«Si vamos a una recesión, lo primero debe ser cuidar las empresas; eso sujeta todo»

–Adegi alerta del deterioro de la confianza, los pedidos y el empleo en Gipuzkoa. Incluso hablan de temor entre las empresas. ¿Hay que asustarse?

–Las empresas están ahora en un escenario de desconcierto, en el que la incertidumbre forma parte ya del paisaje. Y ya hablamos de temor, porque la actividad, que veníamos de una recuperación del Covid bastante rápida, está muy condicionada por la invasión de Ucrania y sus consecuencias, que condicionan completamente el futuro. Hoy, la fotografía instantánea es buena, ahí está el empleo, pero si hay que hacer una proyección de futuro los escenarios son de incertidumbre con temor a que esto se perpetúe o vaya a peor. La energía, las materias primas y los salarios se han incrementado mucho. Y los bancos centrales suben los tipos. Las empresas tienen preocupación por el futuro. Todo indica que vamos a pasar dificultades. No renuncio a tener esperanza, pero las empresas nos dicen que sufren en su cuenta de resultados.

–Eso prolongado en el tiempo conduce a la muerte...

–Evidentemente, las empresas necesitan buenos resultados para que puedan invertir y generar actividad.

–¿Se está parando la inversión?

–No tenemos los datos, pero ante perspectivas como estas se va a retrasar la toma de decisiones al máximo, y eso se traduce en lo que ya vemos, una caída de pedidos.

–¿Y los anuncios de recesión en Alemania, Francia o España?

–Alemania es la locomotora europea y un buen cliente de Euskadi. El que se diga que va a entrar en recesión no es buena noticia. Por el contrario, vemos que tienen un plan de choque para ayudar a los más necesitados y fundamentalmente a las empresas. Es una buena noticia. Son un líder y seguro que van a hacer todo lo necesario. Ellos tienen muy claro que hay que defender a las empresas.

–¿Qué tipo de ayudas pide usted para nuestras empresas?

–Ante unas perspectivas negativas, si eso se da, hay que salvar a lo fundamental, y eso son las empresas y las personas que tienen sus empleos en ellas.

–¿Está pidiendo ayudas como las alemanas?

–No conozco el detalle, pero es lo primero que han anunciado. Se lo están planteando.

–Han anunciado 200.000 millones pero lo van a pagar con deuda. No sé si España puede...

–Los recursos que existan hay que orientarlos a ciertas cosas. A lo que nos puede dar la solución. En cualquier crisis, son las empresas las que pueden facilitar la solución. Y eso hay que enfatizarlo. Pretendemos un nivel de bienestar, buenos salarios, empleo y servicios sociales. Y todos, Administración o ciudadanos, terminaremos concluyendo que la solución viene de las empresas.

–¿Son suficientes los planes y ayudas aprobados hasta ahora?

–Se han articulado ayudas sociales, pero en el escenario de crisis que se prevé lo primero que habría que sujetar son las empresas. Si vamos a un escenario de recesión, que se piense como primera medida en cuidar a las empresas. Si hacemos eso se sujetará el empleo y con eso, todo.

–¿Qué opina del incremento de la base máxima de cotización anunciado por el Gobierno?

–Esta decisión del Gobierno no hace más que agravar la preocupación con la que las empresas afrontan esta coyuntura endiablada, en la que la rentabilidad de las ventas ha disminuido para más de la mitad de las compañías. Incrementando los costes de las empresas no se ayuda al motor que crea riqueza social, empleo y el bienestar en nuestra sociedad».

–El Gobierno Vasco fía el grueso del crecimiento al sector exterior y a las empresas. ¿Van a ser capaces de tirar del carro?

–Es una gran pregunta para la que me gustaría tener una respuesta que no tengo. Las empresas hoy están razonablemente bien, pero todo va a depender de la guerra. Si el conflicto dura, el deterioro empresarial se va a ir dando.

–Por eso le pregunto por las esperanzas que hay puestas en las empresas vascas.

