El salario mínimo en Suiza triplica el de Euskadi

2021 será el primer año en los últimos siete en el que el salario mínimo interprofesional no aumenta en España (en Euskadi se aplica el mismo que en el conjunto del Estado al carecer de competencia propia, como sí sucede en cambio con el Ingreso Mínimo Vital y su equivalente vasco, la Renta de Garantía de Ingresos). Así, en 2013 y 2014 el mínimo salarial se mantuvo congelado y en los años siguientes fue acumulando subidas tímidas, de un 0,5% en 2015 y un 1% en 2016, y más destacadas a partir de 2017, cuando acumuló un repunte del 34,26% con tres alzas consecutivas. Sin embargo, el salario mínimo español continúa por debajo del nivel de sus principales socios europeos y no alcanza aún el 60% del salario medio. La cifra para este año en el Estado se sitúa en 1.108 euros brutos al mes en doce pagas.

Además, la brecha salarial entre España y las principales economías europeas se ha incrementado en 2021, dado que varios de los 21 socios europeos que cuentan con un salario mínimo lo han revalorizado antes de la llegada del nuevo año. Este es el caso del vecino Portugal, que lo elevó a comienzos de 2021 un 4,7% hasta los 665 euros al mes. La brecha entre países europeos es abismal, tal y como se refleja en la siguiente tabla:

Un vistazo a la estadística permite constatar que un suizo, en concreto del cantón de Ginebra, más que triplica el salario mínimo de un vasco. En el caso de Luxemburgo, el sueldo básico es el doble que el de un guipuzcoano. Ahora bien, estas diferencias son matizables, ya que una cosa es el salario mínimo y otra bien distinta, el nivel de vida: la carestía de la vivienda, la contribución en impuestos, los gastos de la vida cotidiana... En definitiva, lo que cuesta vivir.

Este salario mínimo suizo no es tan alto en una ciudad, Ginebra, donde alquilar un piso normal raramente baja de los 2.000 euros al mes y no existe seguridad social, por lo que cada persona debe tener un seguro de sanidad privado que para un hombre de mediana edad supera los 500 euros mensuales por prestaciones básicas.

En el otro lado de la balanza, asoman los salarios mínimos que perciben en Albania, Montenegro o Bulgaria, que ascienden a 242 euros (brutos mensuales), 331 o 332 euros, respectivamente. Pero también allí el coste de la vida difiere radicalmente de los países más ricos. El salario mínimo europeo, tan cerca, tan lejos. Tan alto, tan bajo.