Tamara Yagüe: «Si se aprueba la jornada semanal de 37,5 horas, la hostelería y el comercio se verán muy afectados»

Tamara Yagüe lleva las riendas de la patronal vasca (Confebask) desde el mes de julio. Firme defensora de la colaboración público-privada, exige respeto y reconocimiento a la figura del empresario, subraya que en Euskadi se negocian los convenios y se pagan los mejores salarios del Estado, con lo que no cabe hablar de precariedad ni optar a la ligera por las huelgas, y demanda a los gobiernos estabilidad y una fiscalidad que favorezca la actividad económica.

– Oriente Próximo, la inflación y los tipos que no dan tregua, y la industria, que empieza a flojear... ¿A qué nos enfrentamos?

– En Confebask seguimos apostando por un alza del PIB vasco este año del 1,5%. Y nuestras empresas siguen diciéndonos que el empleo crecerá en unos 16.000 puestos. Es cierto que hay una cierta desaceleración en sectores tractores como la industria. Aquí tomamos mucho reflejo de lo que sucede en Francia o Alemania, que están entrando en una recesión, que no prevemos para Euskadi. Otros sectores están tirando, como el turismo o el comercio. Pero con la industria tenemos que estar atentos. 2024 va a ser todavía un año delicado.

– ¿Se atisba una ralentización del empleo?

– Va a seguir, no sé si con la misma fortaleza, pero el empresariado vasco apuesta por ello.

–Otra de las derivadas es el encarecimiento del crédito para las empresas, en máximos desde 2014. ¿Se puede invertir así?

–Para el crecimiento económico las empresas tienen que invertir. Es absolutamente necesario. Es cierto, el crédito se encarece, y las entidades tienen que hacer la financiación más barata o dar más facilidades.

–El año pasado hubo récord de huelgas en Euskadi, y este año siguen, esta vez en el sector público. ¿Es posible o imposible la paz social en esta tierra?

–Yo me quedo con que ha habido récord de concertación de convenios. Este año, Adegi, Cebek y SEA han cerrado un récord de convenios, y más del 50% de los trabajadores tiene actualizadas sus condiciones con alzas del 4,5% o el 5% cuando el IPC está en el 3,5%. La defensa de los sindicatos de la huelga como única vía y el mensaje de la precariedad de los salarios, simplemente no son ciertos. Ninguna de las dos cosas. Tenemos los salarios más altos del Estado. Y los convenios se han cerrado mediante el diálogo. Nadie puede sacar pecho de que somos el país que más huelgas hace.

–El consejero de Hacienda dice que las huelgas nos cuestan 150 millones al año...

–No tenemos ese dato, pero es evidente que merman la productividad, la competitividad y las inversiones.

–En lo que sí somos campeones es en absentismo...

–Año tras año. El 90% es por enfermedad común. Y es muy difícil de entender para una empresa con plantas en dos comunidades autónomas que la vasca duplique a la otra. Por eso hemos insistido en crear un grupo de trabajo en la Mesa de Diálogo Social. Están a punto de salir las conclusiones. noticiaSiTamara Yagüe: «Si los fondos Next dependieran de un Gobierno autonómico podrían ser más efectivos»

–¿Puede adelantar algo?

–No puedo. Vamos a esperar a las conclusiones.

–¿Tiene sentido una mesa de Diálogo Social sin las dos centrales mayoritarias, que se han apartado por decisión propia?

–Claro que tiene sentido. ¿Sería ideal que estuvieran todos? Sí. Pero con los que están también se puede trabajar.

–El Gobierno Vasco afirma que hay una motivación política en las huelgas. ¿Cómo le suena eso?

–No voy a entrar en si la hay o no. Lo que sí puedo decir es que nos encontramos en un país donde los salarios medios son los más altos. Y con un Estado del Bienestar referente en Europa. No tenemos que trasladar una imagen catastrofista del país. Puede dañar el crecimiento económico. Si trasladas una imagen así determinadas inversiones pueden cambiar de país.

–Hay análisis que señalan que Euskadi ha perdido punch...

–Vamos a ver. Una cosa es que Euskadi haya perdido peso relativo en el PIB estatal y otra cosa es que creo que tenemos que seguir trabajando, y creo que se está consiguiendo, en la competitividad de las empresas para hacer la zona atractiva a los inversores y a los trabajadores. Trabajar en el crecimiento futuro. Si perdemos esa carrera...

–¿La estamos perdiendo?

–Venimos de un periodo muy volátil. Tenemos que readaptarnos a las circunstancias. Se están poniendo los medios. ¿Que había que poner más? Quizás, sí.

–¿Quién tiene que poner más?

–El Gobierno, por ejemplo, con una reforma fiscal adecuada.

–¿Cómo es hoy la relación de Confebask con el Gobierno Vasco? A veces parece 'oscilante'...

–A diferencia del resto del Estado, esa relación con el Gobierno y las instituciones es buena. No olvidemos que nuestro ADN es la colaboración público-privada.

–¿Qué opinión les merece la semana de cuatro días que propone la vicelehendakari Mendia?

–Hoy en día es inviable. Hay que analizarlo pero hoy me parece implanteable.

–¿Por qué?

–No se puede plantear tal cual una jornada de cuatro días. No todas las empresas pueden hacer eso. Habrá que ver las cadenas de producción, las fábricas... Habrá que reflexionar cuál es la viabilidad.

–Dice la propia Mendia que «más allá de las patronales, las empresas le van a encontrar sentido».

–Las patronales son la voz de las empresas.

–El lehendakari pide reiteradamente una mejora de las condiciones de los jóvenes. ¿Se les paga adecuadamente?