–Yo tengo plena confianza en las empresas guipuzcoanas y vascas. Hemos pasado y superado mil crisis. Pero, insisto, todos vamos a salir beneficiados si a las empresas se les ayuda en la dificultad.

–¿Cuáles sufren más?

–Las que tienen grandes consumos energéticos, que son los sectores que más preocupan, como las que compran materias primas a nivel internacional. Como el aeronáutico, que compra mucho titanio que, casualmente, produce mayoritariamente Rusia. O la máquina-herramienta, que trabaja con plazos de entrega de un año.

–Pero se supone que ya hay medidas para ellas...

–Algunas empresas que están en el mercado libre de electricidad, según qué sector, han tenido que vender a pérdidas. Hablo de sectores para los que convendría establecer ayudas. Además las pymes, que son más del 95% de nuestras empresas, no tienen tan fácil repercutir los costes a sus clientes.

–Dicen ustedes que el empleo se empieza a deteriorar...

–El empleo es el elemento que reacciona en último lugar al inicio y al final de las crisis. Lo primero que se para son los márgenes de las empresas, luego las inversiones y después el empleo.

–¿Y en qué estadio estamos hoy?

–Crece el número de empresas que prevé recortar su plantilla en Gipuzkoa, son el 17,5%.

–¿Puede caer el empleo en la industria, el comercio y la hostelería de Gipuzkoa?

–Si continuamos con el deterioro que se prevé, efectivamente se deteriorará el empleo. Las empresas nos dicen que podría suceder.

–La inflación está en el 9% ¿Qué va a pasar con los salarios en el territorio? ¿Están dispuestas las empresas a revisar los sueldos con el IPC como referencia?

–¿Y con los márgenes? Creemos que hay que cuidar a empresas y personas y llegar a acuerdos para que ambos salgan lo menos damnificados posible de esta situación. Se habla de pactos de rentas...

–El lehendakari anima con vehemencia a que los aborden.

–Y yo también animaría. Es deseable.

–¿Y es factible?

–Hay que hablarlo. Es esencial, no solo ante una recesión o crisis que podamos sufrir. Adegi ha firmado con acuerdo varios convenios este año. Estamos obligados.

–¿Y cómo interpreta el mensaje sindical de poner pie en pared con el IPC?

–El IPC va a estar siempre como referencia. Sería deseable que nadie perdiese poder de compra ni competitividad, pero hay que ponerse de acuerdo. ¿El IPC va a ser referente? Sí. ¿Cómo? No lo sé.

–¿Habla de repartirlo en años?

–Puede ser. Hay que tener altura de miras, solidaridad y generosidad por todas las partes.

–¿Qué sacrificios están ustedes dispuestos a hacer?

–Estamos en una situación de dificultades y es cuando todo el mundo ha de tener flexibilidad inteligente. Eso es diálogo.

–¿Prevé un otoño-invierno caliente en lo socio-laboral?

–Preveo que el IPC acabe el año sensiblemente por debajo del 9% actual. Y que cerremos acuerdos, que nos hacen falta. Sería muy malo, cuando hay suficientes elementos que deterioran la situación de empresas y trabajadores, que nos hiciéramos el hara-kiri entre nosotros.

–Los funcionarios verán subir su salario un 9,5% en tres años. ¿Es una dura competencia?

–La Administración vive un momento de regeneración, y son competidores nuestros quitándonos trabajadores, con salarios más altos y con condiciones y exigencias sensiblemente diferentes. Ahí tenemos un problema. Es un hecho. Hay mucha tendencia entre los jóvenes a querer ser funcionario. Conozco gente que opta a ser bombero dejando una empresa como ingeniero. En fin, tenemos que seguir haciendo de nuestras empresas proyectos ilusionantes que enamoren a las personas.

–También se enamora pagando más que el competidor...

–Ahora ya no vale solo el pagar bien. Las nuevas generaciones tienen otras escalas de valores. Tenemos que tener mejores empresas que paguen lo suficiente para atraer a los trabajadores.

