Una campaña alejada de la emoción

La campaña más atípica de la historia, a consecuencia de la pandemia del Covid-19, no suscita emociones fuertes, ni tampoco blandas, aunque lo que está en juego resulta decisivo para el futuro de Euskadi, con un horizonte bien inquietante de crisis económica y una resaca social a la vuelta de la esquina. En las últimas horas, una parodia en las redes sociales de Elkarrekin Podemos, con un video que evoca la serie norteamericana de los 'Powers Rangers', ha 'animado' algo este descafeinado periplo a las urnas. El contenido del trabajo ha dado juego en Internet y sugiere la apuesta por un tripartito de izquierda entre morados (Elkarrekin Podemos), rojos (PSE) y verdes (EH Bildu) frente a 'Urkutron', o sea el candidato del PNV a la reelección.

Las redes sociales se convierten así en el tablero de juego preferente de la campaña, con la idea de una supuesta alternativa de izquierdas al poder del PNV planeando en el ambiente. Un modelo inviable, al menos en la actual coyuntura, porque ni los socialistas están por la labor, y porque EH Bildu tampoco lo ve posible aunque Maddalen Iriarte haya dejado la puerta a «hablar» sobre «un programa de izquierdas». Pero Miren Gorrotxategi ha encontrado un relato para hacerse un hueco.

Urkullu ha reiterado, esta vez en Hendaia, su defensa del modelo social y ha puesto énfasis en la participación electoral, quizá temeroso de que la abstención pueda crecer, al igual que en las municipales francesas del pasado domingo. «Todos a votar», ha señalado en varias ocasiones. Antes de llegar a Hedaia, lo volvió a decir en Irun, que celebraba un Sanmarcial sin Alarde y sin fiesta.

Idoia Mendia ha vuelto a tocar la tecla de las políticas sociales y ha pedido claramente más recursos para gastos sanitarios frente a las estrategias más centradas en la identidad. Y Carlos Iturgaiz, también en Irun, ha acusado a Urkullu de «ser más de izquierdas que Sánchez» en una pretendida búsqueda del voto más conservador.