Los candidatos piden a EH Bildu más pasos para romper con ETA

El debate electoral de ayer organizado por DV, y moderado por Estrella Vallejo, reflejó un cambio de rasante en la campaña. Los candidatos forales exigieron a EH Bildu más pasos para romper con ETA después del anuncio de la izquierda independentista de que siete de los expresos, condenados por asesinato, renunciarán a las listas o, si no pueden hacerlo, no accederán a tomar posesión de sus cargos públicos.

Y es que el anuncio vendido con solemne escenografía por Arnaldo Otegi, quita objetivamente presión a la campaña y sobre todo reduce la que tenía el presidente del Gobierno. El áspero y tenso cara a cara en el Senado entre este último y el líder del PP fue un botón de muestra elocuente. «Cuando no tienen propuestas sobre Educación, sobre Sanidad, sobre pensiones o sobre economía recurren siempre a lo mismo, recurren a ETA», aseguró Sánchez en la Cámara alta. Griterío en los escaños y el presidente del Senado mandó callar.

Los candidatos forales también aludieron al asunto. La mayoría reclamó a EH Bildu más pasos para romper con el pasado de ETA a la vez de considerar positivo el anuncio. «Tomaron una decisión que no respetaba ni la memoria, ni la convivencia, ni la vida», aseguró la jeltzale Eider Mendoza, que insistió en el «largo camino por recorrer» desde el punto de vista ético, la necesidad de una «revisión crítica de su pasado». En ese sentido, instó a EH Bildu a «cortar la relación tóxica y dependencia con ETA».

Maddalen Iriarte, aspirante de EH Bildu, fue la más escueta al valorar positivamente el anuncio, y lo consideró como «un paso más» en favor de la convivencia, en el mismo nivel que la Declaración del Aiete anunciada por Arnaldo Otegi y Arkaitz Rodríguez el 18 de octubre de 2021, donde pidieron perdón a las víctimas de ETA.

El socialista José Ignacio Asensio hizo un llamamiento a seguir en ese camino y expresó su confianza en que no se trate solo de «cálculo meramente electoral» ya que hay otros 37 candidatos más afectados por la polémica, además de los condenados por los delitos de sangre. La candidata de Elkarrekin Podemos, Miren Echeveste, admitió que la propuesta original de EH Bildu «no nos parecía ética. Hay camino por recorrer pero nunca es tarde». El aspirante del PP, Mikel Lezama, señaló que el anuncio de EH Bildu le sitúa como 'retrato del pasado' de quienes en su día quisieron acabar con la vida de los que pensaban diferente.

El primer bloque del debate se abrió con la política social y la necesidad de introducir en la agenda pública una reflexión sobre la estrategia de cuidados en el medio y largo plazo, sobre todo con una pirámide de envejecimiento demográfico que va a implicar una revolución en las prestaciones sociales a los más mayores. Mendoza situó la política de cuidados entre los retos estratégicos que tiene que afrontar el territorio, junto con la apuesta medioambiental, tecnológica y social. Iriarte puso también en valor «la política de cuidados» como verdadera asignatura pendiente de la actual política. Asensio introdujo dos conceptos –«igualdad» y «pluralismo»– y defendió que en el futuro Presupuesto, el gasto social llegue hasta el 50%.

La aspirante de Elkarrekin Podemos puso también en valor su compromiso por la igualdad y recordó de hecho su decisión de entregar la bandera oficial de la ciudad de Irun al Alarde público en el marco de una estrategia «que PNV y PSOE no se han atrevido a hacer».

A su vez, el representante del PP, Mikel Lezama, se mostró muy crítico con una estrategia territorial que, denunció, «está al servicio de Bizkaia» desde hace años. Pero tras esta exposición de motivos, la discusión se adentró por los vericuetos de los servicios sociales, por el hecho de que uno de cada cuatro guipuzcoanos tienen más de 65 años o por la apuesta por mejorar la atención personalizada y en el domicilio a los más mayores.

