La IA en el Hospital Donostia: Desde gestionar las camas hasta predecir las zonas de limpieza

¿Reducir los tiempos de espera de un paciente que tiene que ser ingresado en una habitación a golpe de un 'click' o incluso predecir las zonas de un hospital más susceptibles a la suciedad? Es una realidad no muy lejana a la que se encamina el Hospital Donostia, donde desde hace unos años se trabaja ya con un puñado de proyectos piloto basados en Inteligencia Artificial capaces de gestionar la cartera de trabajo de los profesionales sanitarios o incluso de captar nuevo talento para el centro.

«Los ejemplos puramente asistenciales son los que la gente de a pie puede entender más fácilmente», relata la directora médica. «El caso más explicable es el de radiología. Pero para otro tipo de patología, de pacientes con arteriopatía crónica –el bloqueo o constricción de una arteria en las piernas, por lo general debido a la ateroesclerosis, y que provoca una disminución del flujo sanguíneo–, se está intentando también hacer una valoración de incluir todos los factores que pueden tener estas personas para luego tomar la mejor decisión posible en cuanto a su diagnóstico, en cuanto a su seguimiento y en cuanto a su tratamiento», sostiene.

Otro de los campos donde se está probando la Inteligencia Artificial en el Hospital Donostia es el de la robótica. «Son robots que acoplan IA para que el acto del cirujano guiado por esa máquina sea también lo más preciso posible y vayan aprendiendo y cada vez esas cirugías sean menos invasivas», explica.

«Pero no solamente lo estamos probando en ese plan asistencial», sentencia Arévalo. «Imagínate un hospital como este, en el que hay mil camas –reflexiona–. Toda esa gestión no es nada sencilla. Saber cuándo vas a tener camas disponibles para organizar mejor los flujos de entrada al hospital puede agilizar muchísimo los tiempos. Y con las consultas puede pasar exactamente lo mismo».

Y hay más. «La Inteligencia Artificial puede ayudar a detectar talento, generar elementos de formación, elegir a los mejores profesionales en base a determinados criterios de una forma muy sencilla y ayudar a las personas que trabajan en recursos humanos a ese tipo de procesos de selección». Además, «estamos intentando desarrollar un programa con la limpieza del hospital para predecir el orden en el que hay que limpiar determinadas estancias en base a unos datos estadísticos que introducimos en el programa y trabajamos cada vez más con asistentes virtuales. Hoy en día hay 'chatbots' o asistentes virtuales para un montón de cosas y para muchos entornos concretos que ayudan a ordenar ideas».

Pero la Inteligencia Artificial es como todo, sus beneficios dependen de la utilidad que se les da a estas novedosas herramientas, que en su mayoría se sustentan básicamente en millones y millones de datos. «La privacidad es la principal amenaza que puede haber si el marco regulatorio no se hace bien», defiende la directora médica, que destaca otras dos cuestiones a tener en cuenta.

«Cabe el riesgo de que nos hagamos tan forofos de la Inteligencia Artificial que no invirtamos energía en todo aquello que no nos puede dar la IA. El resto de cosas no pueden perder importancia. Y otro riesgo es que las personas perdamos creatividad y pensamiento abstracto por apoyarnos en cosas que nos vienen hechas», alerta.