La nueva cultura de empresa que viene de Fabrika

Fabrika cuenta ya los días para abrir sus puertas y convertirse con todas las de la ley en un espacio único en todo el mundo. Un lugar físico -un moderno edificio que se levanta en el parque empresarial de Miramón, en Donostia- que nace con la vocación de ser «un centro de alto rendimiento para la transformación cultural de las empresas». Así lo explican desde la fundación que gestiona el proyecto, pilotada a su vez por la dirección de la asociación de empresas de Gipuzkoa, Adegi, y cuyo patronato está abierto a nuevas incorporaciones.

El centro, que en cierto modo, dicen sus impulsores, supone la «evolución tecnológica, la industrialización y la búsqueda de la internacionalización de la Nueva Cultura de Empresa» que la patronal guipuzcoana puso en marcha en 2014, abrirá sus puertas el viernes 13 de enero de 2023.

Queda entonces menos de un año para que San Sebastián, Gipuzkoa y Euskadi (al fin y al cabo, Fabrika se presenta como un proyecto de país) cuenten con una instalación «que no tiene parangón en todo el mundo», defienden sus promotores, que recuerdan que la inversión aparejada al edificio asciende a seis millones de euros, financiados en un 90% por Adegi y en un 10% por la Diputación Foral de Gipuzkoa.

Desde la Fundación Fabrika subrayan que lo que caracteriza como «único» al proyecto es el hecho de que, además de abordar la transformación de las organizaciones en su conjunto hacia una visión compartida de la empresa, la apuesta cuenta con un método propio. «Esa es la gran diferencia, el método», aseguran.

«Un 'cómo' además de un 'qué' o un 'para qué'», insisten, mientras ponen especial énfasis en que el cambio cultural que se trabaja en Fabrika se opera sobre el conjunto de las compañías y no solo sobre los gerentes o los primeros directivos, como sucede en otras iniciativas que pudieran pretender ser similares.

De hecho, aseguran, más allá de unos programas o cursos preliminares de acercamiento a los grandes conceptos para los primeros espadas o directivos, Fabrika solo acogerá a organizaciones, «a empresas en su conjunto o a equipos enteros».

«No es una escuela de líderes empresariales, sino una visión sistémica, y eso sí que es un cambio importante respecto a lo que hoy puedes encontrar en el panorama internacional», dicen.

Ese método tiene todo lo que no se acostumbra a ver en las organizaciones, en las relaciones entre las personas, una de sus claves de bóveda. «Se trata de trabajar los roles, las actitudes, las afinidades y los estatus; de que funcione bien el vestuario», afirman.

«Todo, con la idea de hacer mejores esas empresas, de elevar su competitividad y con ello mejorar la sociedad en la que se encuentran imbricadas», inciden las mismas fuentes. Y destacan también que esa formación que abordan las compañías «se mantiene en el tiempo entre sesión y sesión» gracias a una aplicación informática llamada 'Boga' que permite de algún modo mantener encendida la llama.

La Fundación explica que Fabrika es «una respuesta» a una realidad imperante en el mundo empresarial internacional que coincide con otras grandes transiciones como la energética, la digital, la medioambiental o la demográfica. «Es atender lo que piden las empresas», añaden. «Las nuevas generaciones tienen una mirada diferente sobre la empresa. Muestran claramente un propósito, más allá de la obtención de meros beneficios», dicen.

Algo que se refleja en corrientes que están dando la vuelta como a un calcetín al 'viejo' capitalismo de Milton Friedman y la Escuela de Chicago. Una corriente más humanista que se aprecia, por ejemplo, en la Bussines Roundtable, la organización conformada por cerca de 200 CEO de grandes multinacionales estadounidenses que quieren redefinir las reglas del capitalismo, para enterrar aquella máxima de 'lo primero es el accionista'.

Rajendra Sisodia, fundador y líder del movimiento del 'Capitalismo Consciente' es otro de los referentes de esa corriente internacional que señalan los promotores de Fabrika; de hecho, se reunieron con él el pasado mes de septiembre en Madrid para explicarle el proyecto. «Fue él quien nos dijo que no había nada igual en el mundo», añaden.

Fabrika, que en puridad ya está abierta, aunque en el 'garaje' de Adegi, trabaja por ahora con 120 empresas del territorio. Y es que aunque ya se están realizando contactos y movimientos para crecer como una mancha de aceite, la prioridad hoy es Gipuzkoa.

El músculo de lo que empezó con la Nueva Cultura de Empresa y que se convirtió en una apuesta de pantalón largo en mayo de 2019, cuando nació la idea de abordar el edificio Fabrika, hay que encontrarlo en dos socios. El primero, de carácter industrial y que «colabora más allá de la aportación de recursos», es Mondragon Unibertsitatea Enpresa, que aporta al proyecto a sus técnicos como «entrenadores o facilitadores». El segundo, más como un socio tecnológico, es José Luis 'Ulises' Escorihuela, «matemático, investigador, consultor, formador y facilitador de equipos y organizaciones», concluyen.