Sánchez vuelve a distanciarse

En esta ocasión, y tras la solemne reunión del presidente español en el despacho oval del mandatario estadounidense, Sánchez midió bien sus palabras y situó la negativa por delante de la decencia para censurar a EH Bildu por colocar a expresos de ETA en sus listas. La crítica a la coalición soberanista que ha estado hasta ahora en la 'pole position' de sus socios durante esta legislatura, sonó a un reprobación en toda la regla. Es la segunda vez que el presidente toma distancia con la formación que lidera Otegi, quien al principio de la semana prefería eludir el barro del 'pressing catch' político, pero que ayer en Bilbao volvió a utilizar terminología de otras épocas al apuntar a las «cloacas del Estado» como impulsora de esta polémica. Lo cierto es que esta es la última andanada que el presidente dirige a EH Bildu, después de que en una entrevista concedida a este periódico asumiera que su partido está en las antípodas de EH Bildu. «No contemplamos gobernar con Bildu bajo ningún escenario, nos separa un abismo» fue una inequívoca frase que, sumada a la «no decencia» por la inclusión de expresos de ETA en las listas, deja entrever un innegable alejamiento de las posiciones de Sánchez con respecto a la izquierda abertzale. Por este razón se antoja más que complicado que lleguen a hacerse realidad las aspiraciones de la coalición soberanista de recuperar la Alcaldía de Pamplona con el apoyo de los votos socialistas. Con algunos barones de Ferraz jugándose su futuro político en sus comunidades y con las elecciones generales a la vista a fiaales de año, Sánchez no parece que se arriesgue a enredarse en cuestiones tan sensibles. Y es que el pronunciamiento de hace dos años de EH Bildu en favor de las víctimas queda en papel mojado tras alinear en sus listas a condenados de ETA por asesinar.