Ucín dice que Europa peca de «ingenuidad» al abordar la transición energética y el reto del coche eléctrico

El presidente de Mondragon, Iñigo Ucín, entró este viernes en el cuerpo a cuerpo de las preguntas y respuestas en un diálogo con el director del DV, David Taberna, que sirvió para repasar la actualidad económica y la marcha del grupo cooperativo. El responsable de Mondragon, en un discurso que recuerda al del consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, alertó del peligro que supone que Europa corra en exceso en la carrera de la transición energética olvidando alguno de sus sectores clave como el de la automoción, importantísimo para el conglomerado de Arrasate.

Frente a esta disyuntiva, Ucín explica que «todo el mundo está de acuerdo» en que hay que abordar la transición energética, pero al mismo tiempo dice que «no en mi casa». A su juicio, hay que «buscar consensos» y «compensar a las localidades afectadas».

En este punto, el responsable de Mondragon sacó a colación el siempre polémico asunto del coche eléctrico para recordar que su desarrollo requiere ingentes cantidades de dinero y de tiempo. Un desafío en el que «Europa debe jugar un papel menos ingenuo». Para el presidente de Mondragon, el reto no es ni siquiera similar al que surgió con la vacuna del Covid, momento en el que «todos, con tecnologías diferentes, se pusieron a lo mismo para salvar la situación». Ahora, explicó, hay tecnologías diferentes y nadie tiene claro cuál puede ser la ganadora. «Nadie está en contra del coche eléctrico, pero las materias primas esenciales para su construcción están en manos de China, con lo que el futuro será ese o con otra tecnología», dijo.

«Nos corre más la cabeza que los pies, y eso no puede ser. Debemos acompasar la velocidad de la transición a lo que podemos soportar, pero si nos encadenamos a China, a corto puede ser una solución, pero a largo será un peligro», sentenció. Y recordó que «no se pueden generar en el Viejo Continente problemas de competitividad», y menos en un sector en el que ha costado mucho generar tanto empleo.

En ese punto, Ucín insistió en que «hay que regular» y dar seguridad jurídica a los actores continentales. «Nosotros recibimos pedidos del coche de combustión y del eléctrico, pero ¿qué eléctricos sobrevivirán?», afirmó. Es más, el directivo llegó a señalar que «actualmente, hay incluso un cierto repliegue» en el motor eléctrico. Por eso reiteró la necesidad de «poner un poco de orden».

«Así es», defendió Ucín, que lamentó que, finalmente, las instituciones no terminan de tener en cuenta a la industria. «Hechos son amores, y...», señaló. «Pasa algo parecido con los agricultores, que les exigimos mucha burocracia y regulación, y luego traemos cosas de fuera, de países en los que no hay tanta norma», dijo.

Sobre la disposición a pagar más por el producto local, Iñigo Ucín lanzó una frase que resumió de forma magistral ese dilema: «Todos defendemos lo de aquí y, por supuesto, al comercio local, pero esto está lleno de furgonetas de reparto de Amazon». Una vez más, reclamó «más claridad y regulación». Esa diferencia entre los costes en unos y otros lugares, por las exigencias asociadas a la transición energética o la falta de las mismas, aseguró, «generarán problemas seguro».

El presidente de la Corporación dejó claro que nadie tiene (ni puede tener) esas claves o respuestas. «Ni idea», respondió, sincero, para añadir que lo único que queda es gestionar «el día a día». «En agosto de 2022 el mundo iba a explotar al cabo de un mes, y luego no ha pasado casi nada de lo que se suponía que iba a pasar», apuntó, para recordar que la geopolítica juega cada día un papel más importante en el mundo empresarial. «Cualquier movimiento puede tener una repercusión muy importante, y hoy tenemos dos guerras, la incertidumbre política, la inflacionaria, la posibilidad de que se presente Donald Trump a las elecciones americanas, Alemania que está en una situación bastante triste y con un ánimo empresarial no bueno, y China, que siendo la única avispa asiática que puede devorar a las abejitas pequeñas que somos los demás, tampoco sabemos cómo se está comportando», resumió. ¿Qué hacer entonces? «Es todo complejo, así que hay que ser flexibles y prepararse para lo que pueda venir», concluyó Ucín.

Pese a ese escenario de arenas movedizas, el presidente del Grupo defendió que «el 2023 nos ha ido bien, y en el 2024 caminamos por la misma senda». Ucín hizo un pequeño repaso del comportamiento de las grandes áreas de la Corporación, y empezó por Eroski, de la que aseguró que «ha tenido un ejercicio 2023 excelente, brillante, pese a que, como el resto del sector, no ha trasladado a los clientes los incrementos de costes».

En el capítulo industrial recalcó que, en general, el año pasado fue bueno, aunque con algunas diferencias por sectores. «Algunas cooperativas han tenido crecimientos significativos y otras, no, sobre todo en función de la resaca de la época de la pandemia», dijo.

Sobre el área financiera (Laboral Kutxa y Lagun Aro), Ucín no dio demasiadas pistas, y se limitó a decir que fueron «bien». Algo parecido a la división de conocimiento, de la que resaltó que el Grupo está haciendo un esfuerzo para adecuar la oferta formativa a lo que pide el mercado.

La tensión que marca el día a día de la política en Madrid no parece trascender fuera ni frenar las ventas del Grupo cooperativo. Así lo explicó Iñigo Ucín que, sin embargo puso en valor que «el entorno de aquí (Euskadi), de tranquilidad y bienestar, vende muy bien». Eso sí, recordó que Lagun Aro «sigue esperando» que se resuelva un problema derivado de la tributación del IRPF de los autónomos: «Confío en que se resuelva».

Ucín centró enseguida el tiro y reclamó para Euskadi mejoras en ámbitos como el I+D o la Salud, capítulo para el que reclamó apostar por la compra pública innovadora de una manera mucho más decidida. Junto a eso pidió infraestructuras tecnológicas.