La licitación pública se dispara en Gipuzkoa un 125% gracias a la obra civil y a la edificación

Traducido en cifras, Gipuzkoa ofertó en ese ejercicio proyectos por valor de 648 millones de euros frente a los 280 de 2020, primer año de la pandemia cuyas consecuencias más inmediatas a nivel económico fueron la paralización de la actividad. No hay que olvidar que el Gobierno de Pedro Sánchez, en lo peor de la epidemia, suspendió durante casi dos meses este tipo de procedimientos, salvo en algunos segmentos específicos.

Con todo, y este es un dato muy positivo, las inversiones en obra pública en 2021 fueron incluso superiores a las registradas en 2019, cuando el Covid aún no existía. En aquel año Gipuzkoa ofertó proyectos por valor de 423 millones. Euskadi y el resto del Estado también experimentan ahora incrementos significativos en sus inversiones, del 66% y del 67%, respectivamente, aunque suponen la mitad de las de Gipuzkoa.

También llamados concursos públicos, el objetivo de la licitación pública es ofrecer y asegurar la adquisición de bienes y servicios por parte de las administraciones. Los proveedores pueden ser autónomos, pymes o grandes empresas, mientras cualquiera de los mismos cumpla con las condiciones exigidas.

Desglosando esos 648 millones movilizados en el territorio guipuzcoano para la ejecución de los diferentes proyectos, el 70,91% corresponden a obra civil y el 29,09% restante a edificación. El primer término guarda relación con la construcción de infraestructuras como carreteras, aeropuertos, puentes o puertos. La edificación se refiere, por su parte, a la construcción de edificios e inmuebles para el resguardo del ser humano. El ejemplo de edificación más evidente es el de las viviendas, las casas en las que habitamos. Pero en este grupo también entran otras construcciones como los centros comerciales, las iglesias, los edificios de oficinas o los teatros.

En cuanto al peso que las diferentes administraciones representaron en las inversiones, la Diputación foral y los ayuntamientos acaparan el 43,41% frente al 44,17% del Gobierno Vasco y el 12,42% del Ejecutivo central.

Fuentes del sector destacan que, pese a ser un buen dato en comparación con los dos últimos años, todavía no es seguro que la licitación pública continúe vigorosa, y menos la ejecución de las obras. Los interrogantes para el futuro –la crisis económica por la pandemia, el aumento de precios, los problemas de abastecimiento globales y las consecuencias de la guerra en Ucrania— ponen dudas sobre cómo irá este 2022. La esperanza procede de los fondos europeos, cuya incidencia podría ser decisiva.

En cuanto a los visados de obra nueva, otra estadística relevante del sector de la construcción, en 2021 se otorgaron 342.376 en Gipuzkoa, de los cuales el 80,22% se destinaron para uso residencial. Pero frente al mejor comportamiento registrado en la licitación de obra pública en Gipuzkoa, las nuevas edificaciones sufrieron una caída en nuestro territorio. Ese descenso, cuantificado en un 14,26%, contrasta con los aumentos de Euskadi y del resto del Estado, del 26,76% y del 20,47%, respectivamente.

Finalmente, el informe del SEPE analiza también numerosas estadísticas laborales, como la evolución de la población activa y ocupada según los sectores económicos. En lo que se refiere a la construcción, Gipuzkoa ha sufrido la pérdida de 4.900 ocupados en cuatro ejercicios, de 2017 a 2021, al pasar de 15.800 trabajadores a 10.900. Una mala noticia que se ve agudizada, además, por la carencia de mano de obra especializada que sufre el territorio y sobre la que los expertos vienen alertando en los últimos años.