«Geoparkea es una de las piezas del puzzle que intenta contar la historia de la Tierra»

Este rincón costero atesora un patrimonio geológico, paisajístico y cultural. Y ofrece una de las propuestas más singulares y atractivas en torno al turismo de naturaleza y el geoturismo.

El Geoparkea, o Geoparque de la Costa Vasca, está considerado como un libro en el que se puede leer la historia de nuestro planeta. Las páginas que conforman el ejemplar se formaron debajo del mar, haciendo que, así, el Geoparque sea «una de las piezas del puzzle que intenta contar la historia de la Tierra». Hoy, cada capa forma una obra continua de casi 14 kilómetros de acantilados en el que predomina el flysch como formación geológica, donde se pueden leer 60 millones de años consecutivos de la crónica de nuestra Tierra.

Con motivo de la llegada de la temporada estival, el Geoparque ha reforzado su oferta turística, presentando así un amplio programa de visitas guiadas por los tres municipios costeros que conforman el territorio. Pronto quizá tengan que ampliar horarios. El flysch volverá a ser escenario de película, ya que «Juego de Tronos» rodará en Zumaia escenas de su séptima temporada, el trampolín mundial definitivo.

Una de esas actividades programadas para estos meses de verano, es la salida en barco Zumaia-Deba-Zumaia. Así, el Begi Bistan zarpa desde el puerto Marina Urola en un recorrido de hora y media de duración. En el que hay un primer trayecto hasta Deba, donde se da un pequeño giro para volver al Puerto Deportivo de Zumaia, recorriendo así alrededor de 8 kilómetros. Durante el paseo, Lorea, la guía del paseo en barco, Jon, el marinero y Yarir, el patrón de mando, recorren las aguas del Cantábrico con unas vistas únicas e impresionantes.

El navío zarpa «paralelo a la línea de costa hacia el oeste», comenta la guía del paseo. La ida transcurre frente a todos los acantilados que conforman el Geoparque, mientras van apareciendo diferentes puntos de interés geológico. «Los primeros metros en barco son moviditos», dice entre risas uno de los navegantes. Dando así comienzo a un paseo más que agradable.

Vislumbrando el faro

A lo largo de la desembocadura del río Urola, se puede observar la playa de Santiago, «que tiene este nombre porque el camino de Santiago de la costa pasa justo por detrás de este arenal», afirma Lorea como curiosidad.

Poco a poco se puede observar como el faro de Zumaia se hace cada vez más grande, a medida que el Begi Bistan se acerca a él. A la vez que empieza a asomar los primeros acantilados, originados por la erosión del mar sobre la tierra, que forman parte de todo el continuo que se pueden apreciar durante la excursión.

«Estos despeñaderos tienen unos 70 metros de altura, aunque más adelante veremos algunos algo más altos», explica la guía del barco ante la atenta mirada de los presentes. Para entender como se formaron estos precipicios hay que retroceder en el tiempo, situándonos así hace 110 millones de años. Época en el que todos los terrenos estaban ocupados por los Dinosaurios.

«Lo que hoy en día conocemos como Aragón, Cataluña y Euskal Herria todavía estaban bajo el mar en aquel entonces», aclara el patrón de mando, «haciendo que así la península ibérica fuera una isla, separada de Europa por el mar en el que estamos navegando ahora mismo». Hasta que la isla ibérica acabo chocando con la placa tectónica eurasiática, haciendo que así se crearan fuertes presiones en el fondo marino, y nacieran los Pirineos y montes vascos.

El flysch que rodea el Geoparque está formado por la acumulación de materiales y sedimentos del fondo marino, como conchas de los animales que habitan el mar o barros, arcillas y otras materias más blandas. Es, por lo tanto, «una sucesión de roca más dura y más blanda que se han formado bajo el mar y que hoy en día están en la superficie», aclara el marinero del Begi Bistan.

Entre historias y curiosidades que relatan los tripulantes del barco, se empieza a ver el arenal de Itzurun, encajado entre los acantilados del flysch. «A la derecha de la playa, encima del precipicio, se puede ver la pequeña ermita de San Telmo. Famosa por la película Ocho Apellidos Vascos», afirma el patrón mientras los presentes asienten entre risas.

Dos de los estratos que rodean la playa de Itzurun están considerados como estratotipos. «Los científicos eligen entre todos los afloramientos que hay en el mundo, que tienen la información de un evento en concreto, un lugar que, según ellos, es el mejor que hay para estudiar ese acontecimiento; y lo declaran estratotipo» dicen los tripulantes del navío. En este caso, Zumaia es la única localidad en el mundo que posee dos estratotipos, lo cual supone un reconocimiento único e inigualable.

El viaje va siguiendo su curso, y van apareciendo los acantilados más altos de la zona, los cuales alcanzan hasta 160 metros de altura.

Descubriendo la costa vasca

Otra de las características que hacen especial a este Geoparque, es que alberga uno de los ecosistemas más ricos de la costa vasca. Especies como cangrejos, nécoras, bueyes de mar, quisquillas, lapas, caracolillos de mar, mejillones, ostras, algas o pulpos.

No obstante, el tramo litoral que une a Zumaia y Deba fueron declarados Biótopo Protegido en el año 2009, por lo que la pesca en esa zona está regulada, y por lo tanto los animales están protegidos.

La Cala Sakoneta es lo siguiente que se puede observar a medida que el navío sigue su recorrido, y es que es uno de los lugares más espectaculares del Geoparque. Dado que es uno de los mejores lugares para ver la plataforma rocosa y las especies protegidas mencionadas con anterioridad. Además, «Sakoneta destaca por ser el lugar con mayor concentración de trazas fósiles, es decir, de huellas que dejaban los animales marinos cuando se movían bajo el agua», comenta la guía del barco como dato interesante.

El Begi Bistan avanza, y se puede observar un peñón que lleva el nombre de Punta Mendata, donde se aprecia «una pared vertical orientado hacia el oeste que recibe la denominación de Aitzuri», señala la tripulación. Por dicha pared pasa la falla más importante del Geoparque, la falla de Andutz, la cual provoca diferencias y cambios en el continuo del flysch. «La más grande que se puede apreciar es que cambia la orientación de los estratos. Pasan de estar orientados de manera perpendicular a la línea de costa, a estar orientados de forma paralela».

El navío llega a la pequeña bahía de Deba y se prepara para dar la vuelta y emprender el camino de vuelta a Zumaia. Los presentes han observado el paisaje sin perder detalle durante el transcurso de la excursión. Ahora, la tripulación se presta a responder a cualquier duda que haya podido surgir, y se hacen a un lado para que la gente pueda tomar fotos del lugar tan espectacular que tienen ante sus ojos.

El Begi Bistan vuelve a atracar en el muelle del Puerto Deportivo zumaitarra, y los asistentes bajan con una sonrisa en la cara y dando las gracias a la tripulación. «Ha sido una muy bonita experiencia», afirmaban a la salida.