Tiempo de angulas
El año pasado se triplicaron las licencias en Euskadi pero los pescadores recogieron un 4% menos de kilos
ARANTXA ALDAZ
Domingo, 27 de diciembre 2015, 08:24
La temporada de la angula en Euskadi ha empezado con «esperanza» para los pescadores, satisfechos con las primeras capturas, pero con desánimo para los expertos en medio ambiente, porque la población de esta especie sigue en horas bajas. Depende de con qué ojos se miren los datos para sacar una conclusión opuesta. Que un año suba el número de kilos capturados no significa que la población haya aumentado. De hecho, el nivel de reclutamiento (el número de angulas que llegan a los ríos después de su increíble viaje desde el mar de los Sargazos) está descendiendo, señala Estíbaliz Díaz, investigadora de Azti y voz de referencia sobre esta materia en Euskadi.
Los resultados de las capturas de años anteriores suelen utilizarse de guía para lanzar pronósticos. Pero no suponen un método fiable desde el punto de vista científico porque interceden muchos factores, como el número de licencias, las capturas notificadas, el número de noches que se ha salido a pescar... Los datos de los últimos años reflejan precisamente una evolución con altibajos, «pero siempre dentro de niveles preocupantes respecto al estado de la población», advierte Díaz.
El invierno de 2013 fue celebrado por los anguleros como uno de los mejores de los últimos años, aunque todavía lejos de los registros históricos de hace varias décadas. Entonces, las capturas en Euskadi superaron por primera vez la cifra de los 2.000 kilos (2.406,2 kilos en concreto). Era un 60% más de volumen que el año anterior, y más del doble que en la campaña de 2011. Si se toma como referencia el año 2008, el peor ejercicio de los que se tienen registros con solo 212 kilos recogidos, el salto fue aún más grande: las capturas fueron diez veces mayores. Los expertos insistieron en la cautela, porque el crecimiento de capturas no significaba que se estaba recuperando la especie, objeto de una estricta protección desde 2007 en toda Europa.
Datos más reales
La primera consecuencia de esta tendencia positiva fue que se aumentó el número de licencias. El Gobierno Vasco, encargado de expedir esos permisos, concedió por primera vez nuevas autorizaciones. Se permitió renovar los permisos de tierra a aquellos pescadores registrados en anteriores años que no habían cumplido con la obligación legal de entregar los datos de captura, algunos de los cuales continuaban con la actividad de manera furtiva.
Así, se pasó de las 397 licencias a las 979, casi tres veces más. Pero los resultados de las capturas no siguieron la misma proporción. Al contrario, la campaña se cerró con un descenso del 4% de kilos capturados (2.318,6 kilos). «Fue un año peor de capturas en general», resume Díaz. «La bajada fue más pronunciada en otras cuencas. Aquí fue amortiguada porque había más licencias», precisa. Los datos de las capturas pueden ofrecer «una imagen engañosa» del estado de la población. «Lo ideal sería tener datos al margen de la pesquería». Azti, por ejemplo, ha realizado muestreos en el Oria desde 2004 hasta el año pasado. En esos diez años la entrada de angulas ha crecido, pero sigue en niveles bajos.
El resultado de esta campaña es incierto. La temporada de pesca ha arrancado con el mismo número de permisos que el año pasado, 979. Más de la mitad corresponden a Gipuzkoa, donde las capturas están siendo generosas. Las lluvias de finales de noviembre intercedieron para que los anguleros completaran el cupo máximo permitido (dos kilos por licencia al día). Las condiciones de la luna no fueron las más propicias -es mejor la pesca en luna nueva que en llena, afirman-, pero las fuertes precipitaciones arrastraron hasta las desembocaduras a las crías de anguilas. «Ha habido días en que se han logrado los dos kilos de angula», incluso se ha podido practicar con éxito la modalidad de pesca a la ola en la plaza de Zarautz, con la que se sacan las angulas desde la orilla en cada golpe de mar.
Los días de tiempo más seco son en teoría menos favorables. Pero la luna les regaló otro buen 'golpe' de angulas, cuando entró en fase menguante a principios de mes. La temporada se prolongará hasta el 31 de enero. Las capturas son para consumo propio. La venta de angulas 'autóctonas' está prohibida. De hecho, cada año los inspectores del Gobierno Vasco cazan a pescadores furtivos o a quienes se saltan la ley por el atractivo precio en el mercado que tienen las crías de anguilas. Las primeras de esta temporada fueron pescadas en el río Adour, en Iparralde, y se vendieron a un precio de infarto: 850 euros el kilo. Ahora su cotización ha bajado hasta los 600-650 euros, unas cifras no aptas para cualquier bolsillo.