«Han salido ilesos de milagro»
La Ertzaintza investiga las causas que pudieron originar el fuego que se llevó por delante un caserío de Errezil. Solo quedaron en pie las cuatro paredes
ELI AIZPURU
Sábado, 17 de junio 2017, 08:38
El fuego devoró todo lo que se encontró en su camino. Solo quedaron en pie las cuatro paredes del caserío Antzelai del barrio de Ezama de Errezil que fue pasto de las llamas la madrugada del jueves. Por suerte, los cuatro vecinos que habitaban el inmueble salieron «ilesos de milagro». Pero los recuerdos y enseres de su interior quedaron reducidos a cenizas después de que el incendio que comenzara hacia las 3.20 horas. La Ertzaintza investiga las causas que pudieron originar el incendio que se llevó por delante el inmueble.
Bomberos del parque del Urola, en Azpeitia, así como dotaciones del parque de Tolosa se acercaron al lugar tras la llamada de socorro recibida de madrugada pero nada pudieron hacer para salvar el edificio de gran metraje que está situado en un lugar bastante apartado. El camino de acceso es sinuoso y de mucha pendiente y para cuando llegaron los bomberos «nada se podía salvar». Tan solo las paredes de piedra del edificio quedaban en pie. Bastaba una mirada hacia el interior del inmueble para percibir la dimensión que podría haber adquirido el suceso de no ser porque la familia que habitaba el caserío salió por su propio pie de las habitaciones donde dormían.
Arduo trabajo
Por la mañana, tan solo un bombero, -después de un arduo trabajo para sofocar las llamas del resto de compañeros-, quedaba vigilando el lugar. El matrimonio y los dos hijos, de 14 y 12 años, que vivían en el caserío, fueron trasladados a la casa familiar de la esposa, en el vecino barrio de Elosiaga. El alcalde de Errezil, Xebero Agirretxe, había estado con ellos, después de personarse a las 8 de la mañana al lugar del incendio, del que habían salido ilesos «de milagro». Tal y como explicaba el primer edil de la localidad, «fue el marido el que se percató de unos ruidos raros ya de madrugada, por lo que avisó a su mujer. Se levantó y nada más acercarse al gambarote percibió las llamas, para entonces, de grandes dimensiones. Tan pronto como pudieron, sacaron a los niños, y sin tiempo para coger nada de valor, salieron con un puñado de ropa en las manos». Durante esos interminables minutos, pudieron coger los coches y salir del perímetro del caserío cuyas llamas ya eran muy altas «tanto que se pudieron ver desde el propio pueblo de Errezil», explicó un vecino.
Otros dos vehículos se encontraban calcinados. «Eran un coche y un todoterreno que ya no utilizaban y tenían en el gambarote». El silencio reinante por la mañana y la triste estampa, con abundante niebla y sirimiri, que presentaba el paisaje junto con el humo saliendo aún del inmueble, tan solo quedaba roto por los balidos de un rebaño que deambulaba en el entorno. «Por suerte, no tenían animales dentro. Habían ido retirando el ganado poco a poco y tenían las ovejas aparte», señalaba un sobrino que se había acercado al lugar. Después de inspeccionar la zona se percató de la ausencia del perro de a familia, un mastín, que había sido localizado por los bomberos.