«Quiero la tranquilidad de tener una plaza fija»

José Baz Lozano (Irun, 46 años) trabaja actualmente de técnico de Enfermería en el departamento de Sanidad del Gobierno Vasco, puesto que ocupa de forma interina. No le faltaría empleo en otros organismos pero le tienta, lógicamente, lograr una plaza fija. «Empecé a estudiar con tranquilidad pero me he animado mucho en los últimos días y ahora estoy dándole mucha caña a los estudios», destaca. ¿El objetivo?: «intentar sacar nota en la prueba de la batería de preguntas, con 40 preguntas sobre 700 posibles. Y si saco buena nota puedo llegar a tener opciones a futuro de lograr plaza a través de un concurso de méritos». En este sentido, Baz piensa que «la vía excepcional de méritos se podía haber hecho previamente a la vía normal del concurso-oposición para evitar que haya gente que opta a ambas convocatorias tenga que doblar esfuerzos».

El opositor opta a las pruebas de este fin de semana en el BEC para alcanzar la «tranquilidad de tener una plaza fija». «En el caso del Gobierno Vasco hay menos plazas que en lo que es Osakidetza, pero lo más lógico es que no te falte trabajo aunque estés interino», explica.

Este bidasotarra entiende que «en niveles medios el empleo público es económicamente mejor y por eso atrae a mucha gente, pero si tienes la suerte de llegar a niveles altos las condiciones económicas de una empresa privada pueden ser mejores. Pero lo público te da tranquilidad. Que yo sepa a poca gente le han echado de un trabajo público. Eso sí, debes aceptar que puedes estar años de interinidad y tratar de estar en la parte alta de la bolsa», concluye.

Elena Olaso Arreseigor, irundarra de 47 años, se presenta el domingo al examen de auxiliar administrativo. Ahora está de eventual en Osakidetza en ese puesto, desde hace dos años, y ha podido compaginar trabajo, cuidado del hijo y estudios. Trabajó en el sector de la limpieza y en peluquerías, pero no le llenó y busca otro empleo con menos desgaste físico que el que provoca «estar todo el día de pie», por lo que se puso a estudiar. Ahora, en Osakidetza, no le falta trabajo pese a su situación de eventualidad pero «aspiro a día de hoy a lograr más estabilidad, algo más complicado en la empresa privada».

Olaso considera que el trabajo privado en general tiene «peores condiciones», al menos según su experiencia. Resalta que en el sector público «están más protegidos tus derechos, hay sindicatos... En algunos trabajos del sector privado no se te valora y eres un peón más fácil de cambiar. Aquí si tienes un trabajo es porque has estudiado y te lo has ganado», contextualiza.

Otro factor clave para ella es que en el empleo público la edad no es un factor que limite tanto como en el sector privado. «No existe el problema de la edad, sino al contrario. Con la misma puntuación tiene preferencia la persona más mayor. A mí con 47 años no me da miedo lanzarme a buscar empleo en el sector público».

Por ello, no duda en arremangarse para estudiar, acostumbrada a hincar los codos para lograr perfiles de euskera, por lo que espera realizar este fin de semana un buen examen para mejorar posiciones en la bolsa de trabajo. En noviembre y diciembre optará de nuevo a otra OPE más específica de Osakidetza.