El relevo en Siemens Gamesa augura un duro ajuste para superar las pérdidas

La Bolsa castigó a la compañía con una caída superior al 7%. Los inversores expresaron así su preocupación por el nuevo aviso de empeoramiento de sus previsiones porque van tres en el año. Ya dio un buen susto al registrar fuertes pérdidas entre octubre y diciembre -periodo que se corresponde con su primer trimestre-, y los números rojos fueron creciendo hasta sumar 339 millones en el primer semestre. Lo que ayer anticipó el grupo es que en el tercer trimestre, impactado por el coronavirus, el resultado también será muy negativo y las ganancias esperadas en el cuarto no servirán para compensar. En resumen, que asumen ya pérdidas récord a nivel operativo para 2020, que serán aún mayores en resultado neto.

La misma inquietud que había en el parqué se trasladó a las plantillas de Siemens Gamesa y a su red de proveedores porque todo apunta a un fuerte ajuste tanto en personal como en suministros. De hecho, la compañía ya lo anticipó en una carta que envió en mayo el responsable del área 'onshore', Alfonso Faubel, a los empleados de la división -10.000 en el mundo del total de 25.000-. «Tenemos un auto de Fórmula I con un motor dañado y habrá que tomar decisiones difíciles», les advirtió. Un aviso que afecta de lleno a la antigua Gamesa, especializada en el 'onshore' y, por tanto, a las doce plantas del grupo en España, con 4.900 trabajadores, que incluyen a casi un millar en Euskadi. Aquí tiene su sede y cuartel general -en Zamudio, en concreto-, así como dos instalaciones, en Mungia y Asteasu.

El relevo se produce en un momento convulso. Hace cuatro meses, en febrero, Iberdrola salió del accionariado tras vender a Siemens su 8% por 1.100 millones. Era la solución para sellar la paz tras una etapa de duros enfrentamientos e incluso cruce de demandas que llegaron a sentar a Tacke en el banquillo. El ya ex consejero delegado tuvo que gestionar este proceso y también la integración, ya que asumió las riendas nada más materializarse la fusión en 2017. El presidente de Siemens Gamesa, Miguel Ángel López, le agradeció esta labor en una nota, pero la compañía quiere iniciar una nueva etapa. El gigante alemán Siemens, que ahora posee el 67% del fabricante de aerogeneradores, tiene que rentabilizar su inversión.

Y las cuentas de la empresa no están siendo nada satisfactorias. Las pérdidas del primer trimestre se atribuyeron a retrasos e indemnizaciones en proyectos del Norte de Europa así como al hundimiento del mercado indio. Estos problemas se han agravado y ahora se ha sumado el coronavirus.

Habrá ajuste y solo falta conocer por dónde se meterá la tijera. Entre los proveedores vascos ya cundió cierta inquietud con la salida de Iberdrola y los planes de la compañía de dar un mayor papel a Siemens como suministrador. Es seguro que el grupo va a ser cada vez más exigente. También suscitó preocupación la reciente compra de la alemana Senvion, que tiene una planta de palas en Portugal. Ayer mismo el comité de empresa de la planta coruñesa de Somozas expresó su preocupación por esta cuestión. Se da la circunstancia de que el nuevo CEO, Nauen, dirigió Senvion entre 2011 y 2015.