El sector biosanitario de Euskadi vive un momento dulce y dispara su facturación y empleo
Las empresas vascas crearon 1.000 empleos en 2021, suman una fuerza laboral de 10.000 profesionales y suponen ya más del 2% del PIB
El sector biosanitario continúa creciendo pese a las incertidumbres económicas procedentes del exterior y se consolida en Euskadi como una actividad estratégica en permanente crecimiento. ... Así lo atestigua el último informe publicado por Basque Health Cluster, en el que se realiza un pormenorizado retrato de la realidad que vivieron las empresas y los profesionales vascos en 2021.
Y las cifras hablan por sí solas. En síntesis, pese a vivir el segundo año de la pandemia, con todas las limitaciones que produjo, el sector creció en todos los parámetros de importancia. Lo hizo en facturación y en empleo. También en las inversiones en I+D y en su peso en el PIB vasco. En definitiva, el sector 'biotech' vive un momento dulce en el País Vasco.
Entrando en detalle, la industria biosanitaria vasca aumentó su facturación en un 8% respecto al ejercicio anterior, hasta los 1.800 millones de euros, y lo que quizá es más importante, prevé mantenerse en esos guarismos en 2022. Es decir, pese a los nubarrones (guerra en Ucrania, encarecimiento de las materias primas, alza de los tipos de interés...) el barco navega firme y con el rumbo fijo.
Las cifras
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1.880 millones de euros facturaron las empresas vascas del sector en 2021, un 8% más que en el ejercicio anterior.
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170 millones inviertieron las compañías biosanitarias de Euskadi en I+D+i, lo que supone un aumento interanual del 14,5%.
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18% aumentaron las exportaciones tras el parón registrado en 2020 debido a la crisis por la pandemia del Covid19.
En cuanto a la otra variable clave, el empleo, también se incrementó. En concreto a un ritmo del 11%, más que duplicando la evolución registrada en el año anterior. A todo ello hay que sumar que el comportamiento de la inversión en I+D+i fue también muy significativo. Esta partida alcanzó la cifra más alta contabilizada hasta la fecha con un volumen de más de170 millones de euros, lo que supone un aumento interanual del 14,5%.
DV se ha puesto en contacto con la directora del clúster vasco, María Pascual de Zulueta, para hablar sobre el presente y el futuro de este pujante sector. Desde su punto de vista, Euskadi presenta varias virtudes como la generación de «talento de calidad». Y es que el País Vasco atesora cuatro universidades con grados científicos e ingenierías en ciencias de la vida, una formación profesional de «mucha calidad» y dual. Además, la I+D+i que ejecutan nuestras universidades y centros de investigación y tecnológicos tiene un nivel «excelente». Finalmente, las empresas vascas acometen «el 10%» del gasto total en I+D+i. Además, «somos un territorio donde la transferencia de conocimiento a través de la colaboración público-privada es intensa y dispone de buenos instrumentos de apoyo», agrega Pascual de Zabaleta.
Con todo, pese a las numerosas fortalezas, también hay debilidades. ¿Cuáles son las más relevantes? «La juventud y el tamaño del tejido industrial, que no cuenta con empresas tractoras suficientes», responde. Otro punto débil está siendo, añade, «la nueva reglamentación europea de productos sanitarios y de diagnóstico y la escasez de organismos certificadores que suponen un auténtico cuello de botella» para nuestras empresas.
¿Y qué hay del recurrente lamento sobre la falta de talento? ¿Lo sufre también el sector vasco de las 'biotech'? En su opinión, «todavía» no están sufriendo la escasez de talento que sufren otros sectores, pero hay determinados perfiles profesionales que escasean. Estos tienen que ver con «el conocimiento en calidad y regulatoria, por un lado, y con conocimientos profundos de bioinformática, tratamiento de datos, inteligencia artificial», por otro.
¿Cuáles son los subsectores que están creciendo con más fuerza? La directora general del Basque Health Cluster contesta que son los más jóvenes los que «más están creciendo». Se trata, según explica, de empresas que desarrollan productos sanitarios y aplicaciones de 'salud-digital'. «Contamos con numerosas empresas de reciente creación que están desarrollando dispositivos médicos, aplicaciones y servicios para el cuidado y la prevención de la salud. En los últimos años, empezamos a ver industrias de sectores más tradicionales en Euskadi que están diversificando hacia el sector biosanitario», detalla.
Gipuzkoa saca buena nota
Nuestro territorio es el más pequeño del conjunto del Estado, pero ello no es un obstáculo para que se presente como un alumno aventajado de este sector. Gipuzkoa destaca en «la creación y el buen desarrollo» de empresas de productos sanitarios y de diagnóstico in vitro. Es aquí donde mayor número de empresas de productos sanitarios –dispositivos médicos, diagnóstico in vitro, salud-digital– se hallan, según desvela Pascual de Zulueta.
Y no conviene olvidar la presencia que Gipuzkoa ostenta en las compañías para el desarrollo y la producción de terapia génica basada en vectores virales, con instalaciones «de vanguardia y trabajando para las firmas farmacéuticas más importantes».
Finalmente, el futuro se presenta cargado de oportunidades pero también de desafíos. El sector biosanitario aún está lejos del peso que representan en el PIB vasco la máquina-herramienta )3%) o la automoción (20%), pero han crecido en todos los aspectos importantes con un «elevado» nivel de especialización y profesionalización, y con un «significativo» peso del empleo femenino.
Con todo, para crecer hace falta ayuda y las instituciones son un agente crucial en ese desarrollo. María Pascual de Zulueta subraya que en Euskadi existen políticas de apoyo al sector desde la creación de la estrategia Biobasque en 2002 y «somos una de las tres prioridades RIS3 (estrategia de especialización inteligente) de Gobierno Vasco. Las diputaciones cuentan con bioincubadoras y se han generado instrumentos para apoyar al sector empresarial como la Fundación Biociencias».
Su reivindicación se centra en las «lagunas importantes» que hay para financiar sus firmas. El desarrollo de productos biosanitarios es «largo» en el tiempo e «intenso» en recursos tanto materiales como de talento requerido. Además, la regulación sanitaria es «muy exigente», lo que se traduce en necesidad de inversiones importantes. «Necesitamos inversores especializados, el llamado 'Smart-money', y en Euskadi todavía son muy escasos. Así que una buena colaboración público-privada para invertir es necesaria. Por último, debemos intensificar la colaboración con el sistema público de salud», sentencia.
Las ayudas fiscales de la Diputación foral que impulsan esta área
La Diputación de Gipuzkoa tiene ayudas fiscales vinculadas con las biociencias. Por ejemplo, el mecenazgo en una doble vertiente: las actividades prioritarias y la investigación básica. Fuentes del fisco precisan a DV que, cada año, Hacienda publica un decreto que recoge una lista de actividades prioritarias, que se ven «beneficiadas por incentivos incrementados para fomentar el mecenazgo». En dicha lista, todos los años se recogen actividades de investigación y experimentación, con menciones expresas al sector biosanitario, las neurociencias, biotecnología…
En cuanto a la investigación básica, Gipuzkoa presentó recientemente un anteproyecto con deducciones en la cuota del 35% en el IRPF para las personas físicas. En el caso de personas jurídicas, las cantidades invertidas tendrán la consideración de gastos deducibles en la base imponible del Impuesto sobre Sociedades y, además, tendrán una deducción de la cuota líquida del 20%. Finalmente, hay incentivos para I+D en Sociedades y también la figura del 64bis, por la que una empresa puede contribuir a financiar un proyecto de I+D+i de una segunda compañía y recibir un incentivo fiscal.
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