Bar Txepetxa, un reconocimiento a la tradición
El Txepetxa de San Sebastián, todo un clásico, se lleva la tercera edición del premio Bar de bares de Keler
«Quiero pedir perdón a mi hijo que lleva 17 años sin vacaciones de verano porque su aita siempre está trabajando». Con esta frase sencilla pero que llegó al corazón de buena parte de los asistentes al Kursaal, Manu Marañón, del Txepetxa de San Sebastián, resumió a la perfección a la hora de recibir el premio Bar de bares de Keler los sacrificios que deben hacer miles y miles de hosteleros para sacar su negocio adelante.
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El Txepetxa es uno de los templos del pintxo. La Meca para todo aquel que quiera probar la cocina en miniatura y su tesoro más preciado; la anchoa marinada. Su elaboración es un secreto: «Podría contarlo pero luego tendría que mataros a todos», bromeó Marañón.
El secreto del Txepetxa está en el equipo. «Me iría a la guerra con ellos con sartenes y cucharas», siguió bromeando para luego poner en valor el trabajo de sus padres: «Ellos encumbraron los pintxos».
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