Setas: recomendaciones para su recogida y qué hacer en caso de intoxicación

Conocer: Asegúrese de conocer bien las setas. Evite consumir las recogidas por otras personas, salvo que tenga absoluta seguridad de que son expertos.

Dudas: Ante cualquier duda, jamás consumir. Acudir al asesoramiento de una sociedad micológica. Una seta no comestible puede ser muy parecida a otra que sí lo es. Por tanto, deben consumirse solo aquellas que se conozcan con certeza. Este es un principio básico para evitar envenenamientos.

Cantidad:Recolecte solo la cantidad que vaya a consumir. Las setas son alimentos perecederos y no pueden conservarse mucho tiempo en el frigorífico. No deben consumirse grandes cantidades (pueden ser indigestas) y mejor comerlas en las comidas que en las cenas. Las demasiado maduras pueden provocar problemas digestivos. Se deben dejar en el monte para que diseminen sus esporas. Las muy jóvenes son difíciles de identificar y se pueden confundir fácilmente.

Carreteras: No consuma ejemplares recogidos en los bordes de las carreteras. Acumulan productos tóxicos. Ni tampoco las recolectadas en campos de cultivo o zonas industriales. Pueden acumular sustancias peligrosas.

Cesta: Deben recogerse en cestas, nunca en bolsas de plástico o de tela. El motivo es sencillo. Las setas necesitan desprender sus esporas que gracias a las cestas de mimbre pueden caer en el bosque y seguir proliferando. Para ello tenemos que colocarlas con el sombrero hacia abajo.

Guardar. En caso de náuseas, dolor abdominal u otros síntomas guardar un trozo de la seta ingerida en un recipiente. Servirá a los servicios médicos para identificarla. Se aconseja tomar buena nota de la hora del inicio y del tipo de síntomas. Estos datos pueden ser cruciales para el tratamiento.

Acudir a urgencias. Los servicios médicos actuarán en función de lo que se denomina latencia corta o larga, es decir, período de revelación de síntomas: con menos o más de seis horas. En este último caso, el paciente es observado durante 24 horas.

Menos graves. Sus síntomas se revelan en menos de seis horas. Producen cuadros gastroenteríticos vanales o, cuando menos, de repercusión clínica (vómitos, diarrea, dolor abdominal) que no requiere medidas extraordinarias.

Graves. Sus síntomas se revelan en más de seis horas. Es importante la precocidad en el tratamiento. Pueden provocar daños hepáticos, con riesgo de transplante o fallecimiento.