La OPA de Orange sobre Euskaltel amenaza el arraigo de otra gran empresa en Euskadi
El movimiento de la teleoperadora francesa se produce sólo tres días después de que Zegona anunciara su intención de ampliar su presencia en la compañía vasca
manu álvarez
Viernes, 18 de enero 2019
La operadora vasca Euskaltel se ha convertido en el centro de una batalla en el sector español de las telecomunicaciones, que ya se traduce ... en el mercado bursátil con una revalorización de sus acciones por encima del 10% desde el inicio de la sesión. Aunque no existe por el momento una confirmación oficial, fuentes del sector de las telecomunicaciones dan como «seguro» que la compañía francesa Orange está a punto de anunciar la presentación de una OPA -una oferta de adquisición de acciones- sobre Euskaltel.
Sería, añaden las mismas fuentes, una operación de defensa ya que Orange cree que sus intereses en España pueden estar comprometidos -es en la actualidad el segundo operador después de Telefónica- si Euskaltel se convierte en la puerta de entrada de la británica Virgin. Un aterrizaje que también está en el laboratorio de pruebas, de la mano de la firma también británica Zegona, uno de los accionistas de referencia de Euskaltel. En la actualidad, Euskaltel vale en Bolsa una cifra cercana a los 1.500 millones de euros.
Todo apunta a que la filtración de las verdaderas intenciones de Orange se ha producido «demasiado pronto», cuando la compañía que dirige en España Laurent Paillassot apenas había comenzado a preparar la operación de asalto a Euskaltel, para lo que ha contratado los servicios del banco de negocios Credit Suisse.
Sus portavoces en España han respondido este viernes con un «sin comentarios» a los rumores que inundan ya el mercado financiero y de telecomunicaciones. El movimiento se produce justo cuando Euskaltel había dado a conocer sus previsiones de facturar 800 millones de euros en el horizonte del año 2022, un 28,6% más que en el ejercicio 2017, y registrar un ebitda de 400 millones, un 30,3% superior.
Hace apenas unos días, Zegona, que controla el 15,02% de las acciones de Euskaltel -es el segundo accionista de referencia detrás de Kutxabank, que posee en torno al 21%- anunció que volvía a la carga en su intento de controlar Euskaltel. Lo hacía después de comprometer una búsqueda de financiación por un importe total de 135 millones de euros, parte de ellos a crédito y de obtener el respaldo de la operadora británica Virgin, que incluso está dispuesta a poner dinero en la operación. El objetivo, admitían, era situarse como el primer accionista de Euskaltel -con un porcentaje ligeramente superior al 27%-, cambiar al equipo directivo de la operadora vasca e iniciar un proceso de expansión en España bajo la marca Virgin.
Aparentemente, Orange ha interpretado este movimiento como una amenaza para sus intereses en España -el segundo país en el volumen de negocio de la multinacional gala, detrás de Francia-, en un momento en el que la competencia en el sector es extrema y todo parecía aparentemente asentado con cuatro operadores de referencia en el mercado nacional: Telefónica, la propia Orange, Vodafone y Mas Móvil.
Pero es que, además, Orange estaba muy cómoda con la situación de Euskaltel, con la que tiene importantes acuerdos de convivencia que se traducen en negocio cruzado. Así, dado que Euskaltel no tiene red propia de telefonía móvil -no tiene licencia para ello- utiliza y alquila la infraestructura de Orange para ofrecer el servicio a sus clientes. Incluso, en el proyecto de expansión geográfica que Euskaltel tiene en cartera -Navarra, La Rioja, León y Cantabria-, tiene previsto apoyarse en la red de fibra óptica de Orange, para evitar así tener que hacer cuantiosas inversiones en infraestructura.
Y es que la historia de Orange y Euskaltel es también la historia del odio transformado en cariño y vida compartida. El odio llegó en 2010 cuando la multinacional francesa reclamó a Euskaltel el pago de 222 millones de euros como compensación, después de que la empresa vasca hubiese roto de forma unilateral un acuerdo que tenía con Amena, que se había convertido en filial de Orange. Una resolución de la Corte Arbitral de París dio la razón a la firma francesa; el laudo fue ratificado por los tribunales de justicia y Euskaltel tuvo que pagar esa cantidad en 2012. Entonces llegó el 'cariño', porque Euskaltel y Orange zanjaron sus deudas y también sus diferencias para cerrar acuerdos muy potentes. El principal, el uso de la red de Orange por parte de los clientes de Euskaltel.
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