Pactos postelectorales
PNV y PSE atan un preacuerdo que dará la Diputación de Gipuzkoa a Mendoza y Vitoria a los socialistasEl pacto incluye el apoyo mutuo en Donostia, Irun y Eibar, a falta de concretar si comparten gobierno, y el PP anuncia su respaldo en una votación para la que es clave
Las piezas están a punto de encajar para que el PNV continúe liderando la Diputación, con Eider Mendoza como diputada general, aunque las elecciones las ... ganó Maddalen Iriarte, cabeza de lista de EH Bildu. Y esto será así porque, según ha podido saber DV, el acuerdo entre el PNV y el PSE es inminente, podría cerrarse este mismo jueves o a más tardar el viernes. Además, el PP vasco ratificó este miércoles por boca de su presidente, Carlos Iturgaiz, que votará a favor de Mendoza.
El giro en los acontecimientos se producirá por una aritmética democrática habitual en los parlamentos. En el pleno de investidura de las Juntas Generales Mendoza sumará los votos de su partido, así como los del PSE y el PP, es decir, 27 apoyos en total, mayoría absoluta en una Cámara con 51 escaños. Iriarte lograría 24 si atrae los votos de Elkarrekin Podemos, lo que parece muy probable a tenor de las declaraciones de sus dirigentes.
El acuerdo del PNV con el PSE es inminente. Fuentes conocedoras de los contactos señalan que este jueves podría haber 'fumata blanca'. El marco general del acuerdo, señalan estas fuentes, no ofrece ningún problema, ya que se trataría de replicar el firmado hace cuatro años, quizá con ligeras variaciones. De ahí que los negociadores de ambos partidos este miércoles ya han pasado pantalla, es decir, han ido al detalle y perfilado la estrategia común para la formación de los ayuntamientos.
El pacto consistiría en apoyarse mutuamente, es decir, allí donde los jeltzales hayan logrado más votos el candidato a alcalde sería votado por los socialistas y viceversa. Este apoyo conllevaría votar a favor o también en blanco, si esta papeleta sirve igualmente para favorecer la elección. Lo que no valdría es que PNV o PSE apoyen a su propio candidato, impidiendo así que saliera elegido el que hubiera recabado más papeletas de entre los dos en las elecciones del pasado domingo. Esta situación se ha dado anteriormente en algunos ayuntamientos para enfado mayúsculo de la formación perjudicada. De ahí que en esta ocasión se quiera taponar esta vía.
Este miércoles faltaba por cerrar una segunda cuestión importante. Los dos partidos no se habían puesto de acuerdo sobre si el apoyo a la elección del alcalde conllevaría a su vez entrar en el gobierno municipal. Al parecer, se va a propiciar cierta flexibilidad porque entran en juego casuísticas muy variadas, entre ellas incluso las relaciones personales entre los concejales que en algunos casos podrían hacer inviable que compartan labores de gobierno.
Esta situación afecta a algunas de las principales localidades de Gipuzkoa. En Irun, por ejemplo, la relación entre socialistas y jeltzales ha sido muy tensa, especialmente entre el alcalde José Antonio Santano y el candidato del PNV, Xabier Iridoy. Ello no impedirá que el primero reciba el voto del segundo, pero no compartirán gobierno. En Eibar y en Zumarraga también ha habido problemas entre las dos formaciones, pero a tenor del pacto las alcaldías socialistas no corren peligro.
Ortuzar ya adelantó el pasado lunes que era partidario de esta flexibilidad porque las realidades entre los municipios son muy distintas. «No es lo mismo Laguardia que Abaltzisketa», indicó el presidente del EBB.
EH Bildu
Por lo demás, el pacto de mutuo apoyo tendrá un efecto a nivel municipal muy limitado respecto a EH Bildu. En realidad, la única alcaldía que perdería la coalición abertzale en Gipuzkoa sería la de Legazpi, que iría a manos del PNV.
El acuerdo entre PNV y PSE reeditaría el Gobierno bipartito que ha estado al frente de la Diputación los ocho últimos años, con Markel Olano al frente. Ahora, si no se tuercen los acontecimientos, le tomará el relevo Eider Mendoza, que será la primera mujer diputada general de Gipuzkoa.
Las negociaciones tendrán una segunda fase para asignar los departamentos forales. No parece que vaya a haber roces importantes porque los dos partidos han perdido votos y no pueden imponer su voluntad de manera aplastante el uno al otro.
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