El mal tiempo obliga a los arrantzales a retrasar el inicio de la costera de la anchoa
Los pescadores tenían previsto arrancar ayer con la campaña, pero la borrasca Karine pospone las faenas en principio hasta mañana
La borrasca Karine, que trajo consigo la activación del aviso amarillo por riesgo marítimo-costero con olas de hasta cinco metros, canceló ayer ... el inicio de la campaña de la anchoa. Los arrantzales vascos tenían previsto partir por la mañana, pero las faenas se posponen en principio hasta mañana debido al mal estado de la mar. «Manda el tiempo», apuntan fuentes del sector.
La flota del Cantábrico sale a faenar en solitario desde el 1 de marzo hasta el 31 de mayo y, a partir del 1 de junio, convive con los barcos franceses hasta que se agota la cuota, que este año será de 28.702 toneladas para toda la flota del Cantábrico –1.000 menos que el año pasado–. Como medida compensatoria, el colectivo de pescadores estatales cede a los armadores franceses un 5% de la cuota total y cien toneladas extra de anchoa.
El denominado 'Acuerdo de Bilbao' –antiguamente conocido como el de Arcachon–, que se actualiza cada año con las condiciones a cumplir en la costera por todos los pescadores, permite establecer las reglas principales. Las últimas proceden de mediados de enero, con la actualización del acuerdo que nació en 2009.
Los arrantzales persiguen capturar ejemplares de buen tamaño que ofrecen más rentabilidad en lonja
La flota guipuzcoana para la costera de esta especie cuenta con 40 barcos, cinco más que el año pasado, y empleará a un total de 620 personas, setenta más que en la anterior temporada. En la pasada campaña el precio de la anchoa alcanzó una cotización de 1,80 euros por kilo de media, aunque a comienzos de abril se llegó a derrumbar a 30 céntimos. Con el objetivo de rentabilizar la costera, se tomaron varias medidas, como salir a faenar un día menos y limitar las capturas en 2.000 kilos diarios por barco.
Más cuota del verdel
Lo óptimo para los arrantzales vascos es capturar ejemplares de gran tamaño, porque son los que mayor rentabilidad ofrecen en el mercado. Las descargas masivas de ejemplares de tamaño pequeño que no atraen a las conserveras –y que el mercado no es capaz de absorber– fueron la causa del problema de rentabilidad de las faenas de hace un año.
En cuanto a la costera del verdel, la campaña que comenzó la semana pasada presenta una novedad de calado. Tiene que ver con la cuota, que registra un importante aumento del 41% respecto a la del año pasado hasta alcanzar las 34.708 toneladas, 10.000 más que en 2019, para toda la flota del Cantábrico. A las embarcaciones guipuzcoanas –no llegan al centenar– corresponden 4.500 toneladas.
En la pasada campaña el precio del verdel alcanzó una cotización récord de 1,37 euros por kilo de media, un techo nunca antes alcanzado y estrechamente ligado al descenso de la cuota, que fue provocado por la grave situación de la biomasa, según revelaron las investigaciones científicas. Además, la cuota se agotó en apenas una semana.
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