Iñaki Urdangarin abandona su puesto en el despacho de Vitoria y su pareja se queda

Iñaki Urdangarin ha cesado su relación como consultor con el despacho Imaz&Asociados. Lo hizo el martes, después de que el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria le otorgara la libertad condicional y le suspendiera de manera definitiva su condena por varios delitos económicos. El aún cuñado de Felipe VI celebraba esa misma jornada un año completo en este despacho localizado en el centro de Vitoria. Su contratación resultó decisiva para su traslado a la cárcel alavesa de Zaballa, su posterior paso al tercer grado y, desde hace tres días, el carpetazo penal a su implicación en el 'caso Nóos'.

Según ha sabido este periódico, su nueva pareja sentimental y compañera en esta firma, Ainhoa Armentia, continuará en su actual puesto de trabajo de analista contable. Se trata de una de las empleadas «mejor consideradas» y, destacan los medios consultados, ha mantenido su nivel laboral a pesar de la exposición pública por su relación con el ex de la infanta Cristina.

Mientras Ainhoa, que tiene a sus dos hijos menores en Vitoria, acudirá cada mañana a la plaza de los Fueros, su novio ejercerá durante las próximas cuatro semanas de becario, o entrenador en prácticas, en la sección de balonmano del Barcelona, donde triunfó como jugador durante catorce temporadas. De hecho, su número 7 cuelga del techo del Palau Blaugrana.

Esta experiencia no remunerada a 600 kilómetros de la capital alavesa representaría su paso previo a la apertura de una firma de 'coaching', desveló Enric Masip, su antiguo compañero de vestuario y actual asesor del presidente culé Joan Laporta. Se desconoce dónde asentará este negocio de nuevo cuño. Aunque todo indica que arrancará en la Ciudad Condal, donde residió entre los 18 años y 2018, cuando el Supremo le obligó a entrar en prisión, con un intervalo de tres años en Washington al albor de los primeros ecos del 'caso Nóos'.

La plantilla de Imaz&Asociados, testigo directo del nacimiento de la nueva relación sentimental del exolímpico, ya conoce su reciente cambio de aires, así como su nueva situación de libertad absoluta. Porque el dictamen de Vigilancia Penitenciaria, como ya desveló ayer EL CORREO, le permite moverse y residir donde desee, sin tener que dar ya cuenta alguna a Instituciones Penitenciarias y -desde octubre- al Gobierno vasco.

Urdangarin fue sentenciado por malversación, prevaricación, fraude a la Administración, dos delitos fiscales y tráfico de influencias a 5 años y 10 meses de prisión. Al cumplir dos terceras partes de la pena, la Justicia le suspendió de manera «excepcional» su condena. Ya hizo algo parecido hace nueve meses con Diego Torres, su socio y cómplice en esta trama que provocó su salida de la Familia Real.

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