El PSE gana en Euskadi y empata en escaños con Bildu y PNV, que se desploma
Los nacionalistas vascos tendrán la llave de la continuidad del Gobierno de izquierdas entre el PSOE y Sumar. La izquierda soberanista será el primer grupo abertzale en el Congreso gracias a su diputado en Navarra ·
La ola azul en España será de color rojo en Euskadi. Los socialistas ganaron anoche las elecciones generales en el País Vasco, convirtiendo a sus tres territorios históricos en un bastión electoral de Pedro Sánchez, en línea con la tendencia de resistencia del voto de izquierda en el resto de España y con un nivel de afluencia en las urnas situado en el 68%. Las encuestas no anticiparon el fenómeno aunque algunos sondeos sí advertían de la posibilidad de un triunfo socialista en Álava.
Los resultados han mostrado un segundo varapalo al PNV, con una pérdida de 103.000 votos respecto a las últimas generales. Todo un toque de atención y un aviso a navegantes para las próximas autonómicas, que agrava la caída electoral de los jeltzales iniciada en las últimas municipales y forales del pasado 28 de mayo. En esta ocasión, el 'voto útil' a favor de Sánchez para evitar la llegada al poder de 'las derechas' y la presión emergente de EH Bildu han vuelto a reducir el margen de maniobra de los peneuvistas que, no obstante, obtendrán un grupo parlamentario propio, que era su objetivo fundamental en la nueva legislatura y tendrán la llave decisiva de la gobernabilidad junto al resto de los grupos nacionalistas.
Los comicios de ayer retrataron un verdadero rompecabezas con un triple empate a cinco escaños para el Congreso entre el PSE, EH Bildu y el PNV. Los socialistas se han alzado con el triunfo con un porcentaje de 25,77% y 289.826 sufragios, que son 62.400 más de los que obtuvieron hace cuatro años y un escaño más, el segundo que consigue en Gipuzkoa la candidata María Luisa García Gurrutxaga; el PNV se quedaría en segunda posición, con el 24,054% y 275.782 papeletas. Su principal activo sigue estribando en el territorio de Bizkaia, porque en Gipuzkoa pasan a la tercera posición y en Álava, al cuarto puesto.
EH Bildu se situó muy cerca como tercera fuerza, con el 23,95% y 274.676 votos. Un empujón que puede ser un impulso clave en su carrera hacia las próximas elecciones autonómicas en las que quiere presentarse como alternativa de poder al PNV, con un nuevo modelo de gobernanza y un giro claro hacia la izquierda. Por detrás, el PP ha avanzado posiciones al sumar un escaño al actual de Bizkaia de Bea Fanjul. Los populares lograron 131.789 votos, que permitirán al exdiputado general de Álava, Javier de Andrés, sentarse en el Congreso.
Sumar, a su vez, ha perdido dos de sus actuales tres representantes en el Congreso a pesar de sus 227.031 sufragios en la Cámara baja. Pilar Garrido dejará su escaño y el representante de esta formación será el exdirigente vasco de Podemos Lander Martínez.
El voto útil
El 'efecto Sánchez' ha sido determinante en la radiografía electoral de ayer. Un fenómeno que ha situado al PSE desde el arranque de la campaña electoral como la opción de 'voto útil' frente a la posibilidad de una mayoría entre el PP y Vox, que ha movilizado al electorado de centroizquierda. A tenor de los resultados de ayer, esta estrategia basada en 'la remontada' ha funcionado para activar al votante, al menos en Euskadi y ha perjudicado al PNV pero también al Sumar, además de recuperar previsiblemente apoyos en los caladeros de la abstención.
La última vez que vencieron en el País Vasco los socialistas fue en 2008 con el entonces presidente José Luis Rodríguez Zapatero. Entonces, Batasuna estaba ilegalizada, pero el asunto del proceso de paz se convirtió en un activo electoral en los comicios. La presencia de Zapatero en el País Vasco y, en concreto, la visita de Sánchez a San Sebastián tenían como telón de fondo estos cálculos que se manejaban en el equipo electoral de Sánchez.
La segunda fuerza será EH Bildu, que logra mejorar sus resultados en Euskadi en 50.000 papeletas más y, además, se convierte en la primera fuerza en Gipuzkoa, seguida del Partido Socialista de Euskadi y del PNV, que, al quedar como tercera fuerza, perderá la representación guipuzcoana en la Cámara alta.
Los jeltzales pierden uno de sus seis escaños en la pasada legislatura, y, a pesar de su posición hegemónica en Bizkaia, no han logrado mantener la primacía en Euskadi, que era su principal seña de identidad a la hora de recalcar que seguían siendo la primera fuerza política del País Vasco. El PNV será la segunda fuerza con unos 1.000 sufragios de diferencia sobre EH Bildu.
Pese al empate a cinco escaños en Euskadi entre el PSE, el PNV y EH Bildu, la suma de un escaño más para la izquierda soberanista en la Comunidad Foral de Navarra le permitirá tener seis escaños, uno por encima de los jeltzales y ser el primer partido abertzale en el Congreso en la nueva legislatura.
Los nacionalistas vascos y los catalanes van a tener la llave de la continuidad del Gobierno de coalición de izquierdas liderado por Pedro Sánchez. Una apuesta que se antoja muy complicada, sobre todo por las exigencias de Junts centradas, como recalcaron anoche, en la reivindicación de la amnistía y un referéndum para ejercer el derecho de autodeterminación.