El preparado donostiarra para disfrutar de una ropa vieja de bonito con solo batir dos huevos
La cocinera Coro Castro ha elaborado también los preparados de tortilla de trufa y ternera picante «para quienes no sepan o no les apetezca cocinar»
Batir dos huevos, añadir el preparado, verter la mezcla en una sarté con aceite, cuajarla al gusto y directo a la mesa. A disfrutar de una tortilla de trufa, una ropa vieja de bonito o una ternera picante. Hay pocas elaboraciones tan sencillas como la que desde hace poco más de un mes propone la cocinera donostiarra Coro Castro, que ha empezado a comercializar unos 'preparados' para «quien no sabe o, simplemente, no le apetece cocinar». Una idea que empezó a gestar durante la pandemia y está deleitando a cada vez más paladares gracias al boca-oreja.
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La idea empezó a tomar forma durante el confinamiento, que provocó no pocos quebradores de cabeza al sector hostelero. La cocinera empezó a hacer pruebas a raíz de una sugerencia de su socio y amigo Miguel Álvarez, «que vive en Pamplona. Me comentó a ver si se podría hacer algo para que gente que no sabe cocinar o no tiene ganas. Así es como empecé con el primer preparado y se llevé en una bolsita». Era el de tortilla de trufa. Y triunfó.
«La verdad es que empezó medio en broma, pero luego vimos que quizás se podía comercializar y que podía haber cierta demanda», como están comprobando estas últimas semanas en la barra de La Espiga, bar y restaurante del que Coro es jefa de cocina y en que trabaja codo con codo con tres hermanos de sus cuatro hermanos. Allí venden, de momento, estos preparados bajo el nombre Mi&Co, una suerte de 'spin-off' del popular local donostiarra. «Es una idea de Coro Castro y Miguel Álvarez, pero que ha salido adelante gracias a mis hermanos, que me permiten hacer estas cosas. Yo soy ellos también», comenta.
La gran aceptación de las primeras bolsas con el preparado de tortilla de trufa le llevaron a amplia el abanico de opciones, basados en otros dos pintxos de la casa: la ropa vieja de bonito y la ternera picante. «Todas llevan una base de patata, porque eso facilita el momento de la elaboración a la gente que no sabe cocinar», explica Castro, quien añade que, una vez en casa, es opcional «usar tres huevos en vez de dos o añadirle una pizca de sal, al gusto». La de trufa es la que más patata lleva, y el precio es el mismo para los tres preparados: 7,5 euros.
Al principio estos 'preparados' tenían una caducidad de 5 días, aunque vista su acogida acaba de incorporar el aparataje necesarios para ampliarla hasta los 20. La respuesta de la clientela está siendo «increíble» y, como curiosidad, explica que «los están comprando más hombres que mujeres». De momento solo los venden en La Espiga, aunque la intención es ampliar los canales de comercialización, inlcuyendo otros puntos de venta físico y también internet.
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