El Gobierno rechaza las exigencias de Junts y asegura que no desbordará la Constitución
El PSOE y sus actuales aliados apuestan por abrir un diálogo hermético para blindar la negociación
El Gobierno rechaza el programa de máximos de Junts para posibilitar mediante su abstención en el Congreso una eventual investidura de Pedro Sánchez como ... nuevo presidente del Gobierno, según informó este martes la portavoz del Ejecutivo, Isabel Rodríguez, al término del último Consejo de Ministros de la legislatura, ya con el gabinete en funciones. Los soberanistas catalanes herederos de Convergència han adelantado que su precio para colaborar con el Ejecutivo de coalición PSOE-Sumar girará alrededor de la defensa de la convocatoria de un referéndum sobre el derecho de autodeterminación y la amnistía, planteamientos que el Partido Socialista considera inasumibles porque desbordan por completo la Constitución.
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La portavoz del Gobierno insistió en que cualquier salida al complicado enredo político derivado del 23-J debe pasar por el respeto al ámbito del marco constitucional. Los socialistas resaltan que el sentimiento independentista en Cataluña ha retrocedido con claridad, mientras que las fuerzas de la izquierda de tradición federalista, como son los socialistas y los Comunes, han crecido de forma notable. En el PSOE se considera que existen 'líneas rojas' que no se pueden traspasar, que hay que enfriar los estados de ánimo, tomar distancia de las elecciones generales y extraer consecuencias «porque el tablero es muy complejo». El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, expresó este martes su deseo de que Sánchez sea receptivo a las demandas planteadas por los soberanistas catalanes.
La reacción del Ejecutivo central, por previsible que resulte, pone de manifiesto en todo caso la gran dificultad que encierra el laberinto surgido de los comicios del 23 de julio a la hora de trenzar un escenario que garantice la estabilidad. Y es que si Junts ha marcado su listado máximo, el PSOE también delimita su territorio, que gira alrededor de la apuesta 'por la convivencia'. Un jarro de agua fría y un baño de realismo que enfría las expectativas de que la investidura del futuro presidente del Gobierno vaya a ser rápida. Además, los soberanistas catalanes tienen su propia estrategia. En particular, Esquerra Republicana de Catalunya, que ha perdido 800.000 votos, va a proponer a Junts fijar un programa de mínimos conjunto entre ambos partidos para negociar la investidura.
Las claves
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La negociación ERC busca acordar una propuesta común con Junts antes de negociar con Sánchez
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La trastienda Aragonès confía en que el PSOE y Sumar sean sensibles a las demandas del soberanismo catalán
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La investidura La negativa del PNV a dialogar con el PP colapsa de raíz la hipótesis de un Gobierno Feijóo
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Relación de fuerza Desde el PSOE se destaca que no se puede obviar la fuerza alcanzada por el PSC y Sumar en Cataluña
Los socialistas recalcan que el PSOE nunca va a aceptar el referéndum de autodeterminación ni la amnistía, que se consideran unas propuestas de máximos que no tienen viabilidad en la Carta Magna ni en un esquema de negociación responsable. Otra cuestión será sentarse a dialogar sobre el futuro político de Cataluña o sobre la desjudicialización definitiva de la situación, que incluiría la situación procesal del expresident Carles Puigdemont, sobre el que pesa una euroorden por sendos delitos de malversación de fondos públicos y desobediencia. El PSOE cree que hay que construir un puente de confianza primero y para eso hace falta tiempo y un desarme verbal. La elección del abogado y exdiputado de los Comunes. Jaume Asens, como interlocutor con Junts, busca un interlocución que facilite el deshielo.
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El primer movimiento que se tiene que aclarar es si el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, va a presentarse a la investidura. La negativa del PNV a implicarse en una negociación con el PP despeja el escenario al hacer numéricamente imposible su elección. Tras las generales de 2016, Mariano Rajoy decidió no presentar su candidatura ya que no contaba con suficientes respaldos en el Congreso para materializarla. Si ahora, tras una ronda de consultas con los partidos parlamentarios, el Rey comprobase Sánchez tiene agua en la piscina para una investidura, le tocaría el turno. Tanto el PSOE como Sumar y la gran mayoría de sus aliados de izquierda y soberanistas quieren blindar la negociación con un clima de absoluto hermetismo ya que consideran que la retransmisión pública de la misma es una garantía segura de su fracaso.
El presidente del Gobierno – que se reunirá con el rey Felipe VI en Zarzuela, y no en Marivent como otros veranos– quiere imprimir un ritmo tranquilo al proceso, consciente de los serios obstáculos que se avecinan. Su estrategia pasa un cierto apagón informativo, es decir, por la máxima discreción y por echar el freno. Y dejar a Feijóo que tome la iniciativa, se retrate en su intento por ser investido presidente y se desgaste en el empeño.
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