Iriarte subrayó la experiencia de EH Bildu en ayuntamientos como Zestoa y Usurbil, denunció el último ataque «homófobo y xenófobo» registrado en Villabona el pasado fin de semana y realizó un llamamiento a una auténtica inversión «en derechos y en igualdad» ante el deterioro de la atención primaria.

«Mi primera decisión como diputado general de Gipuzkoa será llamar a la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, para interesarme por la situación de la Sanidad pública y su serio deterioro en Gipuzkoa, sobre todo en la atención primaria», dijo el socialista José Ignacio Asensio. Lezama añadió una petición: «Hay que poner en marcha el Estatuto del Cuidador», afirmó.

Mendoza, no obstante, defendió la política social desarrollada por la Diputación, tanto a través de la residencias para mayores como en las políticas de prestaciones para el servicio de atención a la dependencia, que consideró «puntera» y de «vanguardia». De hecho, hasta un 66% de las subvenciones por este concepto se registra en Gipuzkoa, que destina 60 millones de euros para esta finalidad.

La discusión derivó sobre la necesidad de evitar el ánimo de lucro en los servicios subcontratados en residencia de ancianos. En ese contexto destacó el reinicio del proyecto de Adinberri. «No hay que confundir el sector público con el negocio», puntualizó Echeveste. Asensio lamentó la falta de ambición en la política social llevada en los años de gestión de EH Bildu.

Los candidatos subrayaron las apuestas por nuevas infraestructuras puestas en marcha en Gipuzkoa para hacer del territorio un proyecto más competitivo. Tanto la modernización del ferrocarril (nuevo Topo, Tren de Alta Velocidad), como la incorporación de la innovación a cualquier estrategia de desarrollo y crecimiento económico y la creación de centros de captación de talento de relieve internacional. «Nos enfrentamos a un reto universal», proclamó Iriarte, «que es el cambio climático y no podemos mirar para otro lado».

Pero fue en ese momento cuando se produjo uno de los momentos álgidos del debate, que subió considerablemente el tono sin romper la dinámica templada. Surgía el conflicto de la incineradora, infraestructura que activó la Diputación en 2015 tras recuperar el pacto PNV-PSE el gobierno foral tras la época de mandato de Martín Garitano, como diputado general.

Y es que la discusión elevó el volumen cuando Asensio reivindicó el trabajo realizado por la Diputación en los últimos años para desmontar el problema de los residuos. El candidato socialista ensalzó aquella apuesta, que logró reconducir la cuestión de los residuos. En ese sentido, preguntó a EH Bildu si su modelo sigue girando en torno a aquella apuesta.

Iriarte quiso marcar distancias frente a aquel periodo en tono muy genérico y apenas se refirió al mismo. Insistió en pedir una política integral, que sea respetuosa con el medio ambiente, en la que la incineradora tenga un control público en sus decisiones. También defendió la labor realizada por algunos ayuntamientos de Gipuzkoa «de forma vanguardista».

Asensio cogió el guante y pasó a la ofensiva. Dio un dato relevante: que la incineradora de Zubieta sirve para evitar la fabricación de CO2 por valor de hasta 150.000 toneladas. E hizo una apuesta por las energías renovables. Esta incursión no incorporó al final al debate la controversia de los proyectos de los nuevos parques eólicos. El candidato socialista, además, recordó que ya existe un control público en el Consorcio de Residuos en el que se sientan los representantes de las diferentes mancomunidades de municipios y la Diputación Foral. «Decir que no hay control público es o desconocimiento o mala fe», señaló.

Sin embargo, Echeveste volvió a terciar en la discusión al adverar un «déficit de transparencia» y una excesiva opacidad en el proyecto de la incineradora. De hecho, desveló que se había producido recientemente su paralización hasta en 2.000 ocasiones y reclamó que se lleve a cabo una examen a conciencia para estudiar el mismo y revisar dónde se encuentran los problemas que están originando números fallos técnicos en esta nueva infraestructura. En su opinión, se ha filtrado amoníaco y se han producido escapes de furanos, que son «gases contaminantes» muy perjudiciales para la salud pública. «Eso es falso», replicó Asensio. La propia Mendoza recalcó su plena identificación con la gestión de Asensio en la materia. La coalición PNV-PSE reivindicaba su gestión de forma explícita y marcaba el territorio frente a EH Bildu. La revisión del contrato de la incineradora, que tiene una vigencia de 35 años, llevó a Asensio a preguntar a EH Bildu y a Elkarrekin Podemos «cuál es su modelo».

