«Sería razonable que la subida del SMI fuera distinta en cada autonomía»

-Es un reto. Efectivamente, la rentabilidad media está cayendo. Es un hecho estadístico. La globalización, los cambios tecnológicos, la competencia desde cualquier lugar del mundo... ¿Preocupa? Por supuesto.

-Otra preocupación son los «altos salarios». ¿Qué le parecen la reciente subida del SMI y la reclamación en Euskadi de elevarlo a 1.200 euros?

-Las subidas han tenido una incidencia pequeña. Sobre todo en autónomos, hostelería, comercio... Eso quiere decir que el salario medio es de los más altos del Estado, y ahí nos tenemos que mantener. Las subidas están bien, y que sean las mayores posibles, pero ligadas a la productividad; eso no se puede perder de vista. Sobre los 1.200, que habría que analizarlo bien, la media hoy sería más.

-¿Sería más razonable un SMI distinto en cada autonomía?

-Lo que reflejan las evidencias es que los niveles de vida, ingresos y gastos, son diferentes. La subida a 950 no ha tenido mucho efecto en Euskadi, Navarra, Cataluña o Madrid y, sin embargo, en otros lugares ha supuesto un gran problema; sobre todo en el campo. Sería razonable que esas subidas fueran regionalizadas o sectorizadas y, sobre todo, acordadas.

-¿Cómo ve la empresa vasca la economía hoy día?

-A pesar de la incertidumbre y de factores como el coronavirus o la guerra comercial, la mayoría prevé mantener o mejorar su actividad. Seguiremos creando empleo y es para estar relativamente contentos. En Gipuzkoa ya estamos en récord de afiliados respecto a antes de la crisis y en Euskadi lo estaremos previsiblemente este año. Hay análisis que dicen que 2021 puede ser todavía mejor.

-Primero fue Gipuzkoa, luego Navarra y, después, Bizkaia. Todas han modificado su legislación fiscal para atraer gestoras de fondos de inversión...

-Me parecen medidas acertadas. Necesitamos ser atractivos también para actividades que hoy no tenemos aquí. Ojalá creciera la industria financiera.

-Pedro Azpiazu quiere gastar el superávit para movilizar la economía y, mientras, el Gobierno central dulcifica el margen de déficit de los incumplidores. ¿Qué paradoja, no?

-Es una muestra de que aquí las cosas se están haciendo mejor y de que pagan justos por pecadores. Me parece bien si el gasto se dirige a fomentar la economía y a abordar los retos que tenemos. ¡Claro que sí!

-¿Teme que una Gamesa sin Iberdrola pierda su arraigo?

-Efectivamente, es un elemento de preocupación. Ha sido y es una empresa muy tractora y esperemos que esas promesas que han hecho al Gobierno Vasco sus gestores sobre mantener actividad y red de proveedores se cumplan. Pero, claro, que un socio de referencia como Iberdrola ya no esté en la empresa, positivo no es.

-¿Cómo recibe el proyecto de Fabrika y hasta qué punto el resto de patronales vascas apuestan por la Nueva Cultura de Empresa de Adegi?

-Es todo un hito, la verdad. Una referencia para todos. En cuanto al resto, lo cierto es que existe un convencimiento total de que es el camino por el que empezar a discurrir y de gestionar las empresas. Adegi lleva la delantera y Gipuzkoa es la referencia. Se nos ha invitado a todos a los órganos de gobierno de Fabrika, hemos aceptado y la idea es aprender de esa apuesta y que nos ayude a mejorar nuestras empresas como proyectos compartidos.

-¿No sería 'redondo' incorporar a los sindicatos?

-Sería un elemento muy positivo, porque haría ver que todos los agentes sociales compartimos un diagnostico y una forma de trabajar. Sería buenísimo. Fabrika no va en contra de nadie, sino a favor de las empresas y las personas que trabajan en ellas.