–¿Qué le parece la batalla fiscal desatada en España?

–Es una batalla que se está jugando en el terreno político, y nosotros no entramos ahí. Hacer uso de la fiscalidad como elemento propagandístico o electoral no nos atañe. Nosotros lo que queremos es tener unas reglas de juego claras y estables y, de ser posible, extendidas a todo Europa. No puede ser un elemento que juegue a favor o en contra de unas y otras empresas. En todo caso, creo que con ese debate no se van a solucionar las cosas. Vuelvo a decir, la solución viene de las empresas. Viene de que haya más ingresos fiscales, pero no de que unos miembros de la sociedad se lo quiten a otros. Es como una familia. ¿No tienes más ingresos y pretendes favorecer a unos en detrimento de otros? A lo mejor es injusto. No lo sé. No voy a entrar.

–¿Y el impuesto a los ricos y a las grandes empresas?

–Puedo opinar a nivel personal que el impuesto de Patrimonio no existe en Europa.

–¿Hay que quitarlo?

–Es injusto. La persona que lo paga ya ha pagado anteriormente. En el IRPF paga más quien más gana, pero el hecho de que tengas un patrimonio que no te da rentabilidad y que solo por tenerlo lo tengas que pagar, es injusto. Y desincentivador. Castiga al ahorrador, pero el que con los mismos ingresos vive la vida alegre y no ahorra no tiene que pagar. Y, además, si queremos en Euskadi generar una industria financiera que pueda hacer inversiones en nuestras empresas la única forma es teniendo esos patrimonios. Mucho más que que venga un fondo americano o de donde sea. En cualquier caso, no nos preocupa.

–¿Le consta si quienes lo pagan se marchan de Gipuzkoa por evitarlo?

–No tengo el dato, pero le doy otro. Cuando hemos intentado traer a profesionales de relieve a mi empresa, ese impuesto les ha llamado la atención porque en su país no existe y no les ha gustado. Eso nos quita atractivo. Es distinto un empresario que afincado aquí y no se va a otro sitio. Ahora, ¿alguien que se jubile y se plantee irse?

–En alguna ocasión le he escuchado que las empresas son la vaca a ordeñar...

–Esa es la percepción de la sociedad. A las empresas les ordeñan todos los grupos de interés que tienen alrededor, pero hay que hacerlo de forma que se preserve su salud. Si se le exige demasiado terminará con anemia y a lo mejor enferma y se muere. Y si tienes demasiada voracidad, a lo mejor te comes la vaca. Y sin vacas, ¿con qué alimentas a la sociedad? Las empresas son las generadoras de riqueza en la sociedad. Para que haya empresas hacen falta empresarios, y que los jóvenes quieran serlo; algo a mejorar.

–¿Se sienten acompañados por las instituciones?

–Las instituciones, Gobierno Vasco y diputaciones, están sensibilizados con la empresa, aunque a veces tengamos puntos de vista diferente. Sí que tenemos elementos como la estabilidad que al mundo empresarial le vienen bien. Tenemos un marco estable, lo que no quiere decir que no haya marcos de mejora.

–¿Puede concretar?

–Por ejemplo, la fiscalidad. Hay algo que he tratado con responsables políticos. Y es que cada euro que le quitas a la empresa por Sociedades, si se lo dejas con la condición de que cree actividad y no se lo repartan, ¿qué reportaría más a las arcas públicas? Hablo de la recaudación que se generaría.

–Entiendo que es partidario de dulcificar Sociedades...

–Yo soy partidario de ser inteligente en la utilización de nuestros recursos. ¿A ti, Hacienda, cómo te rinde más ese euro?

–¿Y cuando se lo plantea a las Haciendas qué le dicen?

–Bueno, es un tema de reflexión. Aquí hemos tenido figuras como las sociedades de promoción de empresas que convendría recuperar bien vigiladas.