El apicultor que robaba reinas
Condenan a una persona que sustrajo siete ejemplares con su séquito
JAVIER PEÑALBA
Martes, 28 de junio 2016, 07:39
La diversidad de asuntos que llegan a las salas de vistas de los juzgados no deja de sorprender. Cada vez son más variopintos. El más sorprendente de estos últimos ha sido protagonizado por un aficionado a la apicultura que no dudó en sustraer, no ya traje para resguardarse de las posibles picaduras o un ahumador. Qué va, se llevó varios ejemplares de abejas reina. Ahora un magistrado de San Sebastián ha condenado a esta persona como autora de un delito continuado hurto. El acusado se apoderó de siete reinas con su séquito de obreras en el Museo de las Abejas de Urretxu.
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Sucedió el pasado año. El inculpado, un apicultor aficionado había adquirido en fechas anteriores varias colmenas al marido de la propietaria de dicho museo, ubicado en el barrio de Santa Bárbara de Urretxu. Se trata de un centro dedicado a la cría de abejas para la producción y venta de miel, así como de otros derivados de lo que esta especie es capaz de elaborar.
Según la resolución, dictada por el Juzgado de lo Penal número 2 de Donostia, gracias a la adquisición de aquellas colmenas, el acusado llegó a tener conocimiento de cuanto albergaba el interior y también los alrededores del museo. Sabía, por ejemplo, dónde se encontraban las colmenas con reinas y también las medidas de vigilancia que había.
La sentencia relata que en marzo del pasado año el acusado se llevó tres «portanúcleos» con enjambre-reina. Estos elementos no son sino pequeñas colmenas, con un menor número de panales, en donde son criadas las reinas recién fecundadas.
Diez días más tarde, sin consentimiento del titular y sin abonar ninguna cantidad, se apropió de otros dos portanúcleos. Un mes más tarde, sobre las 20.00 horas, sustrajo otras ocho colmenas, seis de ellas vacías y dos también con portanúcleos y reinas con abejas.
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Al igual que las ocasiones anteriores, el acusado se apropió de las reproductoras y de los restantes elementos sin autorización alguna y, por supuesto, sin pagar por ellos. Para trasladar todo aquel material, el acusado se vio obligado a efectuar dos viajes y para ello utilizó su propio coche.
Poblaciones infectadas
Tras ser descubierto, el acusado procedió a restituir todo lo sustraído, salvo uno de los portanúcleos.
Sin embargo, transcurridos unos días desde la devolución del material, los propietarios abrieron las colmenas y descubrieron que las poblaciones de abejas se encontraban afectadas por diversas enfermedades infecciosas debido a la manipulación que de las mismas había realizado el acusado.
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Esta circunstancia obligó a destruir cinco de las seis colmenas que había devuelto. Fue necesario quemarlas, de manera que perdieron la totalidad de la producción tanto de miel como la de las nuevas reinas y abejas, cuyo valor ascendía a 1.380 euros.
El juez considera al acusado autor de un delito continuado de hurto y le impone inicialmente una condena de seis meses de prisión. Laspena, sin embargo, ha sido sustituida por una multa de 1.440 euros que podrá abonarla en veinticuatro mensualidades, de manera que no ingresará en la cárcel. Además, deberá pagar 1.000 euros a la persona a la que sustrajo tanto las reinas como las colmenas.
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