Mendoza metió baza en el debate y defendió expresamente a su socio de gobierno. «El señor Asensio lo ha corregido bien, la paralización del proyecto de la incineradora fue negligente, excesivamente cara, con cientos de camiones que tenían que llevar basura a otros vertederos de fuera del territorio de Gipuzkoa, con un sobrecoste», que, según la aspirante jeltzale, ha tenido un severo impacto en las arcas forales.

El segundo eje de la discusión se adentró en la política de los peajes, estabilizada después de la última decisión de la Justicia, que avala cobrar un canon a los transportistas con una carga superior a 3,5 toneladas en sus vehículos, tanto en la A15 como en la A1. El problema es el elevado coste de mantenimiento y explotación de las carreteras del territorio, en el que incide, sobre todo, el aumento del parque de vehículos pesados.

Lezama, del PP, también reconoció el elevado coste de estas infraestructuras y citó el caso de la conexión por autopista con Bilbao en la que al pago del peaje hay que añadir el gasto en gasolina. Para Echeveste se produce una discriminación con los transportistas guipuzcoanos que dejó claro con una idea. «Que la paguen los turistas», dijo.

Asensio también abordó la reflexión de los peajes desde una consideración. Las carreteras de alta capacidad van a ser de peaje. Es, insistió, una de las ideas-fuerza que maneja la Unión Europea desde hace tiempo «aunque no nos han acompañado los tribunales». Y apuntó un dato: solo un 8,6 % de los camiones son guipuzcoanos.

El debate fiscal también subió la temperatura, aunque en un plano más moderado. La discusión tuvo un plano más teórico, en el que casi todos se mostraron a favor de una fiscalidad más progresiva. Las intervenciones mostraron puntos de conexión entre las formaciones de izquierda y tanto el PSE como EH Bildu expresaron su voluntad de abordar una revisión de fondo del modelo. En concreto, que incluya a las grandes fortunas y que vaya en la línea de incluir a las eléctricas y a las grandes compañías financieras, entre quienes deben asumir también su cuota de responsabilidad para afrontar la situación económica, agravada por los efectos de la guerra de Ucrania y que aún mantiene la sombra de la incertidumbre.

El único que planteó realmente más reservas a una revisión del modelo fiscal fue Lezama. «¿Pero a quiénes quieren realmente subir los impuestos cuando la clase media ya está asfixiada?», manifestó en un momento del debate.

Mendoza coincidió en la bandera de la Justicia social y alertó de que una reforma progresiva de todo el sistema tributario tenga en cuenta la competitividad del territorio, su carácter dinámico y el tejido empresarial del mismo. «Queremos una reforma progresiva en todo el sistema, remachó Asensio.

Los candidatos abordaron con enorme prudencia el asunto de los pactos futuros. No desvelaron sus cartas aunque dejaron caer algunas pistas. Hasta el 28 de mayo por la noche, cuando las guipuzcoanos y guipuzcoanos hablen. Mendoza se refirió a la necesidad de un programa de actuación que desarrolle una hoja de ruta ya iniciada en estos años. Iriarte tendió la mano de EH Bildu para trenzar grandes acuerdos en el territorio, para darle un sesgo progresista a la gestión y para desarrollar una nueva política de cuidados centrada en las personas.

Asensio puso también como condición que los compañeros de viaje en un futuro gobierno foral compartan una política progresista y socialdemócrata, y partan también de un mínimo ético, en una alusión indirecta a la relación entre los socialistas y EH Bildu. Echeveste insistió en la necesidad de avanzar hacia una Gipuzkoa más igualitaria desde la izquierda y desde el feminismo. Y Lezama, por su parte, reivindicó un talante nuevo de un joven que se incorpora a la política «sin prejuicios, abierto a los acuerdos y centrado en un único objetivo: Gipuzkoa».

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