Ocho pesqueros vascos llevan nueve meses sin poder faenar en Senegal
La prohibición de hacerse con carnada les mantiene amarrados en el país africano desde julio del año pasado
Los ocho cañeros vascos -cinco de Hondarribia, uno de Getaria y dos de Bermeo- que pescan habitualmente listado y atún en Senegal llevan ... nueve meses amarrados y sin poder faenar ante la imposibilidad de hacer carnada -cebo- en aguas de la bahía de Han, una zona cuyo acceso estaba permitida en el acuerdo firmado entre la Unión Europea y Senegal, pero que este país prohibió el año pasado.
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El amarre de estos barcos pone en peligro el empleo de unos 140 marineros. Esta flota lleva 25 años faenando en el citado caladero, donde permanece todo el año, en base a unos acuerdos entre Senegal y la Unión Europea que se van renovando cada cinco años. Pero en julio del año pasado año, Senegal decretó, en base a un estudio encargado a biólogos de su país y de la UE, que «la sardina -que sirve de carnada para la pesca de los túnidos- se encuentra en mal estado biológico con lo que no pueden realizar capturas en esta zona».
Sin embargo, los armadores vascos denuncian que a los cayucos senegaleses y otras flotas extranjeras si se les premite pescar en esta zona y descargan sus especies, con total normalidad. La flota vasca solía firmar acuerdos con los cayucos locales para que les transfirieran parte de esa pesca como carnada, pero desde julio del año pasado están prohibido esas transferencias de pescado. Los armadores vascos explican que no entienden esta postura «cuando los biólogos dicen que la carnada que compramos nosotros no perjudica al stock de la sardina, mientras que sí lo hacen las capturas de los cayucos que van dirigidas a las fábricas de harina».
Situación insostenible
Tampoco entienden que se permita la entrada de barcos de otros países. «Incluso han traído seis atuneros coreanos para pescar todo el año en aguas de Senegal, Mauritania...». Los armadores vascos señalan que la situación «se ha vuelto insostenible» al tener que hacer frente a gastos elevados -el pago de salarios a los marineros, el de los consignatarios en el puerto...- y con tanto tiempo de inactividad.
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Por ello, reclaman a las instituciones españolas y europeas que busquen una salida. «Le hemos pedido a la UE que rompa el acuerdo firmado y que nos busque otro caladero, pero dicen que no se puede romper porque se verían afectados otros atuneros y palangreros comunitarios que pescan en la zona». Por su parte las autoridades de Senegal asegura que «a su flota local le permite el acceso porque de lo contrario muchos marineros y trabajadores de las fábricas de harina se quedarían en el paro».
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