–Yo creo que los jóvenes y los recién licenciados o graduados en FP tienen, de nuevo, los mejores salarios. Pero el salario no es un tema solo de voluntad de la empresa. También está relacionado con la productividad, con la experiencia... Lo que las empresas tenemos que trabajar es una parte del salario emocional, que es lo que requieren los jóvenes. Requieren flexibilidad en el trabajo, que me parece mucho más interesante que la semana de cuatro días, o entornos agradables. Analizan mucho los valores y la responsabilidad social de las empresas. Es mentira eso de que «los jóvenes no quieren trabajar».

–Euskadi necesita, solo para cubrir las jubilaciones, 140.000 personas en diez años. No hay de donde sacar. ¿Es un drama?

–Es una realidad, con lo que tenemos que pasar a la acción. Hay que hacer un plan coordinado entre el Gobierno y el empresariado en busca de las medidas para atraer y conservar talento que se quiera quedar aquí. Y también para atender a todos los demandantes de empleo de Lanbide; por ejemplo con formación continua.

–La simple foto de la pirámide poblacional ya evidencia el asunto. ¿Se nos hace tarde?

–Hay que pasar a la acción. Está clarísimo. Por eso hablamos de la recualificación de desempleados y de atracción de talento de otros países, inmigración de todo tipo. Hay que hacer atractivo Euskadi.

–¿Lo es suficientemente?

–Hay que trabajar en ello. Los necesitamos. Nunca hemos estado tan activos como ahora. El Gobierno Vasco tiene algún programa piloto para asentar talento extranjero. Hay mucha sensibilidad. No es fácil de resolver, pero confío en que se pueda hacer.

–El 25% de los estudiantes de FP y el 55% de los universitarios vascos elige carreras que no casan con las necesidades de las empresas. ¿A dónde lleva eso?

–La orientación profesional es otro punto en el que tenemos que trabajar. En la educación y los orientadores, pero también en las familias, para concienciar y poner en valor esas profesiones que necesitamos en la empresa.

–¿Por qué eligen esos estudios?

–(Sonríe) No hay series en las que los protagonistas trabajen en una industria. Hacen falta referentes.

–Quizás los jóvenes ven con mejores ojos trabajar en la función pública. ¿Gusta más ser funcionario que empresario?

–No sé si gusta más. Hay que poner en valor la figura del empresario, que genera riqueza, empleo y bienestar social. Es el motor. Tenemos que premiar y proteger esa figura. Que tenga un mayor reconocimiento social. Y trabajar las facilidades para emprender.

–¿Se sienten maltratados?

–Hay una parte del actual Gobierno central que ha desprestigiado y ninguneado la figura del empresario, y eso no se puede permitir. Hasta se ha personificado. Eso yo no lo he visto nunca. No ocurre lo mismo con el Vasco.

–Ya que habla del Gobierno. ¿Qué le parece el pacto PSOE-Sumar para investir a Pedro Sánchez? ¿Y la jornada de 37,5 horas?

–Primero, decir que es un pacto para un futuro Gobierno que requiere de otras formaciones. Tenemos que ver que se forma.

–Tiene toda la pinta...

–Sobre esa jornada, es una medida intervencionista que da la espalda al Diálogo Social. No puede ser que una vez más el Gobierno regule medidas que se tienen que negociar con los sindicatos. Es sorprendente. Y por otro lado está el impacto económico en Euskadi, que no lo tenemos valorado, aunque hay sectores como la hostelería o el comercio que se pueden ver muy afectados.

–Ese pacto habla de un impuesto del 15% a las grandes empresas.

–Sorprendente. Es el 15% de todo el beneficio que generes en cualquier país. Tiene pinta de doble imposición. Se habla ya de avalancha de recursos si sale adelante. Es un afán recaudatorio que se justifica en aquello de que paguen más los que más tienen, que ya lo hacen. En momentos, además, de récord de recaudación.

–El pacto presume la prórroga de los impuestos a la banca y las energéticas, lo que ha 'congelado' ya una inversión aquí de Petronor de 200 millones...

–Las empresas tienen derecho a invertir donde consideran que se dan las condiciones más adecuadas. Y una de esas condiciones es la estabilidad jurídica. Hay que fomentar la inversión de las empresas, no castigarla, que parece que es lo que se está haciendo. Esos impuestos son discriminatorios. Es totalmente ideológico. Y pensando en Repsol y Petronor, están totalmente en su derecho. Esto nos va a afectar en Euskadi a toda la cadena de valor. La inversión es crecimiento y progreso social. Si se paran inversiones por esto, todos los ciudadanos nos vamos a ver afectados.

–Hablaba de la reforma fiscal en Euskadi. ¿Qué esperan de ella?

–Tenemos la posibilidad de utilizar el Concierto Económico para potenciar la competitividad empresarial, creando riqueza e intentando que Euskadi sea un país interesante para vivir, invertir, trabajar y crear empresas, con el objetivo de más bienestar.

–¿Cree que irá por ahí?

–Necesitamos que vaya por ahí, que se fomente la inversión, el I+D+i y que se ayude a la transición energética y la descarbonización industrial.

–¿Tiene sentido hoy en Euskadi el Impuesto de Patrimonio?

–No. Es anacrónico. Obliga a pagar dos veces por las rentas y va en contra del ahorro. Y es irrelevante en términos de recaudación, pero puede afectar directamente al arraigo industrial y a proyectos tractores que se pueden ir a otras comunidades. No tengo los datos, pero seguro que está afectando.

–Del impuesto a los ricos, entonces, ni le pregunto.

–No sé cuánta gente está por encima de 16 millones, pero la pregunta es cuál es el impacto en la comunidad autónoma.

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