquietudes en reuniones que organizamos». Garralda, director de la ikastola de la comarca, añade que «lo que vemos en cada uno de nuestros centros es, más o menos, la realidad de la calle. La proporción que se ve en los parques está recogida en nuestros patios».
«La mayor dificultad parte de la transmisión del idioma y por eso tenemos profesores para refuerzo lingüístico»
Iñaki Etxaniz
Director de Gainzuri ikastetxea
«El docente es consciente de la diversidad que hay y la clave es la flexibilidad a la hora de adaptar los proyectos»
Markel Garralda
Dir. Urretxu-Zumarraga ikastola
«Tenemos que adecuar el programa al nivel de cada alumno y, por eso, nos facilitaría las cosas bajar los ratios por clase»
Judith Calvo
Directora de La Salle Zumarraga
Asumida la realidad, el desafío es la adaptación. Judith Calvo (La Salle) explica que «hay alumnos que vienen de fuera que tienen otra mentalidad. Su prioridad es comer cada día, no tanto las matemáticas o el euskera. Eso implica al profesor plantear su trabajo de otra manera, a base de nuevas metodologías y horas de refuerzo educativo. Nos gusta dar un tratamiento personalizado y para esto tenemos que adecuar el programa al nivel de cada alumno. En ese sentido, nos facilitaría las cosas bajar los ratios por clase». Instrumentos como el programa Indartuz del departamento de Educación o el marco pedagógico NCA (Nuevo Contexto de Aprendizaje), propio de La Salle, ayudan al objetivo.
Añade Garralda que «desde septiembre ya tenemos contemplado el escenario de que nos van a llegar nuevos alumnos durante el curso, y de los de necesidades especiales. Por eso tenemos un grupo de acogida, y protocolo flexible, un plan para ayudar a las familias que lleguen a encontrar los servicios en el pueblo, profesores de refuerzo, etcétera. El primer objetivo es la inclusión: integrar a los nuevos en su nuevo entorno. Los profesores son conscientes del contexto de diversidad antes de entrar en clase y saben que deben adaptar los proyectos. El concepto es la flexibilidad. Ya no vale la misma receta para todos».
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Etxaniz incide en el refuerzo y destaca que «sobre todo la dificultad parte de la transmisión del idioma (euskera). Si no se domina, luego es más difícil asimilar los contenidos. Tenemos profesores con horas libres para hacer refuerzo lingüístico, especialistas para recién llegados y un acuerdo con el euskaltegi municipal».
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